Crisis del siglo XVII
Fue un siglo de crisis con dos etapas bien definidas: la primera mitad se caracterizó por un retroceso económico y demográfico, mientras que la segunda mitad experimentó una lenta recuperación.
El fracaso de la Armada Invencible en 1588 marcó el fin de la hegemonía española y dio paso al ascenso de Inglaterra. En 1628, los holandeses derrotaron y capturaron la flota española en América. El intento del Conde Duque de Olivares de igualar los niveles de contribución fiscal entre Aragón y Castilla provocó una importante revuelta en Cataluña en 1640, seguida de una guerra de 12 años. Portugal se sublevó y logró la independencia. En definitiva, la decadencia exterior y los conflictos internos configuraron la crisis económica.
Aspectos demográficos y económicos
- El balance demográfico no fue negativo, sino de estancamiento. Se produjo un retroceso en el que muchas ciudades vieron reducida su población y otras quedaron reducidas a simples pueblos. La crisis de manufacturas resultó decisiva. Las causas del estancamiento demográfico fueron la emigración hacia América, la expulsión de los moriscos, el comportamiento de la natalidad, el retraso de la edad de matrimonio y el incremento del celibato. La evolución negativa de la demografía coincidió con un ciclo económico recesivo. La escasez y los problemas de abastecimiento de alimentos fueron cada vez más frecuentes. Las fluctuaciones típicas de la producción agraria se hicieron más violentas. La crisis afectó a toda la península y se llegaron a dar casos de descenso del 50% de la producción.
- Las manufacturas también sufrieron la crisis, afectando a la mayoría de artesanías urbanas. Esta caída se explica por un problema de demanda, dada la crisis rural y la caída de las exportaciones a América, además del problema de la competencia europea. Mientras los españoles seguían respondiendo a las normas gremiales, en Europa se producía mucho más barato, aunque de peor calidad. Ante una decadencia militar cada vez más evidente, las grandes potencias incluían en los tratados de paz condiciones ventajosas para sus productos en territorio español.
- El prolongado proceso de privatización de comunales y restricción de los derechos colectivos estaban haciendo precaria la condición de muchos trabajadores que se convertían en jornaleros. Esto afectó a los propietarios y, para compensarlo, intentaban incrementar la presión sobre el resto o se hacían con más tierras, agravando aún más la crisis.
- La presión impositiva continuó. Se ejercía sobre una base fiscal debilitada por el retroceso demográfico y la extensión de la crisis.
Origen de la crisis
La enajenación masiva de tierras de titularidad pública, las diversas formas de presión fiscal y el endeudamiento del Estado tenían su origen en las necesidades de recursos por parte de la monarquía para mantener el imperio y su política universalista, que obligaba a mantener ejércitos en diversos países y librar agotadoras guerras.
Recuperación
La salida de la crisis comenzó a vislumbrarse pasada la mitad del siglo, cuando las tendencias demográficas y de producción agraria mostraron una ligera alza.
Siglo XVI: Crecimiento y Hegemonía Imperial
Comienza en 1492 con la unificación del territorio español. La economía española conoció la llamada»revolución de los precio» y la inflación pareció ser mayor en España que en el resto de Europa.
Factores del crecimiento
- La población creció cerca de 2 millones de habitantes, siendo mayor en Castilla. La causa de este crecimiento no fue la disminución de la mortalidad, sino el aumento de la natalidad: fecundidad alta y modelo matrimonial con una edad de matrimonio muy baja.
- La producción agraria española creció notablemente, especialmente en cereales y vino. El aumento de los precios agrarios incentivó la producción, lo que se tradujo en una mayor demanda de tierras. El fenómeno más destacado fue la venta de baldíos por parte de la Monarquía.
- El crecimiento económico también afectó a las manufacturas. Fue la época del esplendor de la lana y de las grandes ferias castellanas.
Factores del estancamiento
El crecimiento de la producción agraria y las roturaciones comenzaron a frenarse a partir de 1580 y, desde ese momento, la mayor parte de los territorios entraron en un estancamiento agrario, al que seguirían el manufacturero y el comercial. Las causas fueron:
- Factores unidos al modo en que se estaba produciendo el crecimiento a lo largo del siglo. El avance de las roturaciones llevó a cultivar tierras marginales poco fértiles. Se añadió una fuerte presión de nobles y propietarios para beneficiarse del alza de los precios agrarios. Muchos campesinos se convirtieron en jornaleros y otros vieron empeorar sus condiciones de vida.
- Factores derivados de decisiones políticas que afectaban a la economía. Tuvo cierta importancia el incremento persistente de la presión fiscal destinada a financiar el sostenimiento del Imperio. En Castilla, el núcleo del sistema tributario real lo constituía la alcabala, que en 1576 fue aumentada un 30% coincidiendo con el inicio del estancamiento agrario. Esto conllevó que se multiplicara el número de vecinos insolventes. Se introdujeron nuevos impuestos como el servicio de millones y la sisa.
