1. La Crisis del Liberalismo
1.1. El Reinado Constitucional de Alfonso XIII (1902-1923)
En 1902, Alfonso XIII accedió al trono. La Constitución de 1876 siguió vigente y se mantuvo el turnismo, aunque los líderes de los partidos políticos cambiaron. En el Partido Conservador, Cánovas fue reemplazado por Maura, y en el Liberal, Sagasta por Canalejas. Maura intentó acabar con el caciquismo reformando la ley electoral, y Canalejas llevó a cabo una política de descentralización. Sin embargo, su medida más polémica fue la aprobación de la Ley del Candado, por la que se prohibía el establecimiento de nuevas órdenes religiosas en España.
A pesar de esto, los partidos Liberal y Conservador cada vez eran menos representativos. Las clases medias y los obreros votaban a los republicanos y al PSOE, y los sindicatos adquirieron gran fuerza. A partir de 1909, el sistema de la Restauración experimentó una serie de crisis que condujeron finalmente a su desaparición:
- En 1909, se produjo la Semana Trágica, una insurrección popular en Barcelona.
- El mayor problema fue la crisis de 1917, año en que coincidieron la protesta militar, la protesta política y el movimiento sindical, que convocó una huelga general.
- Entre 1919 y 1923, estalló la violencia social, influenciada por la Revolución Rusa, que dio lugar a la radicalización del movimiento obrero. Ante la crisis, todos los partidos políticos burgueses colaboraron en gobiernos de concentración, pero la inestabilidad persistió. Entre 1917 y 1923 hubo 43 cambios de gobierno totales y parciales.
2. La Dictadura de Primo de Rivera
En medio de la crisis, se produjo la derrota de Annual en 1921 en la Guerra de Marruecos. La oposición de izquierdas pidió una investigación para determinar responsabilidades. Parte del ejército, para protegerse, decidió tomar el poder. En 1923, el general Primo de Rivera, con el consentimiento del rey, dio un golpe de Estado. La dictadura se mantuvo hasta 1930 gracias a la prosperidad económica de los años veinte. En 1929, el rey retiró su apoyo a Primo de Rivera, quien dimitió en enero de 1930. Alfonso XIII mandó formar un nuevo gobierno que convocara elecciones y restaurara la Constitución. Políticos republicanos, socialistas, catalanistas e incluso algunos antiguos monárquicos firmaron en agosto de 1930 el Pacto de San Sebastián, con el objetivo de presentarse juntos a las elecciones e instaurar la República.
3. La Segunda República: Un Régimen Democrático
3.1. El Gobierno Provisional y la Constitución de 1931
El nuevo gobierno fue presidido por Alcalá Zamora. Inmediatamente, el gobierno inició una serie de reformas y convocó elecciones, que ganaron los partidos republicanos. Las Cortes elaboraron la Constitución de 1931. Sus principales novedades eran:
- El reconocimiento amplio de las libertades individuales y nuevos derechos como el derecho al divorcio.
- El sufragio universal.
- El Estado aconfesional.
- La organización territorial descentralizada.
- La importancia del bienestar social y el fomento de la enseñanza pública.
Esta Constitución fue la primera plenamente democrática en la historia de España, pero nació condicionada por no haberse conseguido un amplio consenso. El ambiente se crispó, hubo incidentes callejeros y comenzaron las conspiraciones contra la República. Alcalá Zamora pasó a ser presidente de la República y Azaña fue designado presidente del Gobierno.
3.2. El Bienio Reformista (1931-1933)
3.2.1. Las Reformas
Entre 1931 y 1933, Azaña fue presidente del Gobierno y continuó la labor reformista:
- La reforma agraria.
- Se concedió la autonomía a Cataluña.
- La reforma militar, considerada fundamental.
- Se abordaron importantes reformas laborales, estableciendo salarios mínimos.
- Se concedió prioridad a la reforma educativa.
- Se regularon el matrimonio civil y el divorcio.
3.2.2. La Oposición a las Reformas
El gobierno encontró la oposición de los grandes propietarios de tierras, de las altas jerarquías de la Iglesia y del Ejército, pero también de los anarquistas y los sindicatos. En 1932, tuvo lugar un intento de golpe de Estado dirigido por el general Sanjurjo en Sevilla, que fracasó. Los anarquistas protagonizaron levantamientos y ocupaciones de fincas. En Casas Viejas, hubo un levantamiento campesino en enero de 1933 que se saldó con varios muertos. En septiembre de 1933, ante el agravamiento de la crisis económica y la creciente impopularidad del gobierno, Azaña presentó su dimisión y se convocaron nuevas elecciones. La derecha acudió unida en un bloque llamado CEDA, dirigido por Gil Robles.