Consecuencia de la primera república de Venezuela

9.2.3. La intervención en Marruecos. La guerra colonial


La Conferencia de Algeciras (1906), establecíó un protectorado Franco-español en Marruecos. A España se le dio la franja norte (Rif y Yebala). Ante los ataques de los rifeños, el gobierno envió tropas reservistas, que debían embarcar en Barcelona, lo que provocó una gran protesta popular (Julio de 1909), la Semana Trágica (estudiada en el subtema anterior) Después de la I Guerra Mundial, España reemprendíó las acciones militares en el territorio marroquí. En Julio de 1921, el general Silvestre inició una campaña para extender el control español alrededor de Melilla, adentrándose en el Rif, sin proteger su retaguardia. Los rifeños, liderados por Abd el Krim, derrotaron en Annual a las tropas españolas que sufrieron 13.000 bajas. El desastre de Annual tuvo graves consecuencias para la estabilidad del sistema político. Se creó una comisión en el Congreso para elaborar un informe (Expediente Picasso) sobre las responsabilidades militares y políticas de Annual. Lo que provocó fuertes debates y contó con la oposición del ejército. El expediente no llegó a presentarse ante las Cortes, días antes de su discusión se produjo el Golpe de Estado de Primo de Rivera. Durante la primera etapa de la Dictadura de Primo de Rivera, el conflicto de Marruecos centró el interés. En colaboración con Francia se coordinó el desembarco de Alhucemas (1925) con un gran éxito. Abd-el-Krim terminó rindiéndose a los franceses. En 1927, el Protectorado estaba pacificado.


9.3.2. La reorganización del Estado. La política económica y social


El Directorio Militar suspendíó el régimen constitucional y disolvíó las Cortes. Prohibíó las actividades de partidos y sindicatos y reprimíó al obrerismo radical (cenetistas y comunistas). Primo de Rivera gobernó por medio de decretos. Con el objetivo de liquidar el caciquismo e iniciar la regeneración prometida, se elaboró un Estatuto Municipal y otro Provincial. Pero la renovación política se limitó a sustituir unos caciques por otros. El régimen creó un partido gubernamental, la Uníón Patriótica, sin un programa ideológico definido, para proporcionar apoyo a la Dictadura. Durante la primera etapa de la Dictadura, el conflicto de Marruecos centró el interés de Primo de Rivera. En colaboración con Francia se coordinó el desembarco de Alhucemas (1925) con un gran éxito. Abd-el-Krim terminó rindiéndose a los franceses. En 1927, el Protectorado estaba pacificado. Durante el Directorio Civil, Primo intentó institucionalizar su régimen con la creación de una Asamblea Nacional Consultiva (1927) de carácter corporativo y autoritario. NOTA: (La Asamblea Nacional Consultiva estaba constituida por representantes de las corporaciones elegidos por sufragio indirecto, funcionarios de la Administración y representantes sociales escogidos desde el poder). La Dictadura se benefició de la buena coyuntura económica de los años 20. La política económica intervencionista combinó el proteccionismo con un impulso al desarrollo industrial. Se subvencionaron industrias (compañías ferroviarias y navieras). Se constituyeron monopolios en sectores económicos clave: Compañía Telefónica Nacional de España, CAMPSA (petróleo). Se invirtió en un ambicioso programa de obras públicas (carreteras, construcción de embalses, para producir electricidad y aumentar las superficies de regadío). Para financiar estas inversiones, se recurríó al endeudamiento del Estado, provocando un grave déficit. Se creó la Organización Corporativa Nacional, que regulaba las relaciones laborales (salarios, condiciones de trabajo) por profesiones, creando los comités paritarios. Apoyados por la UGT, cuya actividad fue permitida, mientras la CNT era prohibida y se potenciaba a los Sindicatos Libres.


9.3.3. La oposición a la Dictadura. La caída de Primo de Rivera. El fin de la Monarquía


Se opónían a la Dictadura: algunos líderes de los viejos partidos del turno, los republicanos (que organizaron Alianza Republicana), sectores del ejército (el cuerpo de artillería), intelectuales (Unamuno) y el obrerismo radical de los comunistas y de los anarquistas de la CNT y de la FAI. El PSOE cambió su posición colaboracionista, y, en 1929, se pronunció a favor de la República. La abolición de la Mancomunitat en 1925 y la prohibición del uso público de la lengua catalana, hicieron que el régimen fuese visto en Cataluña como anti-catalanista. El relativo consenso inicial que había tenido el Golpe de Estado entre las clases conservadoras se fue resquebrajando. Esto se acrecentó con el fin del ciclo económico alcista de los años 20. Temeroso de que el desprestigio creciente de la Dictadura afectase a la Monarquía, Alfonso XIII retiró la confianza a Primo de Rivera, que dimitíó en Enero de 1930. El general Berenguer le sustituyó en el gobierno, con el objetivo de volver al sistema constitucional de la Restauración, pero las medidas encaminadas a esto se llevaban a cabo muy lentamente. Como resultado de la Dictadura, los partidos dinásticos conservador y liberal, prácticamente habían desaparecido, por lo que era imposible volver a reconstruir sobre ellos el antiguo orden constitucional monárquico Esto favorecíó la causa republicana, que comenzó a organizarse y cuya propaganda remarcaba todo lo que unía a los republicanos: regenerar la nacíón española por medio de una revolución política democrática con un programa de profunda reforma social. Esta oposición a la Monarquía se concretó en Agosto de 1930, con el Pacto de San Sebastián, firmado por: Acción Republicana y el Partido Radical-Socialista, izquierda republicana, cuyos miembros procedían de las profesiones liberales; el Partido Republicano Radical, que  integraba a muchos pequeños y medianos patronos; los representantes del republicanismo de izquierda de Cataluña y Galicia (ORGA) y los grupos que, procedentes de los partidos dinásticos, mostraban una reciente conversión al republicanismo, como la Derecha Liberal Republicana (Alcalá Zamora y Miguel Maura). En Octubre de 1930, entraron en la coalición el PSOE y la UGT, representantes de una parte de la clase obrera organizada.


La conjunción republicano-socialista creó un Comité Revolucionario, presidido por Alcalá-Zamora, que debía convertirse en el Gobierno Provisional de la futura República. Este Comité tuvo contactos con ciertos militares para que iniciaran un movimiento insurreccional contra la Monarquía, que sería secundado por una huelga general organizada por la UGT. En Diciembre de 1930, se produjo la insurrección republicana de Jaca, que terminó en fracaso. Los capitanes conspiradores, Fermín Galán y García Hernández fueron fusilados, mientras que el Comité Revolucionario era encarcelado. En Febrero de 1931, se constituyó el último gobierno de la Monarquía presidido por el almirante Aznar, que se comprometíó a convocar elecciones, primero unas municipales y, luego, unas elecciones generales a Cortes constituyentes, que nunca se celebraron. La convocatoria de las elecciones municipales permitíó a los republicanos organizar lo que fue, de hecho, un plebiscito sobre la Monarquía. Las elecciones municipales del 12 de Abril dieron un claro vuelco a la situación política del país. El resultado electoral fue desigual: aunque el número de concejales monárquicos súperó globalmente al de republicanos, en las grandes ciudades (donde el voto era libre y representativo y, además, el número votos necesarios para obtener un puesto de concejal era mucho mayor que en las localidades rurales) los monárquicos habían sufrido una gran derrota. Lo que significó el fin de la Monarquía de Alfonso XIII.

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