Crisis de la Monarquía de Alfonso XIII (1898-1923)

La Descomposición del Sistema Canovista (1898-1923)

La crisis nacional derivada de la pérdida de Cuba (el desastre del 98) abre una nueva etapa en la historia de España. Un año antes había sido asesinado Cánovas y Sagasta moría en 1903. Desaparecidos los dos protagonistas de la Restauración, y con Alfonso XIII como rey desde 1902, comienza un período que se caracteriza, hasta 1923, por una crisis política permanente, que refleja crisis más profundas.

Entre las causas de la inestabilidad política del período hay que mencionar:

  • La personalidad del rey, que, al contrario que sus padres, se implicó activamente en la política, dejándose influir por lo más conservador del ejército, lo que contribuyó grandemente al descrédito final de la monarquía.
  • La división interna de los partidos del turno, provocada por la desaparición de los líderes históricos (Cánovas, Sagasta) y las luchas entre los nuevos jefes conservadores (Maura, Dato) y liberales (Canalejas, Romanones) por el control de sus grupos.
  • La progresiva pérdida de influencia del caciquismo. El resultado es que las mayorías en las Cortes fueron precarias. Al mismo proceso de fraccionamiento parlamentario contribuyó la aparición y el crecimiento de partidos políticos ajenos al sistema de la Restauración. Socialistas, radicales, republicanos y nacionalistas incrementaron cada vez más su fuerza electoral. Desde 1917, ningún partido era capaz de formar gobierno por sí solo, lo que llevó a recurrir a los gobiernos de concentración.
  • El aumento de las luchas sociales. En su origen está la mayor conciencia y fuerza alcanzadas por las organizaciones obreras.
  • El resurgir de dos viejos problemas: el clerical y, sobre todo, el militar, que habían permanecido larvados en los últimos años del siglo XIX.
  • El problema de Marruecos. Desde finales del siglo XIX, el interés por el reino norteafricano había ido en aumento. Después de un primer acuerdo franco-español, en 1906 la Conferencia de Algeciras concedió a ambos países el protectorado conjunto sobre el sultanato. En los años siguientes se iniciaría un conflicto que, además de pérdidas humanas y económicas, envenenaría el clima político y agudizaría la separación entre el Ejército y la sociedad civil.

a) Crisis de 1905 (Cataluña)

  • El auge de los partidos nacionalistas (que hacen casi desaparecer a los partidos del turno en Cataluña) provoca el malestar del ejército: Ley de Jurisdicciones.
  • En enero de 1907, el rey nombró jefe de gobierno a Maura, que inicia un programa de reformas que fracasan por la oposición de la oligarquía.

b) Crisis de 1909: Semana Trágica de Barcelona

Desde 1905, la tensión fue en aumento en Cataluña por:

  • Auge del nacionalismo.
  • Avance del movimiento obrero.
  • Antimilitarismo.
  • Anticlericalismo.
  • Aparición del Partido Republicano Radical.

Pero la chispa de la crisis fue la situación de Marruecos y los errores del gobierno, que dieron lugar al movimiento de reservistas que provocan manifestaciones que coinciden con la convocatoria de una huelga general en Barcelona para el 23 de julio y duró 3 días.

Las consecuencias de todo esto son:

  • Muertos.
  • Caída de Maura.
  • Extensión de la crítica al sistema político de la Restauración entre la opinión pública.

c) Crisis general de 1917

Causas:
  • Después de 1909, Canalejas desarrolla el último intento regeneracionista: Ley del Candado. Es asesinado posteriormente.
  • Efectos de la Primera Guerra Mundial.
Desarrollo:

En la crisis confluyen 3 movimientos con el objetivo de derribar el gobierno:

  • Militares.
  • Parlamentarios.
  • Huelga general obrera.