A finales de siglo, la presión demográfica alcanzaba los niveles más altos, lo que puso fin al crecimiento económico y dio paso a un siglo de dificultades.
Siglo XVIII: Crecimiento y Reformas. La Crisis del Antiguo Régimen
El siglo XVIII comienza con la Guerra de Sucesión (1701-1714). Tras la victoria de Felipe V, se reorganiza el Estado y se divide en provincias, donde se coloca a un intendente que tiene subordinados a su servicio, como regidores y corregidores. Desaparecen los consejos, a excepción del de Castilla, y se concentra todo el poder ejecutivo y legislativo. El poder judicial queda dividido en dos jurisdicciones: la Cancillería de Valladolid y la Cancillería de Granada. Felipe V intenta eliminar todos los impuestos y establecer la Única Contribución, pero fracasa. Con Fernando VI se intenta levantar la marina mercante y, durante sus nueve años de reinado, se reactiva el comercio americano. Con Carlos III comienza la Revolución Francesa y se intenta impermeabilizar los Pirineos para que no entren ni los franceses ni su cultura, dejando de lado todas las reformas.
Evolución demográfica y económica
- Demográficamente, el balance fue muy positivo debido a las mejoras sanitarias, como la construcción de alcantarillados y el abastecimiento de aguas. Además, con la mejora del transporte se consiguió reducir la escasez de alimentos. La tasa de natalidad se incrementó y España siguió un régimen demográfico antiguo.
- La evolución demográfica, acompañada de la mejora de la agricultura, proporcionó más alimentos a precios bajos.
- Se experimentó un notable auge manufacturero. El papel del Estado fue importante para la recuperación. En primer lugar, por las medidas proteccionistas frente a los tejidos asiáticos o al hierro europeo. En segundo lugar, por las medidas de dinamización del mercado interior, como la eliminación de aduanas. En tercer lugar, por la participación del Estado en la actividad productiva mediante las manufacturas reales.
- El textil siguió siendo el subsector predominante, destacando las lanas baratas. La producción de seda tuvo un crecimiento muy importante debido al aumento de la demanda de productos de lujo. La gran novedad fue el algodón, debido al desplazamiento de la demanda hacia productos más baratos.
- La siderurgia vasca creció, disminuyendo costes gracias a la consolidación de los cambios técnicos iniciados en el siglo XVIII y estimulada por una demanda procedente de la construcción naval.
Las reformas borbónicas y la crisis del Antiguo Régimen
La distancia que separaba a España de Europa era creciente y perceptible. Los problemas de alimentos y el reparto de la riqueza se acentuaron, y es a partir de aquí cuando cabe entender las iniciativas reformistas emprendidas en el reinado de Carlos III. Personajes como Campomanes, Pablo de Olavide y Jovellanos destacaron en este periodo. Las propuestas de reforma afectaron a diversos aspectos de la sociedad y la economía.
- En primer lugar, se buscó estimular el comercio con la suspensión de la tasa de grano en 1765, pero la mayor libertad interna del comercio contribuyó al aumento del precio del pan y provocó motines como el de Esquilache en 1766. Hasta 1790 siguió existiendo libre comercio con altos precios. El comercio exterior se liberalizó mediante tratados que rompieron el monopolio de Sevilla y Cádiz, lo que estimuló los intercambios.
- En segundo lugar, en las manufacturas se autorizaron cambios en la producción textil y se promovieron escuelas-fábricas.
- En tercer lugar, fue en la agricultura donde el pensamiento y la acción de los reformadores centraron sus iniciativas. Se promovieron diversos proyectos para colonizar territorios, repartiendo tierras entre pequeños cultivadores. Muy importante fue el expediente de ley agraria de 1766, que consistía en la recogida de información sobre los problemas del campo a través de los intendentes. Entre los problemas detectados se encontraban el atraso técnico, la presión fiscal y la falta de crédito. Las medidas tomadas fueron: los recortes de los derechos de la Mesta, el alargamiento de los contratos de arrendamiento, el fomento del regadío y los proyectos de repoblación. Para promover las innovaciones técnicas se crearon las Sociedades Económicas de Amigos del País.
A pesar de las reformas, los problemas de fondo persistieron y provocaron la crisis del Antiguo Régimen. Sobre todo en el último tercio del siglo, el desequilibrio comenzó a romperse por el temor al impacto de la Revolución Francesa. Durante el reinado de Carlos IV, el estancamiento de la producción agraria por los rendimientos decrecientes generó un alza de precios. La tendencia al alza de las rentas empobreció a muchos campesinos, la Hacienda Pública volvió a tener dificultades y comenzó la independencia de los territorios americanos.