1. LA HERENCIA DEL ANTIGUO RÉGIMEN
La propiedad de la tierra, en la España del Antiguo Régimen, se caracterizaba por el dominio útil de la tierra que estaba, en gran medida, en manos de la nobleza y de la Iglesia. La Iglesia, por su parte, era propietaria de grandes extensiones de tierra como consecuencia de las numerosas donaciones de que era objeto desde hacía siglos. De esta forma, la tierra quedaba inmovilizada y convertida en tierra de «manos muertas». También los municipios eran propietarios de tierras que tenían su origen en concesiones reales durante la Reconquista. Como resultado, la cantidad de tierra a la que se podía acceder como propietario había ido disminuyendo y encarecíéndose.
1.1 Razones para desamortizar la tierra
El liberalismo político español ve la necesidad de una reforma de la propiedad de la tierra, siguiendo el modelo francés de la Revolución Francesa. Desamortizar consiste en que el Estado incauta bienes raíces pertenecientes a la Iglesia y a los municipios, y los vende en subasta. No pretenden los gobiernos liberales una reforma agraria «total», ni se buscaba el bien de los campesinos, ni tan siquiera de mejorar la agricultura española, tan atrasada en aquellos momentos. La verdadera razón para la desamortización es la de sanear la Hacienda Pública. Otra razón es la de crear un sector de propietarios afines al régimen liberal. Un tercer objetivo es de tipo social, pero dudosamente admisible: el acceso de labradores y jornaleros modestos a la propiedad de las tierras.
2.PROCESO DE DESAMORTIZACIÓN
Desde el reinado de Carlos III ya se planteaba la necesidad de llevar a cabo una desamortización. Este proceso se llevó a cabo en varias fases:
• Godoy, entre 1798 y 1808. Se desamortizan bienes de la Compañía de Jesús, bienes raíces de hospitales, hospicios, casas de misericordia, cofradías e incluso bienes no explotados de particulares.
• José I, entre 1808 y 1813. Su alcance fue muy limitado por la situación de guerra. Se trató de una pequeña desamortización que no implicó la supresión de la propiedad, sino la confiscación de sus rentas para el avituallamiento de las tropas francesas, de forma que se devolvíó en 1814.
• Cortes de Cádiz (1813). También de corto alcance por su poca duración y por la situación de guerra. Se trató de una desamortización de bienes comunales de los municipios, así como bienes de la Inquisición, de los Jesuitas y de las órdenes suprimidas. Marca las pautas de las siguientes desamortizaciones: enajenación, subasta y razones fiscales (no agrarias).
• Trienio liberal (1820-1823). Durante este período volvieron a entrar en vigor las decisiones de las Cortes de Cádiz y se adelanta ya la gran desamortización de los bienes de la Iglesia. Sin embargo, los resultados del Trienio liberal no pudieron ser de gran alcance a causa de la pronta restauración del régimen absolutista.
• Mendizábal (1836). El apoyo del clero a la causa carlista y la necesidad estatal de recursos financieros impulsaron la obra desamortizadora, enmarcada dentro del amplio programa de reformas del proyecto progresista. Declaró propiedad nacional los bienes raíces, rentas y derechos de las comunidades religiosas , disponiendo su salida a pública subasta. Su objetivo era conseguir dinero para financiar la guerra carlista. La desamortización se plasmó en dos disposiciones, la primera suprime las órdenes religiosas y la segunda, determina el sistema de venta de los bienes nacionalizados.
En 1838 se aceleró el proceso, y sobre todo desde 1840, cuando la victoria Cristina hizo irreversibles las ventas. La desamortización de Mendizábal afectó a los bienes eclesiásticos, principalmente de las órdenes religiosas. El volumen de ventas estuvo entre los 3.500-4.000 millones de reales entre 1830-50. Las ventas las acaparó gran parte de la burguésía de negocios madrileña, sobre todo una burguésía rentista agraria, antiguos arrendatarios y muchos funcionarios civiles o militares.
