OBJETIVOS
Los objetivos que buscaban los gobiernos liberales eran:
a) Sufragar el déficit de la Hacienda.
La desamortización implicaba que la propiedad pasaba al Estado y los vende a particulares. El objetivo es más la obtención de medios financieros por parte del Estado que una verdadera reforma agraria.
La Hacienda española arrastraba un déficit crónico debido a los crecientes gastos (continua situación de guerra), al pago de la Deuda y a los insuficientes ingresos (negativa limitada capacidad en la recaudación de impuestos…); de ahí, el permanente endeudamiento del Estado español.
Con la desamortización se buscaba aumentar los ingresos del Estado para reducir la crisis de la Hacienda.
b) sacar al mercado una importante proporción de tierras de cultivo, con la finalidad de consolidar la propiedad privada de las tierras, favorece el desarrollo de la agricultura y permitir el acceso a la propiedad a una masa de campesinos sin tierras.
c) Conseguir una base social favorable al régimen liberal.
Los compradores de las tierras estarían especialmente interesados en la consolidación del Estado liberal. A estos objetivos generales hay que añadir los objetivos concretos de las diferentes desamortizaciones realizadas.
1º la desamortización de 1837, para obtener fondos para financiar la guerra contra los carlistas.
2º la desamortización de 1855, para financiar la construcción del ferrocarril y el desarrollo de la economía.
RESULTADOS DE LA DESAMORTIZACIÓN
En 1835 había 72000 religiosos en España en 3000 conventos. La Iglesia poseía el 18% del total de las tierras cultivables. La desamortización eclesiástica produjo un cambio de dueño entre un 12-15% del total de las tierras útiles, unos 10 millones de hectáreas aproximadamente.
La desamortización, al desvincular las tierras de sus propietarios, rompíó la organización jurídica haciéndolas aptas para ser vendidas, enajenadas o repartidas. Con la introducción de la propiedad privada y de la libertad de merado en el sector se iniciaba una nueva etapa en la agricultura española; los resultados obtenidos fueron tan dispares como diversos habían sido los objetivos perseguidos por el proceso desamortizador. Estos resultados fueron los siguientes:
a)
Desde el punto de vista económico
– Favorecíó la expansión de la superficie cultivada. El crecimiento no fue significativo debido a que eran suelos poco aptos, tierras marginales de escaso rendimiento y no se invirtió en mejora técnica. No quedaron muchos capitales para renovar las técnicas. – Esta expansión estuvo acompañada frecuentemente de un efecto negativo: la deforestación. Los compradores que adquirieron pequeños lotes de monte para convertirlos en tierras de labor u obtener un beneficio inmediato con la venta de leña y madera, talaron los árboles de manera indiscriminada. – Acrecentó la concentración de la tierra en ocas manos. Se perfiló así el mapa de los grandes latifundios en Andalucía, la Mancha y Extremadura. – Tampoco se obtuvieron los resultados financieros que se esperaban, porque los fondos tardaron el llegar y se desvalorizaron. Por otra parte arruinó a los ayuntamientos que se quedaron sin una importante fuente de ingresos. – La desviación de capitales a la posible inversión en industria. – Los nuevos propietarios endurecieron las condiciones de arrendamiento, subiendo las rentas y estableciendo contratos a corto plazo, por lo que descendíó el número de colonos y aumentó el trabajo asalariado por jornaleros. Hubo protestas y manifestaciones de violencia. – Fue un paso necesario para la creación de un mercado capitalista de carácter liberal.
B)
Desde el punto de vista social
– No se consiguió crear una amplia clase media agraria, aunque si contribuyó a sustituir la estructura heredada del Antiguo Régimen, por una estructura capitalista. – Los efectos fueron más importantes en la consolidación de las clases medias urbanas, principales compradoras de fincas rústicas, que se enriquecieron y diversificaron así sus patrimonios. Nobleza y burguésía se convierten en la clase dominante. – Los campesinos del pueblo pierden el acceso a las tierras comunales.
C)
Desde el punto de vista político
– Se creó adheridos a la causa liberal, por estar ligada a ella la suerte de sus fortunas; pero también esta causa se creó enemigos entre aquellos más afines a la Iglesia, provocando una escalada de tensiones entre la Iglesia y el Estado Liberal. La nobleza y la burguésía como nuevos propietarios serán los defensores del régimen y enemigos de cualquier cambio político. Muchos campesinos se hicieron carlistas al verse perjudicados por las reformas.
D)
Culturales
– Pérdida y expolio de patrimonio artístico y cultural, edificios abandonados, bibliotecas perdidas. Muchos cuadros y libros de monasterios fueron vendidos a precios bajos y acabaron en otros países, quedaron abandonados numerosos edificios de interés artístico. Otros en cambio se transformaron en edificios públicos y fueron conservadores para museos, hospitales. Otros se subastaron. – En las ciudades se rompen las murallas para crear los ensanches, surgen nuevas calleas y barrios. Antiguos conventos fueron demolidos para la apertura de nuevas calles, la apertura de nuevas vías, grandes edificios públicos y ensanches.
En definitiva, no se aprovechó la ocasión para crear una clase media agraria, falló igualmente la posibilidad de que surgiera un sector ahorrativo, capaz de estimular la demanda del mercado y de impulsar las inversiones.
La desamortización se convirtió en una frustrada reforma agraria que hizo más mísera la condición del campesino, perjudicó a los más pobres, creando una oligarquía agraria llamada a ejercer, por largo tiempo, el poder político y económico en España.
En Andalucía, la desamortización vino a significar una verdadera revolución. Una ocasión perdida, de la que surgíó un proletariado campesino que ha llegado hasta nuestros días.
Pese a sus insuficiencias y errores, las desamortizaciones de Mendizábal y Madoz cambiaron de forma radical la situación del campo español. Afectaron a una quinta parte del conjunto del suelo. Lamentablemente, el atraso técnico y el desigual reparto de la propiedad de la tierra siguieron siendo problemas clave de la sociedad y la economía españolas.