El Problema de Marruecos durante el Reinado de Alfonso XIII

El problema de Marruecos. Desde finales del siglo XIX, el interés por el reino norteafricano había ido en aumento. Después de un primer acuerdo franco-español, en 1906 la Conferencia de Algeciras concedió a ambos países el protectorado conjunto sobre el sultanato. En los años siguientes se iniciaría un conflicto que, además de pérdidas humanas y económicas, envenenaría el clima político y agudizaría la separación entre el Ejército y la sociedad civil.

En julio de 1909, los miembros de algunas cabilas próximas a Melilla atacaron a los trabajadores españoles de una de las compañías mineras. El Gobierno Maura decidió enviar al ejército y aprovechar la ocasión para ensayar el plan de movilización de reservistas. Ordenó la incorporación de éstos en Madrid y Barcelona. En ambas ciudades se produjeron fuertes protestas y manifestaciones protagonizadas por mujeres y madres de los alistados.

Días después se produjo el primer choque contra los marroquíes cerca de Melilla. Las primeras noticias del desastre del Barranco del Lobo, que causó más de 1.200 bajas, coincidieron con el inicio de una huelga general en Barcelona.

Las consecuencias de la Semana Trágica fueron importantes. Provocó la caída de Maura. Y, en general, contribuyó a reforzar las organizaciones sociales y a extender la crítica al sistema político de la Restauración entre la opinión pública.

La Crisis Marroquí: el Desastre de Annual

Desde su estallido, la guerra de Marruecos se había ido complicando cada vez más. Tras la Primera Guerra Mundial, los franceses reanudaron su avance en el protectorado, y España emprendió igualmente una política de expansión. Bajo las órdenes del general Berenguer, se inició una acción sistemática de control del territorio del Rif. Frente a unas tribus muy beligerantes y que luchaban en un terreno abrupto y difícil, se encontraba un ejército mal pertrechado y compuesto de una mezcla de regulares (tropas indígenas), soldados de reemplazo y miembros de la Legión, unidad creada por entonces a imitación de la francesa.

En el verano de 1921, una acción mal planificada desde la comandancia de Melilla por el general Fernández Silvestre permitió al líder guerrillero del Rif, Abd-el-Krim, atacar las posiciones defendidas por tropas mal agrupadas y preparadas, que huyeron precipitadamente sin que los mandos supieran afrontar la situación. La huida desencadenó una matanza: el «desastre de Annual», que supuso la pérdida de 13.000 vidas, incluida la de Fernández Silvestre.

Annual se convirtió en un serio revés para el Ejército y para los sucesivos gobiernos. A la impopularidad de la guerra marroquí, vista por la opinión pública como una sangría inútil y carísima, se unieron ahora las voces que reclamaban responsabilidades por la derrota.

El expediente fue instruido por el general Picasso. Las compañías que explotaban los recursos mineros, con importantes intereses en la región, y el Gobierno, opuesto a ahondar en la investigación, entorpecieron su trabajo. Aun así, se hallaron negligencias graves. El PSOE y los republicanos se beneficiaron de sus críticas en las Cortes y su popularidad aumentó al defender el abandono de Marruecos.

El Golpe de Estado

En primer lugar, estaban las consecuencias de Annual. El Ejército pedía más medios para vengar la humillación sufrida. Además, el expediente Picasso provocó el rechazo del estamento militar y los grupos más derechistas de las Cortes. Había indicios de responsabilidad del general Berenguer, y la izquierda acusaba al propio rey por instigar imprudentemente a Silvestre. Por si fuera poco, buena parte de la opinión pública pedía el fin de la guerra.

