El sexenio revolucionario es el periodo de tiempo que va desde el destronamiento de Isabel II, en septiembre de 1868, y la restauración de la monarquía borbónica, en diciembre de 1874. Entre estas fechas España vivió la monarquía de Amadeo de Saboya y la experiencia de la Primera República.
1. LA REVOLUCIÓN DE 1868
Este pronunciamiento tuvo lugar en Cádiz el 19 de septiembre de 1868 al mando de los generales Francisco Serrano, Domingo Dulce, Juan Prim y Juan Bautista Topete. Los militares sublevados difundieron un manifiesto en el que exponían las razones del levantamiento. La participación popular convirtió el pronunciamiento militar en un movimiento revolucionario que aspiraba a reformas sociales.
La sublevación pronto se generalizó por Andalucía, donde las tropas gubernamentales al mando de Manuel Pavía y Lacy fueron derrotadas en el Puente de Alcolea. La derrota forzó a Isabel II a refugiarse en Francia.
El pronunciamiento se consolidó gracias a las Juntas
revolucionarias locales y provinciales que propagaron la revolución. El poder
político fue ejercido por la Junta Revolucionaria de Madrid, que confió el
poder al general
Serrano, y este se apresuró a tomar medidas para estabilizar
la Revolución. La promulgación de los decretos que dieran satisfacción a las
demandas de las Juntas revolucionarias y la convocatoria de elecciones a Cortes
constituyentes.
Las elecciones dieron la mayoría a la coalición de unionistas, progresistas y demócratas, aunque los republicanos dieron muestra de su poder e influencia. Elegidas por sufragio universal, confirmaron en su cargo al general Serrano, al tiempo que preparaban la elaboración de un nuevo texto constitucional.
2. LA CONSTITUCIÓN DE 1869
La constitución de 1869 estaba inspirada en las de 1812 y 1837 y fue defendida por los partidos que impulsaron la revolución de septiembre de 1868.Entre sus 112 artículos destacan las siguientes características:
-La atención prestada a los derechos individuales. Esto se expone en los 31 Artículos del Título Primero.
-El reconocimiento de la soberanía nacional, de la que nacen la legitimidad de la monarquía como la división de poderes y la descentralización política y administrativa. Al acentuar el papel de las Cortes como el centro del poder, se aseguraba su independencia de la Corona y del Gobierno.
-El poder del Rey se concebía como el de un monarca constitucional, cuyas facultades ejecutivas desempeñaban los ministros, responsables ante las Cámaras del ejército de sus funciones.
-El poder judicial residía en los tribunales de justicia.
-La cuestión religiosa recibió un tratamiento avanzado, al reconocerse el derecho a la libertad de cultos. La religión ya no será un factor de integración de la connivencia nacional, sino un motivo más para la división y la discordia civil.
El nuevo sistema político diseñado por la Constitución de 1869 consolidaba los principios del liberalismo democrático defendidos por los partidarios que impulsaron a revolución de septiembre de 1868, al tiempo que frustraba algunas de las aspiraciones de demócratas y republicanos y de las masas populares.
3. EL REINADO DE AMADEO DE SABOYA (1870-1873)
Cuando se sancionó la constitución era necesario encontrar un rey que inaugurase la nueva dinastía por lo que Amadeo de Saboya aceptó el trono. Este monarca fue elegido por las Cortes el 16 de noviembre de 1870. Su reinado comenzó con una situación difícil. A él se enfrentaron republicanos, carlistas y alfonsinos, estos últimos eran partidarios del príncipe Alfonso.
A las fuerzas políticas se sumó la oposición de la nobleza, la Iglesia y la burguesía financiera colonial. La nobleza terrateniente no aceptó la orientación política de la revolución por el miedo a que se cuestionara el derecho a la propiedad privada, y la jerarquía eclesiástica. Finalmente la burguesía de Cuba se hizo partidaria de Alfonso.
Dos grupos políticos le dieron su apoyo: el constitucional, que estaba liderado por Práxedes Mateo Sagasta y formado por la derecha del régimen y los unionistas y progresistas moderados; y el radical dirigido por Manuel Ruiz Zorrilla, en el que se encuadraron progresistas y demócratas, partidarios de llevar a cabo reformas.
