La Crisis del Antiguo Régimen (1788-1833): Liberalismo frente a Absolutismo
El Impacto de la Revolución Francesa y la Ocupación Napoleónica
Carlos IV, temiendo las consecuencias de la Revolución Francesa, delegó gran parte del poder en su ministro Manuel Godoy. Esta decisión generó oposición entre los privilegiados, a lo que se sumó el descontento popular.
El Tratado de Fontainebleau (1807) autorizó a las tropas francesas a entrar en España para atacar Portugal. Sin embargo, las tropas napoleónicas ocuparon ciudades españolas, lo que provocó el Motín de Aranjuez (1808). Este motín resultó en la destitución de Godoy y la abdicación de Carlos IV.
Fernando VII fue proclamado rey, pero Carlos IV solicitó la ayuda de Napoleón. Ambos monarcas abdicaron en Bayona (1808), y José I Bonaparte fue nombrado nuevo rey de España.
La Guerra de la Independencia (1808-1814)
En 1808, el pueblo madrileño se rebeló contra la ocupación francesa, pero la rebelión fue duramente reprimida. La Guerra de la Independencia también fue una guerra civil:
- La España de José I Bonaparte: zona ocupada por el ejército francés, con el apoyo de afrancesados e ilustrados.
- La España de la resistencia: a favor de Fernando VII, compuesta por liberales y absolutistas.
La guerra se dividió en tres etapas:
- Junio-noviembre 1808: victorias españolas.
- Noviembre 1808-primavera 1812: dominio francés. Destacó la importancia de la guerrilla y la participación de Inglaterra del lado de la resistencia.
- Hasta 1813: retirada francesa tras la victoria de Wellington en Arapiles (1812).
Los insurrectos crearon la Junta Suprema Central. El Tratado de Valençay (1813) marcó el fin de la guerra, con Napoleón reconociendo a Fernando VII como rey de España.
Las Cortes de Cádiz y la Constitución de 1812
En 1810 se convocaron las Cortes en Cádiz, la única ciudad no ocupada. Debido al asedio, muchos diputados no pudieron asistir, y sus puestos fueron ocupados por habitantes de la ciudad, lo que contribuyó al carácter reformista de las Cortes. Se distinguieron tres grupos de diputados:
- Absolutistas: defendían el Antiguo Régimen.
- Ilustrados reformistas (jovellanistas): proponían la soberanía compartida entre las Cortes y el Rey.
- Liberales: abogaban por la soberanía nacional, la separación de poderes y el sufragio universal masculino.
Las Cortes aprobaron decretos destinados a eliminar el Antiguo Régimen y promulgaron la Constitución de 1812, que establecía la soberanía nacional, la división de poderes, la libertad de imprenta y la igualdad ante la ley, con la confesionalidad del Estado como concesión a los absolutistas.
El Reinado de Fernando VII
Sexenio Absolutista (1814-1820)
En 1814, Fernando VII regresó a España y restableció el Antiguo Régimen, como habían solicitado los absolutistas en el Manifiesto de los Persas. Anuló la Constitución y persiguió a liberales y afrancesados. Se produjeron pronunciamientos militares (levantamientos a favor de la Constitución). Los militares fueron adquiriendo mayor poder en la política. El pronunciamiento de Rafael del Riego en 1820 en Cabezas de San Juan, al negarse a luchar en las colonias, fue crucial y dio comienzo al Trienio Liberal, obligando al rey a aceptar la Constitución de 1812.
El Trienio Liberal (1820-1823)
El liberalismo aspiraba a la eliminación del Antiguo Régimen, los privilegios y el régimen señorial. Proponía una sociedad basada en los principios liberales: derechos del individuo, soberanía nacional, división de poderes y sufragio universal masculino. La Constitución se convirtió en la norma reguladora de la vida pública. Se rechazó la monarquía absoluta en favor de una monarquía constitucional. Se formuló la nación como el conjunto de los españoles con igualdad de derechos, sobre los que recae la soberanía nacional. El liberalismo abogaba por un estado unitario y centralizado. En lo económico, defendía la propiedad privada libre, rechazaba los bienes vinculados y comunales, y aspiraba a la libertad de comercio, industria, contratación de trabajadores y a una fiscalidad común. No se rechazaba la religión, pero se limitaba el poder de la Iglesia y afloraba el anticlericalismo.
Se formó un gobierno que permitió el regreso de liberales y afrancesados. Las nuevas Cortes iniciaron una reforma para abolir el Antiguo Régimen: supresión de señoríos, vinculaciones, desamortización del clero, creación de una Milicia Nacional (ciudadanos armados) y provincias, e impulso de la educación.
Sin embargo, apenas hubo tiempo para llevar a cabo estas reformas, y el rey empleaba el veto suspensivo con algunas leyes. El liberalismo se dividió, generando inestabilidad:
- Liberales moderados: mantuvieron el poder. Buscaban el compromiso con las antiguas clases dominantes y el rey para que aceptaran las reformas. Defendían un mayor poder del rey y el sufragio censitario.
- Liberales radicales: querían volver a la Constitución de 1812 y reformas más próximas a las clases medias. Se organizaron en sociedades patrióticas.
Década Ominosa (1823-1833)
La independencia de las colonias agravó los problemas de la Hacienda. El ministro Ballesteros llevó a cabo una reforma fiscal que requería el pago de impuestos por parte de los privilegiados. Esto generó descontento entre estos, que reclamaban como rey a Carlos María Isidro.
Fernando VII publicó la Pragmática Sanción, derogando la Ley Sálica, permitiendo que su hija Isabel heredara el trono. Los más conservadores consideraban que debía reinar Carlos María Isidro, dando origen al carlismo. Tras la muerte de Fernando VII, Isabel fue proclamada reina y María Cristina asumió la regencia.
El carlismo se caracterizó por su antiliberalismo, la negación de la soberanía nacional y la defensa del sistema foral frente a la centralización liberal, así como la defensa de la Iglesia. Los carlistas encontraron apoyo en el medio rural, entre artesanos, la pequeña nobleza, parte de la jerarquía eclesiástica y el bajo clero. Geográficamente, se extendió por Vascongadas, Navarra, Cataluña, Aragón, Valencia, Galicia y Castilla la Vieja.
La Emancipación de la América Española
Los puestos de gobierno en América se concedían a peninsulares, dejando fuera a los criollos (descendientes de españoles nacidos en América), quienes se enfrentaron a los peninsulares. El proceso de independencia se dividió en dos etapas:
- Primera etapa (1808-1814): coincidiendo con la ocupación francesa de España y el consiguiente vacío de poder. Destacan las insurrecciones en el Virreinato del Río de la Plata, Nueva Granada y Nueva España. Figuras clave fueron José de San Martín (Argentina, Chile) y Simón Bolívar (Ecuador, Venezuela, Colombia).
- Segunda etapa (1814-1825): se generalizaron los movimientos independentistas. Fueron decisivos la victoria en Ayacucho (1824), el apoyo de Inglaterra y Estados Unidos, el pronunciamiento de Riego (1820) y la influencia de las ideas ilustradas. El imperio colonial español quedó reducido a Cuba, Puerto Rico y Filipinas.