Clasificación

  • Naturaleza: por su forma es un texto narrativo: histórico-circunstancial; por su contenido, político; y por su origen, fuente histórica.
  • Circunstancias históricas: el texto pertenece al reinado de Alfonso XIII, justo en el período posterior a la crisis de 1917, que había provocado más de una docena de cambios de gobierno. Internacionalmente se inserta en el período de entreguerras, en los»felices años veint».
  • Autor: individual: el general Miguel Primo de Rivera (1870-1930), segundo marqués de Estella. Gaditano, perteneciente a una ilustre familia, participó en las guerras de Marruecos, Cuba, Filipinas. Fue capitán general de Valencia, Madrid y Barcelona. Hombre muy popular por su talante personal y sus éxitos militares, progenitor de José Antonio Primo de Rivera.
  • Destino: público, puesto que su fin es darlo a conocer a todo el país, aunque con especial énfasis al ejército.

Comentario

La idea fundamental es exponer públicamente la constitución de un directorio militar que asuma las funciones del gobierno, bajo el amparo del propio firmante. La idea secundaria es expresar el malestar existente ante la política nefasta de los profesionales, que incluso maniataba la voluntad real, y la petición de confianza y orden al pueblo.

Desde la crisis de 1898, que supuso el fin definitivo de España como potencia colonial, tuvieron lugar una serie de reflexiones y movimientos de todo signo entre las diversas fuerzas políticas, culturales y ciudadanas. Políticamente, comenzó la crisis del sistema de la Restauración canovista que, lentamente, fue salpicando hasta la institución monárquica. Los gobiernos»idóneo» (1913-1917) y la crisis de 1917 provocaron la frustración del movimiento reformista y un mayor descrédito del régimen político que, aun provocando la desaparición del turnismo, ofreció gobiernos heterogéneos de poca autoridad y confianza. Esto provocó la descomposición política, de esa política de»concupiscenci», la sangría de recursos humanos y financieros derivados de la larga guerra de Marruecos; la crisis económica y subsiguiente agitación social, provocadas por el mercado europeo. Todo esto se unió a la tensa situación social, creada por el incremento del proletariado urbano, engorgado por las migraciones internas provenientes de las zonas rurales, y el menor poder adquisitivo del mundo laboral. Y a todo ello hay que sumar el temor de la revolución»desde abaj», que para las clases propietarias y conservadoras había desembocado en la Revolución bolchevique rusa. Así, no es de extrañar la petición de la figura de un salvador de la sociedad, la que expresó Joaquín Costa con el mito regeneracionista del»cirujano de hierr».

El general Primo de Rivera así lo entendió y, desde la Capitanía General de la Cuarta Región, lanzó el presente manifiesto, proclamando un estado de guerra y anunciando su intención de tomar el poder. Era el 13 de septiembre de 1923.

Valoración

El texto tiene un gran valor por ser un manifiesto; es decir, expresión del pensamiento y acción inmediata justificativos del proceder de Primo de Rivera en la toma de poder. Es un documento claramente subjetivo sobre la situación del país, aunque se apoya en bases reales, tiene una profunda significación en el proceso histórico subsiguiente de nuestro país: caída de la monarquía, implantación de la Segunda República, Guerra Civil y franquismo, que adoptará algunas fórmulas y formas de hacer primorriveristas. En los 6 años de gobierno dictatorial hubo dos fases políticamente muy diferenciadas: Directorio Militar y Directorio Civil. Ambos ejecutivos respondieron a una organización dictatorial del Estado, centrado en el poder de una persona. Se gobernó por decreto-ley, en el que el rey se limitaba a firmar. En el Directorio Civil se restablecieron los ministerios, pero totalmente controlados por Primo de Rivera «a nuestro ampar»). La dictadura acabó fracasando, pese a obtener logros importantes, por carecer de una base constitucional y legal, no tener una ideología propia y no superar sus contradicciones internas. Última consecuencia en el proceso histórico español fue sentenciar la monarquía de Alfonso XIII, que había aceptado la dictadura, precisamente por quebrar la legalidad constitucional.