Tras dos años de reinado, el 11 de febrero de 1873 Amadeo de Saboya abdicó de la Corona española. Ese mismo día se proclamó la República.
4. LA PRIMERA REPÚBLICA (1873-1874)
La Primera República se extendió entre 1873 y 1874. En tan solo un año hubo cuatro presientes: Estanislao Figueras, Francisco Pi, Nicolás Salmerón y Emilio Castelar.
La instauración de la Primera Republica fue la única alternativa a la crisis de la monarquía demócrata. Sin embargo las circunstancias del momento eran contrarias: la Hacienda pública estaba exhausta, en el ejército había tendencia hacia posiciones monárquicas y en ese momento ocurrió la Tercera Guerra Carlista y el movimiento independentista cubano.
4.1. LA REPÚBLICA FEDERAL
El intento de construir una república federal encontró una doble oposición: la de los republicanos radicales, que defendían una republica unitaria; y la de los federalistas que pensaban que el federalismo debía imponerse mediante un impulso revolucionario.
Al dimitir Figueras, Francisco Pi convocó elecciones generales. Se enfrento a dos problemas: el recrudecimiento de la guerra carlista y la insurrección cantonal.
El fracaso electoral de 1872 animó a los carlistas a la acción militar. La posterior debilidad de la República les permitió obtener algunas ventajas militares. En febrero de 1876 fueron derrotados definitivamente por los generales Jovellar, Quesada y Arsenio Martínez Campos.
Por otro lado, el movimiento cantonalista fue un rebrote de los particularismos regionales y locales alentados por los republicanos más exaltados. Tuvo su bastión en Cartagena y se extendió a Levante, Ávila y Segovia.
En Andalucía, los federales tomaron los ayuntamientos, formaron comités de salvación pública y declararon las ciudades cantones independientes (Sevilla, Cádiz, Málaga, etc.). Sin embargo, el movimiento obrero, junto a los federales, tuvo una gran participación en la insurrección. En él vieron la ocasión de hacer realidad sus ideales de justicia y de reparto de la riqueza.
El movimiento cantonalista descubrió la debilidad
del gobierno republicano.
Tras la presidencia de Nicolás Salmerón, Emilio
Castelar actuó con firmeza, llamó al ejercito para imponer el orden, aplicó la
pena de muerte, reforzó el poder del Estado y suprimió el principio federal
La presidencia de Castelar representó un viraje hacia la derecha y los generales victoriosos en la campaña cantonalista se convirtieron en los verdaderos árbitros de la situación.
En enero de 1874, el general Manuel Pavía invadió el Congreso. Castelar dimitió y se formo un gobierno provisional presidido por el general Serrano. Comenzaba la República del 74.
Serrano continuó con la línea autoritaria de Castelar. A lo largo de 1874 , restableció el orden público con medidas de excepción: disolución de los ayuntamientos republicanos, limitación del derecho de asociación, disolución de la Internacional y cierre de los clubs y prensa republicanos. Por esto el republicanismo federal quedó en la ilegalidad.
Mientras, la crítica situación política y militar favoreció la causa Alfonsina. Bajo la dirección de Antonio Cánovas proseguía su andadura de captación de adhesiones. No obstante, el general Arsenio Martínez Campos precipitó su triunfo al pronunciarse en Sagunto proclamando rey de España al infante Alfonso de Borbón, hijo de Isabel II.
CONCLUSIÓN
Antes los problemas surgidos al final de la etapa
del reinado de Isabel II, se intentó dar un cambio en el sistema político que
llevase a mayores libertades para el pueblo. Se inauguró en 1686 el llamado
Sexenio
Revolucionario, con una primera etapa de gobierno provisional al mando
del general Serrano y con la elaboración de una nueva constitución, la
Constitución de 1869 que tenía un carácter más democrático que las anteriores.
Tras el intento de Amadeo de Saboya de establecer una nueva monarquía para el
país y la instauración un año más tarde de la República tras el fracaso de la
monarquía. La república, debida principalmente a sus divisiones nternas fracasó
y se volvió a restaurar la monarquía.