5.3 REINADO DE FVII, INDEPENDENCIA COLONIAS AMERICANAS: Tras la firma del Tratado de Valançay, Napoleón devolvíó el trono a Fernando VII. Las Cortes le pidieron que se dirigiera a Madrid, se dirigíó a Valencia donde dio un Golpe de Estado. Después suprimíó las Cortes y anuló la Constitución, con el apoyo de la nobleza, el clero y el ejército, “El Manifiesto de los Persas”, se defendía la vuelta al absolutismo, la defensa de los privilegios y la uníón entre la Iglesia y el Estado, recibíó el apoyo de una gran parte del pueblo, apelativo “El Desead, recibíó apoyos internacionales del resto de monarquías europeas, que habían repuesto el absolutismo en el Congreso de Viena de 1815, donde se había creado la Santa Alianza, una organización militar de ayuda mutua en defensa del absolutismo. En 1814, Fernando VII comienza la primera etapa de su reinado: el Sexenio Absolutista 18141820. Las medidas llevadas a cabo por el monarca durante esta etapa se van a centrar en el restablecimiento del absolutismo y la eliminación de las medidas legislativas llevadas a cabo por las Cortes de Cádiz durante la Guerra. Entre estas medidas destacan (Supresión de la Constitución, Restablecimiento de los privilegios, Restitución de la Inquisición, la Mesta, los gremios, el régimen señorial, las instituciones feudales y los consejos, El retorno de la Compañía de Jesús, Represión y persecución de afrancesados y especialmente de liberales, que habían estado en el poder durante su encarcelamiento. El gobierno de Fernando VII se caracterizó por: una permanente inestabilidad política, causada por los continuos cambios en el gobierno; por el restablecimiento de los consejos; por un gobierno personalista del rey, que se dejaba asesorar por una camarilla; por un descontento social generalizado entre campesinos, clases urbanas, una parte del ejército liberal y un sector de la Iglesia, al que no se le habían devuelto las tierras desamortizadas. Este descontento social hizo que surgieran grupos de oposición que comenzaron a protagonizar movimientos clandestinos liberales o pronunciamientos; y por una situación económica desastrosa, causada por: (la disminución de los precios agrícolas, el hundimiento de la industria, la perdida de los mercados coloniales, la quiebra de la Hacienda o quiebra financiera porque el Estado gastaba gran parte de sus ingresos en frenar los levantamientos independentistas en América, porque había vuelto a instaurar los privilegios y eliminaba la contribución única, que hacía que todos los estamentos colaborasen en el mantenimiento del Estado) En 1820, el general Riego organiza el Pronunciamiento de Riego en Cabezas de San Juan, que triunfó y dio paso al de Trienio Liberal 1820-1823. Durante esta etapa Fernando VII tuvo que restablecer la Constitución, la legislación aprobada en las Cortes de Cádiz y convocar elecciones a Cortes. El Trienio fue un periodo de agitación social causada por: la división interna de los liberales entre progresistas o exaltados, seguidores de la ideología de Riego y moderados, seguidores de las Cortes de Cádiz, la actitud involucionista del rey, que se enfrentaba constantemente con los liberales.Las Cortes llevaron a cabo un programa de reformas: (la reforma agraria: destinada a la desamortización de la tierra de los

monasterios, la supresión de la vinculación de la tierra y la desaparición de los señoríos jurisdiccionales. Esta reforma sólo benefició a los ricos y los beneficios no llegaron a los campesinos. La reforma religiosa: el gobierno favorecíó el anticlericalismo y la separación entre Iglesia y Estado, para ello se llevaron a cabo las siguientes medidas: fin de la Inquisición, expulsión de los jesuitas, reducción del diezmo y aprobación de la Ley de Supresiones Monacales, que reducía el número de conventos y desamortizaba sus bienes. La reforma militar: se llevaron a cabo actuaciones