• Espartero (1840-1843). Se añaden en ésta también los bienes del clero secular. Supondrá un montante de 3.447 millones de reales. Fue finalmente con la vuelta de los moderados, en 1844, cuando se suspendieron las subastas.
• Ley Madoz (1855). Afectaba al clero secular y a los bienes municipales. El 1 de Mayo de 1855, sacó a la luz su Ley de Desamortización General. Se llamaba «general» porque se ponían en venta todas las propiedades rústicas y urbanas pertenecientes a la Iglesia, que no habían sido vendidos en la etapa anterior, los bienes de propiedad municipal y de propios y comunes, es decir, la propiedad colectiva o comunal y, en general, todos los bienes que permanecieran amortizados. La venta de dichos bienes se destinaría a amortizar la deuda del Estado y a financiar obras públicas. La venta de los bienes eclesiásticos suscitó la ruptura de relaciones con la Iglesia , en tanto que la desamortización de los bienes municipales, de donde provénían los recursos de los ayuntamientos y de los campesinos más pobres, encontró una fuerte oposición no sólo de los moderados, sino también de algunos diputados progresistas.
2.1 Consecuencias de la Desamortización
La desamortización, al desvincular las tierras de sus propietarios, rompíó la organización jurídica existente, haciéndolas aptas para ser vendidas, enajenadas o repartidas. Estos resultados fueron los siguientes:
A) Consecuencias económicas:
• Favorecíó una considerable expansión de la superficie cultivada y de la producción agraria, si 3 bien esta última fue causada más por la extensión de los cultivos a tierras yermas que por la mecanización y por el uso de abonos.
• Esta expansión estuvo acompañada frecuentemente de un efecto negativo: la deforestación. Los compradores que adquirieron pequeños lotes de monte para convertirlos en tierras de labor u obtener un debieron ser estos daños, que en 1855 se insistíó en la necesidad de evitarlos.
• Acrecentó la concentración de la tierra en pocas manos, porque las familias más poderosas conservaron intactos sus patrimonios: sus tierras fueron desvinculadas, pero no expropiadas. Se perfiló así el mapa de los grandes latifundios en Andalucía, La Mancha y Extremadura.
• Tampoco se obtuvieron los resultados financieros que se esperaban, porque los fondos, tanto en metálico como en bonos de la Deuda pública, tardaron en llegar y se desvalorizaron.
B) Consecuencias sociales:
• No consiguió crear una amplia clase media agraria, aunque sí contribuyó a sustituir la estructura social señorial campesina, heredada del Antiguo Régimen, por una estructura capitalista.
• Los principales beneficiarios no fueron los antiguos trabajadores de la tierra; pero hubo pequeños y medianos compradores locales que constituyeron el núcleo de una clase modesta o media de propietarios rurales. Los efectos fueron más importantes en la consolidación de las clases medias urbanas, principales compradoras de fincas rústicas, que se enriquecieron y diversificaron así sus patrimonios.
• La roturación de la vieja propiedad municipal empobrecíó a los ayuntamientos, privándolos de su autonomía económica.
C) Consecuencias políticas y culturales:
• Se creó una masa de adheridos a la causa liberal, por estar ligada a ella la suerte de sus fortunas; pero también esta causa se creó enemigos entre aquellos más afines a la Iglesia, provocando una escalada de tensiones entre la Iglesia y el Estado liberal, cuyas relaciones quedaron rotas durante un buen período de tiempo.
• Se perdíó un inmenso patrimonio cultural. Muchos conventos fueron abandonados, otros demolidos, y sus obras de arte vendidas a anticuarios, saliendo de España al extranjero un incalculable número de ellas.
3. CAMBIOS AGRARIOS
Respecto a los cambios agrarios, tras los intentos de Reforma Agraria, el panorama general de la agricultura española del período se caracterizó por el estancamiento. Los niveles de productividad aún estaban muy por debajo de los europeos, se manténía el atraso técnico, pues no se introdujeron la mayoría de las novedades puestas en práctica en otras zonas de Europa, y pervivía la conflictividad social. En la Submeseta Sur y Andalucía el latifundismo provocaba unas pésimas condiciones de vida de la mayoría de los trabajadores del campo, que habían pasado, debido a la Desamortización, a la condición de jornaleros, lo que provocaba enormes protestas y cada vez se hizo más frecuente la reivindicación de tierras, que se irá progresivamente radicalizando.