El Modelo Político de la Segunda República: Elecciones, Partidos, Lucha Ideológica

Alfonso XIII encargó la formación de gobierno al general Berenguer con el objetivo declarado de volver al régimen constitucional, lo cual se reveló desde un principio como un objetivo imposible: el rey había estado demasiado implicado en la dictadura y la mayoría de los políticos conservadores y liberales desconfiaban de él. Además, la lentitud con la que se restablecieron las libertades constitucionales liquidó pronto el poco prestigio del gobierno, que la prensa calificó enseguida como»dictabland».

A lo largo de 1930, el movimiento republicano experimentó un auge decisivo: se reconstituyeron los grupos republicanos de izquierda y políticos conservadores como Alcalá Zamora o Maura abandonaron la causa de la monarquía. Al republicanismo se sumaron también los grupos nacionalistas catalanes y gallegos, que veían en la república la posibilidad de conseguir estatutos de autonomía. También el movimiento obrero pasó a defenderla: tanto el PSOE como la UGT se declararon a favor de ella en 1930; e incluso la CNT. El republicanismo comenzó a cuajar en el ejército, especialmente entre los oficiales jóvenes, y sobre todo en el cuerpo de aviación y en el arma de artillería.

En agosto de 1930 se reunieron los representantes de los principales partidos republicanos y regionalistas y firmaron el Pacto de San Sebastián para acabar con la monarquía; PSOE, UGT y CNT se unieron en septiembre. La intención prematura de la sublevación de los capitanes Galán y García en Jaca hizo que la mayoría de los miembros del comité revolucionario fueran detenidos: mientras se instruían los procesos, los sindicatos y la FUE desataron una oleada de movilizaciones y varios intelectuales, entre ellos Ortega y Gasset, Marañón y Pérez de Ayala, publicaron un manifiesto de apoyo a la república. Berenguer presentó su dimisión y el nuevo jefe de gobierno, Aznar, convocó elecciones municipales que precederían a las generales.

Las elecciones del 12 de abril se realizaron sin incidentes, y sus resultados fueron positivos para los republicanos. Aunque la mayoría de los concejales elegidos eran monárquicos, los republicanos habían ganado de manera contundente en prácticamente la totalidad de las capitales de provincia y en las ciudades más importantes, donde el sufragio era más abierto y limpio. El día 13, las calles de las ciudades principales se llenaron de manifestaciones. El 14 de abril, la república fue proclamada. Cuando Lluís Companys la había establecido en Barcelona, los miembros del comité republicano llegaron a la Puerta del Sol, donde tomaron posesión del gobierno del país y proclamaron la república. Alfonso XIII esa misma noche abdica y abandona el país.

Problema Social del Campo, el Debate Religioso y la Cuestión Militar

La Segunda República se llevó a cabo, ya desde el gobierno provisional, una serie de reformas, de entre las que destacaremos:

a) Reforma Militar

Azaña inició la reforma militar durante el gobierno provisional, exigiendo el juramento de fidelidad a la república a los militares y proponiendo el retiro voluntario a quienes optaran por negarse. Durante el gobierno provisional, el gobierno continuó con la reforma militar iniciada por Azaña. Se trataba de reducir el ejército y de modernizar su preparación y su dotación de material. Se suprimió la Academia Militar de Zaragoza, cuya enseñanza se consideraba tradicionalista y anticuada. También se derogó la Ley de Jurisdicciones. El presupuesto militar fue recortado y se reorganizaron las plantillas para reducir el número de oficiales y generales. Azaña intentó reformar el sistema de acceso para dar primacía a los estudios y exigir la formación para el ascenso, lo que enfadó a buena parte de los oficiales. La reforma no logrará sus objetivos y creará tensiones en el ejército.

b) Cuestión Religiosa

El conflicto más grave se produjo a causa del enfrentamiento entre la Iglesia y el nuevo régimen. Desde el principio, los sectores más reaccionarios del clero hostigaron al gobierno a través de pastorales por su política laicista en materia de enseñanza y de abandono de la financiación de la Iglesia. La situación desembocó en mayo en la quema de conventos, una serie de disturbios que se saldaron con el asalto y destrucción de un centenar de edificios religiosos. La actitud hostil de la Iglesia hacia la república había despertado el viejo anticlericalismo. El golpe a la imagen de la república fue durísimo. La quema de conventos fue utilizada por las clases propietarias, que hicieron de la defensa de la religión un arma de propaganda antirrepublicana.