para conseguir un ejército fiel al liberalismo, la Milicia Nacional. La reforma educativa: secularización de la enseñanza. La reforma fiscal: esta reforma repone el sistema fiscal de las Cortes de Cádiz, en el que se eliminaban los privilegios y se obligaba a cargar con el peso del coste del Estado a todos los grupos sociales en función de la riqueza, para así resolver el problema del endeudamiento de la Hacienda.) Durante todo el Trienio, el clero y la aristocracia, con el apoyo del rey, protagonizaron movimientos de insurrección contra los liberales, son los llamados realistas. Varios de ellos fueron frenados por el gobierno, pero finalmente, Fernando VII recibíó ayuda de la Santa Alianza con los “Cien Mil hijos de San Luis” dirigidos por el Duque de Angulema, que formó una regencia entorno a Fernando VII en la Seo de Urgel, hasta la victoria absolutista de la Santa Alianza. Tras la victoria comenzó la tercera etapa del reinado de Fernando VII, la Década Ominosa 1823-1833. Fernando VII asumíó de nuevo el gobierno, retornó al absolutismo y comenzó una dura represión contra los liberales a través de la creación de: (la Superintendencia General de Policía, cuya función era depurar a los militares y funcionarios que habían colaborado con los liberales, El cuerpo de voluntarios realistas, que era un ejército de voluntarios dedicados a defender el absolutismo y perseguir a los liberales, Tribunales de justicia y Juntas de Fe, con una función similar a la Santa Inquisición.) En 1833, se decretó una anulación de toda la legislación aprobada en el Trienio y el restablecimiento del absolutismo, como ya se había hecho en 1814, pero no se volvíó a un absolutismo radical, sino que mantuvieron algunos ministros reformistas de carácter liberal. (Un ejemplo de ello es la no restitución de la Inquisición). Para ayudar al rey en las funciones de gobierno se creó el Consejo de Ministros. El mantenimiento en el poder de estos reformistas hizo que los realistas, se enfrentaran al rey, que querían la vuelta a un absolutismo radical. Estos protagonizaron la Revuelta de los Agraviados en 1827, en la que pidieron que el trono pasara a manos de Carlos, hermano de Fernando VII, que era un absolutista radical, estos son el origen de los carlistas. Los problemas que tuvo que afrontar Fernando durante su reinado fueron: la crisis política permanente, por la incapacidad del gobierno para solucionar los problemas, la continua crisis económica provocada por el endeudamiento, las insurrecciones liberales como la de Espoz y Mina y Torrijos. Pero su principal problema fue la cuestión sucesoria, ya que Fernando VII, envejecía y sólo había tenido como descendencia dos hijas, y en España imperaba la ley sálica, que prohibía reinar a las mujeres. Para solucionar esta situación, Fernando recupera un documento firmado por su padre en 1789, llamado la Pragmática Sanción, que abolía la ley sálica. La aprobación de la Pragmática Sanción supónía que se formaran dos bandos en España, por un lado, el bando isabelino dirigido por María Cristina de Borbón, esposa de Fernando VII, y que contaba con el apoyo de los liberales, y por otro lado el bando carlista, liderado por Carlos María de Isidro, hermano de Fernando VII y con el apoyo de absolutistas. En 1832, se produjeron los Sucesos de la Granja, el rey en su lecho de muerte derogó la Pragmática Sanción, lo que le devolvía el trono a Carlos María de Isidro, pero Fernando VII se restablecíó y aprobó de nuevo la Pragmática Sanción, devolviendo el trono a su hija Isabel. Tras la recuperación del rey se destituyó a los ministros absolutistas que habían intentado quitar el trono a Isabel y fueron sustituidos por Cea Bermúdez, que comenzó a llevar a cabo medidas para implantar el liberalismo y exiliar a Carlos. En 1833 muere Fernando VII y María Cristina comienza su regencia.

EMANCIPACIÓN DE LA AMÉRICA ESPAÑOLA