Consolidación del Régimen Franquista: Leyes y Soportes Sociales

Institucionalización del Régimen: Leyes Orgánicas

El dictador, que concentraba todo el poder, asumió la función constituyente. Poco a poco el régimen fue aprobando diversas Leyes Orgánicas, que configuraron lo que se vino a llamar las Leyes Fundamentales del Movimiento:

  1. Decreto de Unificación 1937: En febrero de 1937 se estableció como himno nacional la Marcha Real, y en abril, mediante la promulgación de un Decreto, tras algunas refriegas entre falangistas en Salamanca, el “generalísimo” se constituyó en Jefe nacional del partido único que, con el nombre de Falange Española Tradicionalista y de las JONS, surgía para agrupar políticamente a toda la España rebelde a la República.
  2. Fuero del Trabajo, 1938: Prohibición de los sindicatos libres. Siguiendo el modelo fascista, la Organización Sindical se configuró como el sindicato único obligatorio y vertical, controlado por la Falange.
  3. Ley de Responsabilidades Políticas, 1939: Fue la herramienta jurídica utilizada para la dura represión que llegó al final de la guerra. Envió a cárceles y campos de concentración a todos los combatientes del bando republicano que no se exiliaron. En muchos casos sus condenas incluían trabajos forzados. Se acompañó esta ley con un control social e ideológico: censura, educación y propaganda. “Franco manda y España obedece”. Se llevaron a cabo implacables procesos de depuración en el ambiente educativo y universitario. España perdió para siempre científicos, juristas, historiadores, poetas, pintores. Cerca del 90% de los intelectuales abandonó el país.
  4. Ley Constitutiva de las Cortes, 1942: Aconsejadas por la evolución del conflicto europeo, que ya empezaba a decantarse a favor de los aliados, se repudia el sufragio universal y se instauraba la representación corporativa: la familia, el municipio, y el sindicato. Sus funciones eran meramente consultivas, sin mención a la soberanía nacional, y el jefe del Estado disponía de plena capacidad para legislar.
  5. Fuero de los Españoles, 1945: Operación de maquillaje del régimen ante las exigencias de los vencedores de la II Guerra Mundial. En realidad, el texto proponía un sistema político autoritario de carácter confesional. Una teórica declaración de derechos y deberes impregnada de la mentalidad tradicionalista y católica. No supuso ningún reconocimiento real de derechos políticos o sociales.
  6. Ley de Referéndum Nacional, 1945: Esta ley permitía al Jefe del Estado convocar plebiscitos para que el pueblo pudiera ser consultado de manera individual, pretendiendo mostrar que en España estaba reconocido el sufragio universal. Se realizaban siempre por decisión de Franco y en un marco de ausencia de libertades.
  7. Ley de Sucesión a la Jefatura del Estado, 1946/47: Fue sometida a referéndum y aprobada en uno de los pucherazos de la historia del régimen, por más del 93% de los votantes con solo una abstención del 18%. España fue declarada «reino» y Franco, que se confirmaba como jefe vitalicio del Estado, se reservó el poder de proponer su futuro sucesor. Esta ley constituyó una gran decepción para los monárquicos que soñaban con que Franco propiciara la vuelta al trono de los Borbones.
  8. Ley de Principios del Movimiento Nacional 1958: Suponía la incorporación institucional de la doctrina falangista y el reconocimiento de la Falange Española Tradicionalista (FET) como único partido.
  9. Ley Orgánica del Estado 1966: Tras un largo periodo sin leyes fundamentales, el régimen trató de responder al desarrollo del país. Introduce algunas novedades funcionales, como la separación de los cargos de Jefe del Estado y presidente del gobierno, aunque este no se cubriría hasta 1973.

Bases Sociales del Régimen Franquista

La represión y el ejercicio diario de la propaganda por todos los medios contribuyeron a la larga duración del régimen. Sin la existencia de importantes apoyos institucionales y sociales, Franco difícilmente hubiera podido sobrevivir a las presiones exteriores, oposición política, agitaciones estudiantiles o protestas obreras y regionales.

Pilares del Régimen

  1. Falange: Sin ser falangista convencido, le resultó de gran utilidad (servidores dóciles). Algún representante llegó a ministro, sin acceder a carteras de mayor influencia.
  2. Iglesia: Inseparable del Estado, ya que de aquella recibe este la legitimidad moral que necesitaba. A cambio, el clero recibió (quid pro quo): aceptable bienestar, poder social efectivo, estricto control de sus posibles enemigos, facilidad para difundir su doctrina y la práctica.
  3. Ejército: El poder de los militares dentro del gobierno alcanzó su punto culminante entre 1935-45, siendo a partir de entonces progresivamente reemplazados. Franco no dejó de tener a su lado viejos compañeros de armas (Alonso Vega o Carrero Blanco), y siempre contó con su fidelidad (solo algún problema con compañeros monárquicos que querían restaurar la corona).
  4. Oligarquía, campesinado y pequeña burguesía: El Estado Franquista fue respaldado por grupos sociales que habían apoyado la sublevación militar: grandes terratenientes, empresarios industriales, pequeña burguesía provinciana y campesinado católico. A partir de los años 60, el crecimiento económico hizo surgir una clase media muy numerosa. Los “obreros apolíticos” identificaron su progreso con la actuación económica del Franquismo, y la pequeña burguesía se enriqueció por el proteccionismo oficial.

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