Construcción del Estado Liberal en España

Reinado de Isabel II

Con el reinado de Isabel II se instauró en España la monarquía liberal, caracterizada por:

  • La exigencia de una Constitución. A lo largo del reinado de Isabel II se promulgaron varias constituciones.
  • La separación de poderes, aunque la corona tenía mucha influencia, ya que podía elegir y destituir ministros y ejercía como moderadora entre el poder legislativo (Cortes) y el ejecutivo (Gobierno).
  • La convivencia de dos partidos políticos, ambos liberales (moderados y progresistas), que apoyaban al sistema político, aunque presentaban diferencias ideológicas.

Moderados:

  • Sufragio censitario muy restringido
  • Bicameralismo
  • Soberanía compartida

Progresistas:

  • Sufragio censitario menos restringido
  • Unicameralismo
  • Soberanía nacional

Periodo de Regencias (1833-1843)

Gobernaron regentes, porque Isabel II era menor de edad. La primera regente fue su madre, la reina María Cristina. Durante su mandato se produjo el tránsito político del absolutismo al liberalismo.

Estos son los dos hechos más destacados:

  • Primera Guerra Carlista: Se desarrolló, sobre todo, en el norte y en el este de la península. Este conflicto concluyó con la victoria liberal y la firma del Convenio de Vergara (1839), por el que los liberales acordaron respetar los fueros vascos y navarros.
  • La Desamortización: (1836-1837) realizada por el ministro progresista, Juan Álvarez de Mendizábal, por la que se expropiaron tierras y otros bienes de la Iglesia, que pasaron a manos del Estado y después se pusieron a la venta en subasta pública. El objetivo de la desamortización era doble:
    • Reducir la deuda pública, fin que no se consiguió, pues los beneficios fueron menores de lo esperado.
    • Conseguir que las tierras se explotaran de forma más racional, al traspasarlas a nuevos propietarios. La burguesía adquirió grandes latifundios.

Los enfrentamientos entre moderados y progresistas desembocaron en un pronunciamiento progresista, que dio lugar a la promulgación de la Constitución de 1837, similar a la de 1812. María Cristina tuvo que dejar el gobierno y abandonar el país en 1840. Le sucedió como regente el general Espartero que, aunque era de ideas progresistas, gobernó de forma autoritaria hasta que Isabel II fue proclamada mayor de edad.

El Reinado de Isabel II (1843-1868)

Durante esta etapa volvieron a alternarse los gobiernos moderados y progresistas. Se pueden diferenciar tres periodos:

  • La Década Moderada: (1844-1854), dominada por el general Narváez, líder del partido moderado. Se promulgó una nueva Constitución en 1845 que ampliaba los poderes de la monarquía.
  • El Bienio Progresista: (1854-1856), liderado por Espartero. Durante este periodo se produjo una nueva desamortización (1855), que llevó a cabo el ministro Pascual Madoz y afectó a las tierras comunales, lo que agravó la situación de los campesinos, que no podían utilizarlas.
  • Alternancia en el Poder de los Moderados y de la Unión Liberal: (1856-1868): La Unión Liberal, partido liderado por el general Leopoldo O’Donnell, aglutinaba a los moderados más avanzados y a los progresistas menos radicales.

La monarquía isabelina tuvo que hacer frente a una serie de dificultades:

  • La creciente intervención del ejército en la política del país.
  • La aparición de nuevos grupos políticos, como demócratas y republicanos.
  • La Guerra Carlista, que volvió a estallar en 1846.
  • Descontento de la población ante la farsa electoral, ya que el gobierno y los caciques manipulaban las elecciones.

Sexenio Revolucionario

Tras la marcha de Isabel II se constituyó un Gobierno Provisional (1868-1870), presidido por el general Serrano. El gobierno convocó elecciones a Cortes; estas Cortes aprobaron la Constitución de 1869, la más progresista de todas las promulgadas durante el siglo XIX: soberanía nacional, sufragio general masculino, separación de poderes y una amplia declaración de derechos y libertades. Se eligió a un italiano, Amadeo de Saboya. De este modo se estableció la monarquía democrática (1871-1873).

Sin embargo, el reinado de Amadeo I fue breve por las dificultades que encontró:

  • La oposición de los republicanos, carlistas y los monárquicos, partidarios de una restauración borbónica en la persona de Alfonso, hijo de Isabel II.
  • El conflicto colonial de Cuba, que se había iniciado en 1868.

Ante esta situación, el rey abdicó en febrero de 1873.

Al abdicar Amadeo I se reunieron las Cortes, que proclamaron la Primera República Española (1873-1874). La Primera República tampoco estuvo exenta de problemas, ya que su presidente, Francisco Pi y Margall, tuvo que hacer frente a la insurrección cantonal y, finalmente, dimitió. Le sucedieron Nicolás Salmerón, y posteriormente, Emilio Castelar, pero ambos tuvieron serias dificultades para mantener el orden y la unidad en el país.

En diciembre de 1874, un levantamiento militar consiguió la restauración de la dinastía borbónica (Alfonso XII).

La Restauración

Con la llegada a España de Alfonso XII se inició el periodo conocido como la Restauración, denominado así por la vuelta al país de la monarquía y de la dinastía borbónica. Fue una época de cambios lentos y una gran estabilidad política, sin los pronunciamientos de años anteriores y con una única Constitución, que duró hasta 1931.

La Restauración fue posible gracias al acuerdo entre los principales partidos políticos y al gobierno conjunto del rey y las Cortes. Antonio Cánovas del Castillo fue el artífice del nuevo régimen basado en los siguientes pilares:

  • Implantación de una monarquía parlamentaria hereditaria.
  • Establecimiento de unas Cortes compuestas por dos cámaras, Senado y Congreso de Diputados.
  • Promulgación de la Constitución de 1876, más conservadora que la anterior de 1869: sufragio censitario, soberanía compartida entre las Cortes y el rey, colaboración entre los poderes legislativo y ejecutivo y una declaración de derechos y libertades de los ciudadanos más restringida.
  • Bipartidismo: la convivencia de dos partidos: Conservador, heredero de los moderados y unionistas, cuyo jefe era Cánovas del Castillo. y el Liberal, heredero de los progresistas, cuyo jefe era Práxedes Mateo Sagasta. Ambos partidos se turnaban en el poder falseando las elecciones.

El reinado de Alfonso XII (1874-1885), a pesar de la gran estabilidad política, no estuvo exento de problemas:

  • La oposición de los partidos carlista y republicano, que se encontraban al margen del bipartidismo.
  • El resurgir de los regionalismos, sobre todo del catalán y, en menor medida, del vasco y el gallego.
  • El desarrollo del movimiento obrero y de sus formas de lucha (huelga).

Con la temprana muerte del rey (1885) se inició la regencia de su esposa, María Cristina de Habsburgo, hasta la mayoría de edad de su hijo Alfonso XIII (1902). Durante este periodo continuó vigente el sistema de la Restauración con el turno de partidos, pero tuvo lugar el <<desastre del 98>>.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *