Constitución de 1869 resumen

El texto es de fuente primaria de naturaleza jurídico-político


La Constitución española de 1869 fue la primera de carácter plenamente democrático del liberalismo decimonónico español, siendo aprobada el 6 de Junio de ese año, después de un proceso revolucionario que terminó con la etapa de Isabel II y el gobierno corrupto de los liberales moderados, esta revolución es conocida como “La Gloriosa”.

Los liberales moderados de Narváez, afincados en el poder desde 1845, enfrentaron durante la década de los sesenta la oposición de las clases populares, burguesas e incluso militares, como consecuencia de la guerra Hispano-Sudamericana, la decadencia económica y la corrupción política. La Constitución conservadora de 1845 permanecía vigente. Su soberanía era compartida entre el Rey y las Cortes, y restringía notablemente las libertades que ya recogiera la primera constitución española, la de 1812. Además, restringía sensiblemente el sufragio a una clase terrateniente y adinerada.

La segunda mitad de la década de los sesenta fue inestable. Se sucedieron los pronunciamientos de los militares contra los moderados, especialmente en 1866, cuando se amotinan los sargentos del cuartel de San Gil. También el general
Prim protagonizó un alzamiento contra la monarquía de Isabel II. El resultado fallido de estas conjuras contra los moderados no tuvo el éxito esperado, y el líder de la Uníón Liberal, O’Donnell, fue fusilado. Los descontentos con Isabel II y Narváez se reunirán primero en Ostende (Bélgica, 1866) y Bruselas (1867), con la intención de dar un golpe que derrocara a los moderados.

En Septiembre de 1868 se pronuncia el almirante Topete en Cádiz y, siguiéndole, se levantan en armas contra el gobierno el general Serrano y el general Prim. La muerte de Narváez algunos meses antes precipita la derrota de los moderados. En la batalla de Alcolea se decide el destino de Isabel II, que marcha al exilio francés.

Los hombres fuertes de la nueva situación serán fundamentalmente Prim y Serrano. Se celebraron elecciones por sufragio universal masculino para Enero de 1869, con la intención puesta en redactar un nuevo texto constitucional. La victoria se decide claramente por los partidos seguidores de la revolución, progresistas, unionistas y demócratas, teniendo una representación minoritaria los republicanos y carlistas.

El 6 de Junio de 1869 se promulga la nueva Constitución, de carácter democrático y monárquica, que estará vigente hasta 1873, cuando se proclame la Primera República (1873-1874). La Constitución recoge los principios de soberanía popular, división de poderes, libertad de culto, sufragio universal masculino, libertad de prensa y de conciencia, etc… Fue un texto que supuso un salto muy importante respecto a la Constitución vigente hasta entonces, la moderada de 1845.

La monarquía sería en adelante parlamentaria, y Prim fue el encargado de encontrar un candidato fuera de la familia Borbón para ocupar el puesto. Después de provocar una crisis internacional con la candidatura al trono español de un príncipe prusiano, la elección recayó en el  hijo del rey de Italia. Pero el asesinato de Prim en un atentado anarquista frustró toda posibilidad de que el reinado de Amadeo I llegase a buen puerto. Las aristocracias lo consideraban un extranjero adherido, la Iglesia rechazaba su política desamortizadora, y el pueblo desconfiaba de sus modales y su poco entendimiento del castellano. Esta falta de apoyo, tanto políticos como sociales, terminó por precipitarle a la abdicación, que tuvo lugar aproximadamente dos años después de su entronización, el 11 de Febrero de 1873.

La abdicación de Amadeo I dio inmediatamente paso a la proclamación de la I República Española, experiencia corta y sumida en la inestabilidad que puso fin a la vigencia de la Constitución de 1869. En 1874, el pronunciamiento de Martínez Campos concluiría la expereincia republicana, y favorecería la Restauración Borbónica y la redacción de un nuevo texto constitucional, la Constitución de 1876.


La segunda mitad de la década de los sesenta fue inestable. Se sucedieron los pronunciamientos de los militares contra los moderados, especialmente en 1866, cuando se amotinan los sargentos del cuartel de San Gil. También el general Prim protagonizó un alzamiento contra la monarquía de Isabel II. El resultado fallido de estas conjuras contra los moderados no tuvo el éxito esperado, y el líder de la Uníón Liberal, O’Donnell, fue fusilado. Los descontentos con Isabel II y Narváez se reunirán primero en Ostende (Bélgica, 1866) y Bruselas (1867), con la intención de dar un golpe que derrocara a los moderados.

En Septiembre de 1868 se pronuncia el almirante Topete en Cádiz y, siguiéndole, se levantan en armas contra el gobierno el general Serrano y el general Prim. La muerte de Narváez algunos meses antes precipita la derrota de los moderados. En la batalla de Alcolea se decide el destino de Isabel II, que marcha al exilio francés.

Los hombres fuertes de la nueva situación serán fundamentalmente Prim y Serrano. Se celebraron elecciones por sufragio universal masculino para Enero de 1869, con la intención puesta en redactar un nuevo texto constitucional. La victoria se decide claramente por los partidos seguidores de la revolución, progresistas, unionistas y demócratas, teniendo una representación minoritaria los republicanos y carlistas.

El 6 de Junio de 1869 se promulga la nueva Constitución, de carácter democrático y monárquica, que estará vigente hasta 1873, cuando se proclame la Primera República (1873-1874). La Constitución recoge los principios de soberanía popular, división de poderes, libertad de culto, sufragio universal masculino, libertad de prensa y de conciencia, etc… Fue un texto que supuso un salto muy importante respecto a la Constitución vigente hasta entonces, la moderada de 1845.

La monarquía sería en adelante parlamentaria, y Prim fue el encargado de encontrar un candidato fuera de la familia Borbón para ocupar el puesto. Después de provocar una crisis internacional con la candidatura al trono español de un príncipe prusiano, la elección recayó en el  hijo del rey de Italia. Pero el asesinato de Prim en un atentado anarquista frustró toda posibilidad de que el reinado de Amadeo I llegase a buen puerto. Las aristocracias lo consideraban un extranjero adherido, la Iglesia rechazaba su política desamortizadora, y el pueblo desconfiaba de sus modales y su poco entendimiento del castellano. Esta falta de apoyo, tanto políticos como sociales, terminó por precipitarle a la abdicación, que tuvo lugar aproximadamente dos años después de su entronización, el 11 de Febrero de 1873.

La abdicación de Amadeo I dio inmediatamente paso a la proclamación de la I República Española, experiencia corta y sumida en la inestabilidad que puso fin a la vigencia de la Constitución de 1869. En 1874, el pronunciamiento de Martínez Campos concluiría la expereincia republicana, y favorecería la Restauración Borbónica y la redacción de un nuevo texto constitucional, la Constitución de 1876.

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