Consecuencias Económicas de la Segunda Guerra Mundial y Recuperación Posterior (1950-1970)

1. Efectos Económicos de la Segunda Guerra Mundial en Europa Occidental

La Segunda Guerra Mundial tuvo devastadoras consecuencias económicas y sociales en Europa Occidental:

  • Fuertes pérdidas humanas: Aproximadamente 42 millones de personas perdieron la vida.
  • Pérdidas materiales: Deterioro significativo de infraestructuras y bienes de equipo.
  • Deterioro de la actividad económica: Colapso de la producción y el comercio, con un descenso generalizado del nivel de vida.
  • Cambios políticos:
    • Modificación de fronteras en Europa Oriental y pérdida de colonias por parte de Japón.
    • Consolidación de democracias liberales en Europa Occidental.
    • División del mundo en dos bloques: capitalista y comunista.
    • Inicio del proceso de descolonización del Tercer Mundo.
  • Cambios en las relaciones económicas internacionales.

2. La Recuperación Económica de Posguerra: El Plan Marshall y las Políticas Nacionales

Estados Unidos proporcionó ayuda financiera a Europa para la adquisición de bienes de equipo y materias primas, con el objetivo de contribuir a la estabilidad económica del continente. Esta estrategia se materializó en el Plan Marshall. La reconstrucción de Europa Occidental avanzó rápidamente gracias a este impulso, la cooperación internacional y las nuevas instituciones económicas internacionales.

La política económica nacional se orientó hacia la reconstrucción mediante el aumento de la inversión. El Estado intervino en sectores prioritarios de la economía a través de:

  • Nacionalización de sectores básicos.
  • Planificación estatal para coordinar la inversión pública y privada.
  • Creación de organismos estatales con participación de empresas privadas.

Además de la intervención estatal, fue crucial el consenso social entre empresarios y trabajadores, así como entre partidos políticos. Los Estados adoptaron políticas keynesianas para controlar la demanda y frenar desequilibrios.

3. La Edad de Oro de las Economías Capitalistas Desarrolladas (1950-1973)

Este período se caracterizó por un fuerte incremento de la productividad en los países capitalistas, debido a:

  1. Rápida difusión de avances tecnológicos: Gracias al aumento de la formación de capital, el gasto público en educación y el gasto en I+D.
  2. Mejor reasignación de recursos humanos: Debido al cambio estructural en el empleo y al crecimiento de la oferta de trabajo (crecimiento natural e inmigración).
  3. Altos y estables niveles de demanda: Impulsados por la creación de una sociedad de consumo y la expansión de los mercados exteriores. El Estado sostuvo la demanda manteniendo el pleno empleo, estabilizando los precios y equilibrando la balanza de pagos.
  4. Entorno institucional favorable al crecimiento: Se afianzó el sistema monetario y aumentaron los medios de financiación para el comercio internacional con la creación del FMI. En Europa, se creó la Comunidad Económica del Carbón y del Acero (CECA) para suprimir aranceles, cuyo éxito condujo a la firma del Tratado de Roma en 1957, estableciendo la Comunidad Económica Europea (CEE) para crear un mercado común. A mediados de los ochenta, la CEE avanzó hacia una mayor integración.

4. La Crisis Económica de los Años Setenta y la Recuperación

Las condiciones que favorecieron la rápida expansión económica durante la Edad de Oro desaparecieron a principios de los años setenta. La inflación y el desempleo aumentaron, y el crecimiento económico se ralentizó, dando paso a un sistema económico inestable. La crisis fue desencadenada por dos problemas principales:

  • La elevación del precio del petróleo (1973): La elevada dependencia del crudo por parte de los países capitalistas hizo que el alza de precios, impulsada por la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo) tras la guerra de Yom Kippur, tuviera un grave impacto. Una segunda crisis del petróleo en 1979, tras la caída de la monarquía iraní, elevó aún más los precios.
  • La quiebra del sistema monetario internacional de Bretton Woods (1971): Este sistema quebró debido a la falta de reajuste de las paridades según los incrementos de productividad entre países y a la creciente necesidad de liquidez, que dependía de los déficits en la balanza de pagos de EE. UU. Estados Unidos suspendió la convertibilidad del dólar en oro y devaluó su moneda.

Los gobiernos abandonaron el pensamiento keynesiano y adoptaron políticas económicas centradas en el control de la inflación y la resolución del desequilibrio exterior.

A mediados de los años ochenta, se observó una recuperación, con un aumento de las tasas de crecimiento e inversión y una reducción de la inflación. Algunos países lograron reducir significativamente el desempleo, mientras que otros enfrentaron mayores dificultades.

La crisis de los setenta aceleró cambios estructurales:

  1. Mayor retroceso del sector agrícola.
  2. Reconversión industrial: Declive del sistema fordista debido a la incapacidad de la tecnología para mejorar la productividad. Se produjo una desintegración vertical de las actividades económicas para lograr una especialización flexible.
  3. Terciarización de la economía: Expansión del sector público y de las actividades de ocio, así como la externalización de actividades terciarias por parte de las empresas (investigación y desarrollo, diseño, publicidad, marketing, distribución, mantenimiento informático) para reducir costes y especializarse.

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