Constitución de 1931 y Bienio Reformista: Claves de la Segunda República Española

La Segunda República Española: Constitución de 1931 y Bienio Reformista (1931-1933)

Introducción

La proclamación de la República en abril de 1931 supuso, por primera vez, el intento de instaurar en España un sistema democrático moderno, dando el poder político a las clases medias. Sin embargo, la situación internacional no era favorable para la República, tanto económicamente, con las repercusiones de la crisis de 1929, como políticamente, ante el ascenso de los totalitarismos de izquierda y derecha.

La Segunda República es uno de los momentos clave de la historia contemporánea española. El proyecto de democratización y modernización que se abrió en 1931, y que tantas esperanzas despertó, concluyó en una cruenta guerra civil.

Desarrollo: La Constitución de 1931

El triunfo de las candidaturas republicanas precipitó, el 14 de abril de 1931, la proclamación de la República. El rey Alfonso XIII, aislado y sin apoyos, se exilió. Se formó un gobierno provisional presidido por Niceto Alcalá Zamora, formado por republicanos de izquierda y derecha, socialistas y nacionalistas. Su función era dirigir el país hasta la convocatoria de unas nuevas Cortes Constituyentes.

El nuevo gobierno tuvo que responder desde un principio al ansia general de reformas. Se tomaron medidas para la reforma agraria, laborales y militares. Además, se aprobó la legislación educativa y el Estatuto de Autonomía de Cataluña. El ambiente social se encrespó con la CNT, que convocó huelgas, y con los enfrentamientos entre el gobierno y la Iglesia, que llevaron a un fuerte anticlericalismo. En mayo de 1931, diversas iglesias y conventos fueron asaltados y quemados. En junio de 1931 tuvieron lugar las elecciones a Cortes Constituyentes, con una clara mayoría de la coalición republicano-socialista. La Constitución, aprobada en diciembre de 1931, reflejó las ideas de esta mayoría.

Características Principales de la Constitución de 1931

  • Soberanía popular: Se definía a España como una «República democrática de trabajadores de todas las clases».
  • Sufragio universal masculino y femenino: Las mujeres españolas obtuvieron el derecho al voto.
  • Declaración de derechos y libertades: Se reconocieron derechos civiles (como el divorcio) y el derecho a la educación.
  • División de Poderes:
    • Poder legislativo: en manos de unas Cortes unicamerales.
    • Poder ejecutivo: en manos del Presidente de la República (con escasos poderes) y el Jefe de Gobierno.
    • Poder judicial: en los tribunales de justicia.
  • Se estableció el derecho de las regiones a establecer Estatutos de Autonomía.
  • «Cuestión religiosa»: Se estableció un Estado laico, con separación de la Iglesia y el Estado, y libertad de conciencia y cultos.

El Bienio Reformista (1931-1933)

Se inició un gobierno presidido por Manuel Azaña, formado por republicanos de izquierda y socialistas. Niceto Alcalá Zamora fue elegido Presidente de la República. El gobierno emprendió un amplio programa de reformas. Estas fueron sus principales medidas:

  1. Reformas laborales: Desde el Ministerio de Trabajo, liderado por Largo Caballero, se favoreció la posición de los trabajadores y sindicatos, con medidas como el establecimiento de un salario mínimo, lo que generó la oposición de los empresarios.
  2. Reforma educativa: Se promovió la construcción de escuelas, la contratación de maestros (incluyendo cursos nocturnos), la enseñanza mixta y la religión dejó de ser una asignatura obligatoria.
  3. Reforma militar: Buscaba garantizar la fidelidad del ejército al nuevo régimen republicano y reducir el excesivo número de jefes y oficiales. Se exigió el juramento de fidelidad y se eliminaron cargos como Capitán General y Teniente General.
  4. Reforma agraria: Impulsada por Marcelino Domingo, en 1932 se promulgó la Ley de Bases de la Reforma Agraria, que buscaba el reasentamiento de campesinos sin tierra en latifundios. Su aplicación fue un fracaso, provocando una generalizada decepción entre el campesinado. Se creó el Instituto de la Reforma Agraria, encargado de declarar las tierras susceptibles de expropiación y de repartir lotes de tierra a los campesinos.

La derecha tradicional quedó desorganizada tras la proclamación de la República, restringida a asociaciones patronales como la Unión Económica Nacional y al Partido Radical de Lerroux. La izquierda revolucionaria no dio tregua al nuevo gobierno. La CNT siguió la línea extremista marcada por los militantes de la FAI. El PCE, por su parte, se instaló en una línea radical, defendida en ese momento por la Komintern y Stalin.

La crisis económica, propiciada por la CNT y la negativa patronal, llevó a un marco de fuertes tensiones sociales, con enfrentamientos entre huelguistas y la Guardia Civil. El debate en Cortes del Estatuto de Cataluña y la Ley de Reforma Agraria generó una fuerte oposición de las fuerzas de derecha. Las fuerzas conservadoras recurrieron al tradicional método de la insurrección militar. El general Sanjurjo intentó un golpe de Estado en Sevilla en 1932 («la Sanjurjada»), que fracasó por falta de apoyo en el ejército.

Las Cortes aprobaron la Ley de Reforma Agraria y el Estatuto de Autonomía de Cataluña. La Esquerra Republicana de Catalunya, dirigida por Francesc Macià, triunfó en las primeras elecciones autonómicas. El gobierno republicano-socialista daba muestras de claro desgaste. Los graves incidentes de Casas Viejas, donde la Guardia Civil asaltó y mató a un grupo de campesinos anarquistas, llevaron al gobierno a convocar nuevas elecciones en 1933.

Nuevos Grupos Políticos

Tres nuevos grupos se presentaron a las elecciones:

  • Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA): Dirigida por Gil Robles, era el grupo mayoritario, auspiciado por la Iglesia católica.
  • Renovación Española: Dirigida por Calvo Sotelo, agrupaba a grupos monárquicos.
  • Falange Española: La versión española del fascismo, dirigida por José Antonio Primo de Rivera, hijo del dictador.

La izquierda se presentó fragmentada en múltiples grupos, y los anarquistas llamaron a la abstención. Las elecciones dieron la victoria a los grupos conservadores: el Partido Republicano Radical y la CEDA. El triunfo conservador fue contestado por una insurrección anarquista que tuvo como resultado más de cien muertos.

Conclusión

El gobierno reformista de este periodo, la Segunda República, tuvo grandes problemas provocados tanto por la izquierda revolucionaria (CNT, PCE, que consideraban las reformas insuficientes) como por la derecha (CEDA, Falange, que estaban en contra de la mayoría de las reformas). Los factores clave que explican la caída del gobierno de Azaña fueron:

  • El crecimiento de la oposición de derechas en torno a Gil Robles y la CEDA, con un programa que buscaba desmantelar las reformas del gobierno.
  • El asunto de Casas Viejas, donde anarquistas de la CNT se apoderaron del pueblo asesinando a los guardias civiles, y la posterior actuación del gobierno, que causó muertes y la ejecución de 12 campesinos más. La opinión pública y el Parlamento atacaron ferozmente al gobierno.

Todo esto desencadenó la convocatoria de elecciones en noviembre de 1933, en las que ganaron las derechas.

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