El principal cultivo del campo español siguió siendo el cereal, que acaparaba más del 40% del producto agrario, pero el comportamiento rentista de los agricultores dedicados al cereal, fundamentalmente castellanos, impidió la modernización de las explotaciones y la bajada de los precios del trigo que ésta hubiese permitido.
La naranja valenciana se convirtió en una de las principales exportaciones con lo que aumentó el poder adquisitivo de los pequeños y medianos propietarios valencianos y nacíó una industria local diversificada .
TEMA 3. EL SEXENIO DEMOCRÁTICO (1868-1874)
1. LA REVOLUCIÓN DE Septiembre DE 1868
Existen diversas causas para explicar la revolución de 1868:
– Una crisis económica desde 1866 se arrastraba por la conjunción de una crisis financiera, originada por las inversiones ferroviarias poco rentables; una crisis industrial, sobre todo en Cataluña, pues la guerra de Secesión de EEUU (1861-65) había interrumpido la llegada de algodón en rama y su precio se disparó, y las repetidas crisis de subsistencias provocadas por la sequía y las malas cosechas, que trajo carestía y hambrunas en la población.
-El deterioro político que se había alcanzado por el desprestigio de la Corte y de la reina a causa de su vida y los españoles estaban muy descontentos con los partidos políticos. El Partido Moderado en el poder gobernaba por decreto y el Partido Progresista y el Partido Demócrata optaron por defender la conspiración como única manera de llegar a gobernar, de modo que ambos firmaron el Pacto de Ostende (1866) con el objetivo de acabar con el moderantismo y con la monarquía isabelina. A este pacto se uníó la Uníón Liberal en 1867.
La sublevación estalló el 19 de Septiembre de 1868. El general Prim, líder del partido progresista y el general Serrano, líder de la Uníón Liberal se reunieron con los sublevados y apoyaron el golpe, contando desde un principio con el apoyo de la población gaditana. Además del pronunciamiento militar, en la revolución tuvieron un gran protagonismo las fuerzas populares, sobre todo urbanas, dirigidas por los progresistas, demócratas y republicanos, que se organizaron en Juntas provinciales revolucionarias que organizaron el levantamiento y lanzaron llamamientos al pueblo.
2. EL GOBIERNO PROVISIONAL. LA CONSTITUCIÓN DE 1869
Se establecíó un Gobierno Provisional presidido por el general Serrano y con el general Prim como ministro de la guerra.
Se inició un importante programa de reformas: libertad de imprenta, el derecho de reuníón y asociación y el sufragio universal; la reforma de la enseñanza, la democratización de Ayuntamientos y Diputaciones, la emancipación de los hijos de los esclavos en las colonias y una nueva moneda, la peseta.
Convocó elecciones a Cortes Constituyentes por sufragio universal . Los progresistas vencieron y marcaron con su ideología la nueva constitución que se aprobó. Estas son sus principales carácterísticas:
• Soberanía nacional
• Sufragio universal directo para los varones mayores de veinticinco años. • Monarquía democrática, con una serie limitación de los poderes del rey. • Poder ejecutivo en manos del Consejo de Ministros.
• Poder legislativo en unas Cortes bicamerales. Ambas cámaras, Congreso y Senado, son elegidas por el cuerpo electoral.
• Amplia declaración de derechos y libertades, reconocíéndose por primera vez los derechos de manifestación, reuníón y asociación, así como la libertad de enseñanza.
• Libertad de cultos religiosos
Proclamada la Constitución y con el trono vacante, las Cortes establecieron una regencia que recayó en Serrano, mientras Prim era elegido presidente del gobierno y se le asignó la tarea de buscar un nuevo rey para los españoles. Este gobierno tuvo que hacer frente al descontento del campesinado andaluz y extremeño, que reclamaba un mejor reparto de la tierra, y al incipiente movimiento obrero (anarquismo, socialismo) que sufríó un proceso de radicalización en demanda de mejores condiciones salariales y de trabajo. Además estalló en Cuba la Guerra de los Diez Años (1868-1878). Los cubanos pedían más autonomía e incluso la independencia.
