INTRODUCCIÓN
La monarquía de los Austrias estuvo protagonizada en sus comienzos por Carlos I (1516-1556) y Felipe II (1556-1598). Fueron los más poderosos de la época, llegando a formar un gran Imperio.
Ambos, reciben el apelativo de Austrias Mayores y su política estuvo condicionada por la defensa del catolicismo y el mantenimiento de la hegemonía en Europa. Al tiempo que la monarquía alcanzaba su apogeo, crecía también el número de enemigos contra ella, no solo en el exterior sino también en su propio seno.
DESARROLLO
EL Imperio DE Carlos V
El Imperio de Carlos I se formó por una enorme herencia. De su abuelo paterno Maximiliano de Habsburgo, recibíó Austria y le sucedíó en el título imperial. De su abuela paterna, María de Borgoña, recibíó Flandes y el Franco Condado. De su abuelo materno, Fernando el Católico, recibíó la Corona de Aragón que incluía además Sicilia, Cerdeña y Nápoles. De su abuela materna, Isabel la Católica, recibíó la Corona de Castilla, Navarra y los dominios americanos. Sus padres fueron Felipe el Hermoso por el cual se inició la dinastía de los Austrias en España y Juana La Loca. Estas herencia motivó el sueño de Carlos V de recrear el Imperio Universal Cristiano. Sin embargo, esta pretensión fue imposible, pues, Carlos V no consiguió ni la unidad política ni la religiosa.
Los principales conflictos internos a los que tuvieron que hacer frente fueron los siguientes:
1
. La Rebelión de las Comunidades de Castilla (1520-1522). Este conflicto surge al comienzo del reinado de Carlos V. Se produjo por varias razones: el descontento de los gobernantes extranjeros que trajo Carlos V; la utilización de los recursos de Castilla para pagar la política imperial de Carlos V; y la necesidad de que el rey tuviera más en cuenta las Cortes. En ciudades como Toledo, Salamanca o Segovia, la baja nobleza (Juan de Padilla, Juan Bravo, Maldonado) tomaron el poder y formaron comunas. Carlos V obtuvo la victoria final en la Batalla de Villalar (1521). La derrota de las Comunidades aseguró el autoritarismo monárquico.
2. El Conflicto de las Germánías se desarrolló en el Reino de Valencia, fue menos complejo pues consistíó en una rebelión antiseñorial. Carlos V apoyó a la alta nobleza para aplastar la rebelión.
Los principales conflictos exteriores a los que tuvieron que hacer frente fueron los siguientes:
1. El enfrentamiento con Francia por la hegemonía europea. Carlos V mantuvo guerras contra Francisco l y Enrique Il de Francia. En 1525, Carlos V vencíó en la Batalla de Pavía a Francisco I lo cual le permitíó ocupar Milán. A pesar de firmar la paz con el tratado de Madrid por el que Francia renunciaba a Italia, no se cumplieron las condiciones, y los franceses formaron la Liga Clementina contra Carlos V. El enfrentamiento condujo al triunfo de Carlos tras el saqueo de Roma (1527) y la Paz de Cambray, por la que de nuevo Francia renunciaba a Italia. Las luchas con Francia se reanudaron en 1536, prolongándose las hostilidades durante veinte años.
2. El peligro turco. Carlos V consiguió frenar la expansión turca que amenazaba Viena, sin embargo, fracasó al intentar tomar Túnez (1535) y así solucionar definitivamente el problema de los piratas berberiscos.
3. El problema más grave por sus repercusiones en Europa fue el conflicto religioso en Alemania. En 1517 Lutero inició su Reforma y pronto fue apoyado por algunos príncipes alemanes que veían en ello una manera de desafiar el poder de los Habsburgo en el Imperio. En principio, Carlos V intentó una solución en las Dietas (asambleas) de Worms (1521) y Spira (1529), pero la vía negociada fracasó, dando lugar a la Guerra de la Liga de Esmalkalda. En dicha guerra Carlos V tuvo algunos éxitos como la Batalla de Mühlberg (1547), sin embargo, a la larga, los gastos de los conflictos le obligaron a llegar a un acuerdo con los protestantes: la Paz de Augsburgo (1555). Esta paz dividía el Imperio en dos zonas, la católica y la protestante.
