Consolidación del régimen
Tras la guerra y durante los años 50 la situación era de descontento por la situación económica a pesar de la admisión internacional.
Entre 1956 y 1958 se desarrollan las primeras protestas obreras y se inicia la disidencia universitaria. Presionado por estos conflictos Franco se ve obligado a acabar con el sistema de la autarquía y crear un nuevo gobierno con los tecnócratas, que dio como resultado el auge económico de los años 60. La autarquía fue el sistema económico establecido tras la guerra para la recuperación económica del país. Se basaba en la autosuficiencia económica con un fuerte intervencionismo estatal y el intento de convertir a España en un potencia mundial. Las medidas tomadas fueron la limitación de las importaciones y el impulso de las industrias nacionales; fijar los precios de los productos y obligando a los agricultores a vender al estado los excedentes de la cosecha; el racionamiento de bienes de primera necesidad a través de cartillas individuales o familiares (Hasta 1952) y la fundación del Instituto Nacional de Industria (INI) cuyo objetivo era la creación de empresas bajo control gubernamental pero cuyos productos no resultaron exportables por su precio y mala calidad. Las consecuencias de este sistema fueron fatales y pusieron la situación económica al borde del colapso. Estas consecuencias fueron el estancamiento (frenando la producción industrial); el aumento de la Inflación; la escasa producción agrícola, ocasionada por los bajos precios, que resultaban en el abandono de las tierras; menos comercio internacional; la extensión del hambre y la desnutrición ocasionado 100.000 muertos desde el fin de la guerra a 1945; la disminución de los salarios y el aumento del desempleo; el desarrollo de un mercado negro al margen del gobierno y el asentamiento de la corrupción. Su fin vino dado por no lograr sus objetivos y al cabo de 1951 se tendió a una liberalización parcial de los precios, comercio y circulación y el fin del racionamiento y la ayuda prestada por USA y las nuevas relaciones internacionales. El desarrollismo fue un sistema que supuso el auge económico entre 1959 y 1970 y que se basó en la incorporación a los países occidentales aunque no hubo evolución política. En 1957 se crea un nuevo gobierno formado por los denominados “Tecnócratas” y que eran miembros del Opus Dei como Mariano Navarro Rubia y Alberto Ullastres. Los objetivos de este nuevo gobierno son la reinserción de España en el espacio comercial y financiero internacional y la modernización, liberalización y saneamiento de la economía española. Las medidas para logarlo fueron la devaluación de la moneda (Facilita los intercambios internacionales); la reducción del gasto público y la liberalización parcial del comercio exterior estableciendo menos trabas para las inversiones extranjeras. Las consecuencias fueron de parón en un primer momento (1959-1960) a causa de la caída de los salarios, precios y el consumo además de un menor déficit y acumulación de capitales, pero a partir de 1961 supone un auge. Este auge está basado en el sector industrial y el sector servicios; una expansión industrial (Basada en los bajos salarios; las inversiones y tecnología extranjeras; la economía dependiente del exterior y el surgimiento de nuevas áreas industriales como Madrid); el crecimiento industrial que provocó un éxodo rural debido a la mecanización del campo y el crecimiento de las ciudades; la emigración labora la Europa; la estabilización de la balanza de pagos no deficitaria con la entrada masiva de turistas, las inversiones extranjeras y las aportaciones de los trabajadores emigrantes. En 1964 se llevan a cabo los planes de Estabilización, que canalizan e impulsan el desarrollo económico a través de incentivos fiscales y estatales. Se llevan a cabo planes cuatrienales a partir de 1964 aunque el último no fue posible por la crisis del petróleo de 1973, que paralizó la economía española al ser esta dependiente del exterior. A comienzos de los 70 España era el décimo país más industrializado del mundo; Con una elevada producción (Acero, cemento, automóviles, electricidad y barcos) y carente (Tecnología, capital, fuentes de energía) lo que le ocasionaba gran dependencia exterior. Aun así en España había un gran desequilibrio territorial y un gran retraso agrícola. Este desarrollo económico trajo consigo también un cambio social. Estos cambios fueron el Baby boom de los 60 que aumentó la población de 30 a 33 millones de habitantes; el aumento de las clases medias urbanas (50% de la población en 1970); un cambio en los valores e ideas; una transformación de las necesidades, conductas, hábitos y ocio como consecuencia del consumismo; una mayor apertura de la mujer introduciéndose esta en la universidad, en el mundo laboral y en la conducción; la europeización de ciertos aspectos culturales iniciando un rechazo del fascismo y las Iglesia; una reforma en la educación disminuyendo el analfabetismo a 1,5%, aumentan en la década de los sesenta por 10 el número de universitarios, invirtiendo en instalaciones; el éxodo rural y la llegada masiva de turistas. Aunque hubo un gran desarrollo económico, esto no supuso un desarrollo ideológico y el Régimen se mantuvo firme a sus principios. Los rasgos más importantes son la consolidación de Carrero Blanco y López Rodo; el gobierno de los tecnócratas y las medidas legislativas. Las medidas legislativas fueron la ley de bases de la seguridad social (1963); la ley de prensa (1966) que redujo la censura; la Ley orgánica del Estado (1967), que establecía la libertad religiosa, la separación entre jefe de Estado y presidente de gobierno y el establecimiento de procuradores familiares elegidos por el pueblo para tener representación en las cortes. En 1969 se establece que el heredero será Juan Carlos I, que Franco cree que continuará su obra, pues ha sido educado según los valores dictatoriales. En 1969 ocurre el escándalo de MATESA que consiste en la estafa por parte de una empresa de un miembro del Opus de 10.000 millones. Tuvo gran difusión por parte de la prensa y las consecuencias fueron la salida de los tecnócratas del poder y el aumento de la censura de la prensa por parte de Carrero Blanco. En cuanto a política exterior se denegó el intento de entrar en la CEE al no ser un estado democrático y se inicia un proceso de descolonización de Marruecos, Guinea Ecuatorial y el Sáhara español.