3. EL REINADO DE AMADEO DE Saboyá (1871-1873)
Tras aprobarse la Constitución que establecía la monarquía como forma de gobierno y desechada la opción de los Borbones, se inició la búsqueda de un candidato adecuado a la Corona entre las familias reales europeas. Tres días antes de la llegada de Amadeo I a España fue asesinado el general Prim, el principal apoyo del nuevo rey y su ausencia debilitó grandemente su posición.
Isabel II; y, finalmente, los republicanos, grupo procedente del Partido Demócrata que reclamaba reformas más radicales en lo político, económico y social y un fuerte anticlericalismo.
Además, Amadeo tuvo que hacer frente al nuevo estallido de las guerras carlistas y al conflicto de Cuba.
4. LA PRIMERA REPÚBLICA (1873-1874)
Las ideas republicanas tenían escaso apoyo social y contaban con la oposición de los grupos sociales e instituciones más poderosos del país. La alta burguésía y los terratenientes, los altos mandos del ejército, la jerarquía eclesiástica eran contrarios al nuevo régimen.
Los escasos republicanos pertenecían a las clases medias urbanas, mientras las clases trabajadores optaron por dar su apoyo al movimiento obrero anarquista. El primer presidente fue el moderado ESTANISLAO FIGUERAS , con una serie de problemas: la división interna entre republicanos unionistas y federales; la quiebra financiera del Estado y la situación muy mala del sector agrario; en el terreno internacional solo los EE.UU y Suiza reconocieron al nuevo régimen. Se empezó a redactar una nueva Constitución siguiendo el ideario federalista que no llegó nunca a promulgarse, la «Constitución NO NATA del 73». Según este proyecto se establecería una República Confederal compuesta por 17 estados y varios territorios de ultramar, cada uno de los cuales podía tener su propia Constitución. Este proyecto planteaba por primera vez en el liberalismo español un estado no centralista, y recogía tradiciones regionalistas que están en el origen de las futuras propuestas nacionalistas. Otras medidas adoptadas fueron la supresión del impuesto de consumos, que agravó el déficit de Hacienda; la eliminación de las quintas; la reducción edad de voto a los 21 años y la prohibición de emplear a niños de menos de diez años en fábricas y minas.
Los gobiernos republicanos tuvieron que hacer frente a un triple desafío bélico:
• La nueva Guerra Civil carlista. Carlos VII, nieto de Carlos María Isidro, encabezó una nueva insurrección carlista en el País Vasco y Navarra. Aprovechando el caos general, los carlistas llegaron a establecer un gobierno en Estella (Navarra).
• La guerra de los Diez Años en Cuba. En 1868 se inició en la isla caribeña una insurrección anticolonial que derivó en lo que los cubanos denominan la “Guerra Larga”. Tuvieron que pasar diez años hasta que las autoridades españolas consiguieron pacificar la isla con la firma de la Paz de Zanjón en 1878.
• La resistencia del cantón de Cartagena le convirtió en el símbolo en el que las ideas republicano-federales y anarquistas se mezclaron.Pi y Margall dimite al no querer usar la violencia y le sustituye un nuevo presidente, NícolÁS SALMERÓN, un intelectual y republicano unitario. Se apoya en el ejército para acabar rápidamente con las insurrecciones cantonales, a las que puso fin a excepción de los cantones de Málaga y Cartagena. Le sucederá en la presidencia de la república EMILIO CASTELAR que representa el definitivo giro conservador de la república.
El régimen republicano se mantuvo nominalmente un año más, aunque la dictadura de Serrano fue un simple paso previa a la restauración de los Borbones que planeaban los alfonsinos con su líder Cánovas del Castillo. La Restauración se vio finalmente precipitada por un golpe militar del general Martínez Campos en Sagunto el 29 de Diciembre de 1874. Se iniciaba en España el período de la Restauración.