LA MONARQUÍA HISPÁNICA DE Felipe II
Como contraste de Carlos V (el cual abdicó de la corona en 1556) su hijo, Felipe Il centró sus esfuerzos en que el centro de su Imperio fuera de España y su principal objetivo era la defensa del catolicismo.
Los principales conflictos exteriores a los que tuvo que hacer frente fueron los siguientes:
1. La terminación de la guerra contra Francia. En la Batalla de San Quintín de 1557 Felipe Il derrotó a los franceses. Esta batalla forzó la paz definitiva entre los dos países (Paz de Cateau-Cambresis 1559).
2. Hacia 1570, la ofensiva turca en el Mediterráneo se hizo especialmente virulenta. Venecia, España y el Papado formaron la Liga Santa comandada por Don Juan de Austria. Éste derrotó a los turcos en la Batalla de Lepanto. La victoria frenó el avance turco en el Mediterráneo, sin embargo, no consiguió terminar con los piratas en el Norte de África.
3. El conflicto más importante al que enfrentó a Felipe Il fue el de los Países Bajos. El norte calvinista (Holanda) se enfrentó al sur católico (Flandes) y Felipe Il luchó por la uniformidad religiosa católica. La guerra estalló en 1568 con la rebelión de las Provincias Unidas de Holanda. Felipe Il recurríó a la fuerza y envió al Duque de Alba. Sin embargo, la rebelión no pudo ya estar controlada totalmente y Felipe II acabó designando a su hija Isabel Clara Eugenia, gobernadora con derecho a sucesión. Pero al no tener descendencia, los Países Bajos volvieron a la Corona española.
4. A partir de los años 80 Inglaterra se sumó a los enemigos de Felipe II. Inglaterra desafiaba el poder marítimo de España Atlántico y además, era una potencia protestante y ayudaba a los rebeldes holandeses. Este doble desafío provocó la respuesta de Felipe ll: la Armada Invencible (1588), al mando del duque de Medina Sidonia, que fracasó en su intento de invadir Inglaterra.
Los principales conflictos internos a los que tuvieron que hacer frente fueron los siguientes:
1. En 1568 se produjo la Rebelión de los moriscos de las Alpujarras (Granada). Los moriscos eran cristianos sólo de nombre, pues en realidad practicaban la religión y cultura islámicas. Los moriscos se rebelaron ante el acoso de las autoridades y fueron sometidos por el ejército de Don Juan de Austria, después expulsados y dispersados por el resto de España.
2
. Entre 1580 y 1581 se produjo la incorporación de Portugal a la Corona de Felipe II. Éste reclamó el Reino por la herencia de su madre Isabel de Portugal. Portugal mantuvo sus leyes e instituciones. Su incorporación a la corona de Felipe ll supuso la unidad política de toda la Península, además agregó su propio Imperio colonial.
3
. Felipe II llevó el autoritarismo monárquico a sus extremos. Esto supuso algunos conflictos con la Corona de Aragón de tradición pactista. La excusa del conflicto fue el caso de Antonio Pérez. Éste era el secretario Aragónés de Felipe Il que fue acusado de corrupción. Pérez huyó a Aragón y se colocó bajo la protección del Justicia de Aragón. Entonces Felipe II recurríó a la Inquisición tras acusarle de herejía. Esta maniobra fue juzgada como un atentado a los derechos de Aragón y provocó una rebelión que el rey tuvo que reprimir por la fuerza.
CONCLUSIÓN
Carlos I se retiró al Monasterio de Yuste en 1556, dejando tras de sí un reinado marcado por una serie de guerras que poco tenían que ver con los intereses de los reinos hispánicos. Por su parte, Felipe Il pudo hacer balance de su reinado, supuso un excesivo esfuerzo por mantener una costosísima política hegemónica. Esta realidad dará como resultado que España entre en el Siglo XVII abocada a una crisis total, pasando del esplendor de un inmenso Imperio a una situación de decadencia y ruina que se materializará con los Austrias menores.