Durante el período constituyente se centraron los más encendidos debates. La Constitución estableció la disolución de las congregaciones religiosas de obediencia a autoridad distinta de la legítima del Estado. Desaparecía el presupuesto de culto y clero. Se prohibía a las congregaciones religiosas el ejercicio de la enseñanza, industria y comercio, y se proclamaba la libertad de conciencia y cultos. También se eliminó la religión como asignatura.

c) Cuestión Agraria

La situación de hambre que vivían los campesinos, sobre todo en Extremadura y Andalucía, hacía necesaria, para la izquierda republicana como para los socialistas, una reforma agraria que acabara definitivamente con el hambre y con el atraso histórico del país. Con la reforma se trataba de asentar a los campesinos en las tierras de latifundio que, por estar mal explotadas o sin cultivar, se consideraban causa principal de la miseria campesina. La Ley de Bases para la Reforma Agraria de septiembre de 1932 afectaba a toda Andalucía, Extremadura, La Mancha y Salamanca. Declaraba la expropiación de tierras expropiables con un presupuesto anual para indemnizar a los propietarios. Pero su aplicación fue un fracaso debido a la resistencia de los grandes propietarios, la lentitud en completar el registro de propiedades y en organizar el IRA, y el escaso presupuesto.

Cuestión Agraria en la Extremadura de la Segunda República

La vida política, económica y social de Extremadura dependió en buena parte de la cuestión agraria. La agricultura extremeña había conocido un proceso de expansión a lo largo del primer tercio del siglo XX, que hizo que a la altura de 1930 se labraran más de un millón de hectáreas en la región, cifra nunca alcanzada hasta entonces.

En Extremadura, las tensiones en el campo se comprobaron con los periódicos procesos de invasiones de fincas durante el invierno de 1931 a 1932, el otoño de 1934 y marzo de 1936. No se trataba de invasiones violentas, sino de ocupaciones de fincas para roturarlas, con la intención de que los hechos consumados permitieran a los yunteros obtener algún fruto de ellos. Sin embargo, en varias ocasiones la tensión de los acontecimientos llevó a duros enfrentamientos entre la Guardia Civil y los campesinos, saldándose incluso con varios muertos, como ocurrió en Castilblanco en enero de 1932 o en Ibahernando en agosto de 1933.

Aunque la Ley de la Reforma Agraria se aprobó en septiembre de 1932, el complejo sistema burocrático para su puesta en marcha provocó el desencanto entre los campesinos. En otoño de 1932, el paro alcanzaba en Extremadura sus cotas más altas. Azaña optó por recurrir a la vía del decreto mediante la intensificación de cultivos de noviembre de 1932. Esta medida se aplicó en las provincias latifundistas y tuvo especial importancia en Extremadura, donde fueron asentados más de 30.000 campesinos. La agilidad de su aplicación en la región se debió a la labor del gobernador general de Extremadura, Luis Peña Novo, que durante los últimos meses de 1932 se encargó de conseguir tierras prácticamente pueblo a pueblo para los yunteros extremeños.

Durante el bienio de derechas, cuando se acababan los contratos de los yunteros, estos eran expulsados por los propietarios de las fincas. El triunfo del Frente Popular en las elecciones de 1936 hizo que volvieran a asentar a yunteros en las fincas extremeñas. El 25 de marzo de 1936, más de 25.000 campesinos extremeños se lanzaron a roturar dehesas que no se estaban labrando. La Guerra Civil frustró las esperanzas de una verdadera reforma agraria, que no volvería a darse nunca.

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