3.6. Los Austrias del Siglo XVII. Gobierno de validos. La crisis de 1640
A diferencia del gobierno personal y absoluto de los Austrias mayores (Carlos V y Felipe II), el gobierno de los Austrias menores Del siglo XVII (Felipe III, Felipe IV y Carlos II) se caracterizó por la figura Del valido, persona de total confianza para el rey en quien delegaban la mayor Parte de la acción de gobierno. Este sistema de gobierno impuesto también en Otros reinos, como Francia supónía un refuerzo del poder absoluto. La toma de Decisiones, que en el Siglo XVI la ejercía el monarca después de escuchar a los Consejos, la hacía ahora directamente el valido, sin escuchar las Recomendaciones de los órganos consultivos y movidos por sus propios intereses Personales. También influyó en este proceso la personalidad más débil de los Austrias menores. Durante el reinado de Felipe III destaca como valido el Duque De Lerma quien intentó paliar la crisis económica firmando la paz con sus Enemigos aunque no pudo evitar la bancarrota. Con el fin de conseguir la unidad Religiosa en 1609 expulsó de España a 300.000 moriscos, casi todos campesinos. Este hecho agravó la cn económica, al dejar despobladas e improductivas muchas Tierras, especialmente en Aragón y Valencia. El reinado de Felipe IV se Caracteriza por el protagonismo de los enfrentamientos militares en política Exterior y las políticas de su valido_ el Conde Duque de Olivares. Castilla ya No podía sostener por sí sola la carga económica de la política exterior de los Austrias. Por ello, Olivares, va a pretender, sin éxito, involucrar a los demás Territorios en el sostenimiento de estos gastos con la llamada «Uníón de Armas» con la que todos los reinos peninsulares contribuirían económica y Militarmente. Esto conllevará una gran tensión entre el monarca y los reinos Periféricos que desembocará en la crisis de 1640. Cataluña se opuso a esta Política centralista, y tropas castellanas entraron en Cataluña con el pretexto De la guerra contra Francia. Los roces de las tropas reales con la población Acabaron en una sangrienta revuelta conocida como el Corpus de Sangre, en la Que el virrey fue asesinado, y estalló una Guerra Civil en la que la Generalitat se alineó con Francia contra Felipe IV. La crisis fue muy grave Porque estalló también en Aragón, Andalucía, Nápoles y Portugal, y en un Momento en que la monarquía estaba luchando por defender su supremacía en Europa en la Guerra de los 30 años. Todas las sublevaciones terminaron Fracasando, excepto la de Portugal, que se independizó definitivamente en 1668, Ya en el reinado de Carlos H. Pero Felipe IV no se atrevíó a aprovechar el Triunfo y mantuvo la estructura federal de sus territorios. Finalmente el Reinado de Carlos II se caracterizó por la crisis política y las luchas entre Los favoritos de la regente: Nithard y Valenzuela y el hermanastro del rey don Juan José de Austria, quien consiguió el poder. A su muerte destacan como Validos el duque de Medinaceli y el conde de Oropesa pero el problema sucesorio Y las intrigas caracterizarán el final del reinado.
3.7. La Guerra de los Treinta Años y la pérdida de la hegemonía española en Europa
Durante todo el s. XVII se produce la paulatina decadencia De la monarquía hispánica. Felipe III siguió una política pacifista porque la Hacienda estaba agotada; tuvo la suerte de que muriesen sus dos mayores Enemigos, Isabel de Inglaterra y Enrique IV de Francia, lo que le permitíó Firmar la paz con estos dos Estados. Con Holanda firmó la Tregua de los Doce Años (1609-21). Felipe IV volvíó a la política de grandeza y prestigio, movido Por la influencia de su valido, el Conde Duque de Olivares, lo que le llevó a Guerras interminables y ruinosas. Al finalizar la Tregua de los Doce Años Volvíó la guerra con Holanda, y en 1635 comienza la guerra contra Francia. Estos conflictos hay que enmarcarlos en el contexto general de la Guerra de los Treinta Años (1618-1648), en la que prácticamente participaron todos los Estados europeos. Se producen sucesivas derrotas hasta que con la Paz de Westfalia (1648) España reconocía la independencia definitiva de Holanda, pero No cerrará el conflicto con Francia hasta la firma de la Paz de los Pirineos (1659) en la que España entregó a Francia unas plazas en los Países Bajos, el Rosellón y la Cerdaña. Además se acuerda la boda de la infanta María Teresa con Luis XIV de Francia (lo que propiciaría la llegada de los Borbones a España en El Siglo XVIII). Esta paz supuso la renuncia de España a liderar la política Europea y Francia se convierte en la nueva gran potencia. Con Carlos II el Hechizado España cede a Francia el Franco Condado (Tratado de Nimega, 1679) y Se convierte en una potencia de segunda fila. La incompetencia del rey y la de Sus validos llevaron al país a una situación crítica. Además, la falta de Descendencia del monarca creó un vacío sucesorio que convirtió a España y su Imperio en el objeto de las ambiciones de la nueva gran potencia europea, Francia. España pasa de ser sujeto a ser objeto de las relaciones Internacionales.