LA MONARQUÍA HISPÁNICA DE Felipe II
Como contraste de Carlos V (el cual abdicó de la corona en 1556) su hijo, Felipe Il centró sus esfuerzos en que el centro de su Imperio fuera de España y su principal objetivo era la defensa del catolicismo.
Los principales conflictos exteriores a los que tuvo que hacer frente fueron los siguientes:
1. La terminación de la guerra contra Francia. En la Batalla de San Quintín de 1557 Felipe Il derrotó a los franceses. Esta batalla forzó la paz definitiva entre los dos países (Paz de Cateau-Cambresis 1559).
2. Hacia 1570, la ofensiva turca en el Mediterráneo se hizo especialmente virulenta. Venecia, España y el Papado formaron la Liga Santa comandada por Don Juan de Austria. Éste derrotó a los turcos en la Batalla de Lepanto. La victoria frenó el avance turco en el Mediterráneo, sin embargo, no consiguió terminar con los piratas en el Norte de África.
3. El conflicto más importante al que enfrentó a Felipe Il fue el de los Países Bajos. El norte calvinista (Holanda) se enfrentó al sur católico (Flandes) y Felipe Il luchó por la uniformidad religiosa católica. La guerra estalló en 1568 con la rebelión de las Provincias Unidas de Holanda. Felipe Il recurríó a la fuerza y envió al Duque de Alba. Sin embargo, la rebelión no pudo ya estar controlada totalmente y Felipe II acabó designando a su hija Isabel Clara Eugenia, gobernadora con derecho a sucesión. Pero al no tener descendencia, los Países Bajos volvieron a la Corona española.
4. A partir de los años 80 Inglaterra se sumó a los enemigos de Felipe II. Inglaterra desafiaba el poder marítimo de España Atlántico y además, era una potencia protestante y ayudaba a los rebeldes holandeses. Este doble desafío provocó la respuesta de Felipe ll: la Armada Invencible (1588), al mando del duque de Medina Sidonia, que fracasó en su intento de invadir Inglaterra.
Los principales conflictos internos a los que tuvieron que hacer frente fueron los siguientes:
1. En 1568 se produjo la Rebelión de los moriscos de las Alpujarras (Granada). Los moriscos eran cristianos sólo de nombre, pues en realidad practicaban la religión y cultura islámicas. Los moriscos se rebelaron ante el acoso de las autoridades y fueron sometidos por el ejército de Don Juan de Austria, después expulsados y dispersados por el resto de España.
2
. Entre 1580 y 1581 se produjo la incorporación de Portugal a la Corona de Felipe II. Éste reclamó el Reino por la herencia de su madre Isabel de Portugal. Portugal mantuvo sus leyes e instituciones. Su incorporación a la corona de Felipe ll supuso la unidad política de toda la Península, además agregó su propio Imperio colonial.
3
. Felipe II llevó el autoritarismo monárquico a sus extremos. Esto supuso algunos conflictos con la Corona de Aragón de tradición pactista. La excusa del conflicto fue el caso de Antonio Pérez. Éste era el secretario Aragónés de Felipe Il que fue acusado de corrupción. Pérez huyó a Aragón y se colocó bajo la protección del Justicia de Aragón. Entonces Felipe II recurríó a la Inquisición tras acusarle de herejía. Esta maniobra fue juzgada como un atentado a los derechos de Aragón y provocó una rebelión que el rey tuvo que reprimir por la fuerza.
CONCLUSIÓN
Carlos I se retiró al Monasterio de Yuste en 1556, dejando tras de sí un reinado marcado por una serie de guerras que poco tenían que ver con los intereses de los reinos hispánicos. Por su parte, Felipe Il pudo hacer balance de su reinado, supuso un excesivo esfuerzo por mantener una costosísima política hegemónica. Esta realidad dará como resultado que España entre en el Siglo XVII abocada a una crisis total, pasando del esplendor de un inmenso Imperio a una situación de decadencia y ruina que se materializará con los Austrias menores.