El movimiento obrero es la actividad política y social de los obreros y campesinos con el fin de defender sus derechos y mejorar su situación, se opuso frontalmente a todo el sistema de la Restauración.
En España adquiríó madurez y extensión organizativa a partir del Sexenio Democrático (1868-1874). Las dos corrientes que mayoritarias fueron el marxismo y el anarquismo.
La que adquiríó más difusión fue el anarquismo. El que la introdujo fue Fanelli, discípulo de Bakunin. Creó en Madrid y Barcelona la sección española de la AIT (la Federación Regional Española), en 1870.
La corriente marxista se formó en torno al grupo madrileño, que entró en contacto con Paúl Lafargue, yerno de Marx, en 1871.
La corriente anarquista significaba la separación del mundo obrero de la política oficial, como consecuencia de la deslealtad de los políticos para cumplir las promesas de mejora social hechas en la revolución de 1868, La Gloriosa o Septembrina.
El área geográfica de este anarquismo coincidía en general con la del movimiento cantonal de 1873, esto es, el tercio mediterráneo de la Península desde los Pirineos hasta el Guadalquivir, y en especial Barcelona, Zaragoza y las provincias de la Baja Andalucía.
Los conflictos y las revueltas agrarias fueron una constante en la historia española durante todo el siglo XIX. El aumento de la población agraria asalariada, sin una relación entre los recursos y el trabajo provocó un grave problema social, sobre todo en Andalucía. El jornalerismo era mayoritario y los años de malas cosechas provocaban situaciones de hambre crónica y sumían en la miseria a miles de campesinos.
La represión gubernamental consiguiente y, sobre todo, las luchas internas debilitaron la organización, de forma que a finales del XIX el movimiento obrero anarquista español, como el resto de Europa, se encontraban sin salida y limitado a grupos terroristas incontrolados que llevaban al efecto “la propaganda por el hecho”.
En respuesta a tal situación, se iba a producir con el cambio de siglo una reforma doctrinal y práctica, el anarcosindicalismo, por la que se dejaba de lado la acción revolucionaria, para aceptar una acción colectiva encuadrando al proletariado en una organización sindical.
La otra tendencia del movimiento obrero, fue la socialista, que en 1874 estaba limitada a unos núcleos reducidos de seguidores del marxismo. Era una asociación clandestina al estar en el periodo de la Restauración.
En Mayo de 1874, Pablo Iglesias empezó a darse cuenta de la necesidad de promover la participación política del proletariado, lo que llevará a que el 2 de Mayo de 1879 se funde el PSOE. Tenía tres bases como condiciones imprescindibles para el triunfo del proletariado.
a) Reúne lo esencial de la teoría de la lucha de clases marxista: la posesión del poder político por la clase trabajadora y la transformación de la propiedad privada de los instrumentos de trabajo en propiedad colectiva, social o común.
b) La abolición de las clases sociales y su conversión de una sola de trabajadores dueños del fruto de su trabajo.
c) La pugna por los derechos de asociacionismo, de reuníón, de libertad de prensa, sufragio universal, jornada laboral de ocho horas, igualdad salarial intersexual, entre otras medidas.
El socialismo iba a tener más peso en Extremadura, Castilla la Mancha y Madrid. De ahí se extendería a los núcleos mineros e industriales de Asturias, la zona de Vizcaya y Valencia.
Desde sus inicios el PSOE quedó confirmado como un partido de clases, exclusivamente obrero, pretendía enfrentarse a los partidos burgueses por medio de la lucha política en las elecciones.
En el año 1886 el PSOE contará con su propio periódico: “El Socialista”. De gran importancia ya que, para muchos, fue el único medio por el que se interrelacionaban los diversos grupos socialistas del país.
La crisis económica de 1887 trajo consigo un aumento del paro y un empeoramiento de las condiciones de la clase obrera, lo que llevó a que en Barcelona, en Agosto de 1888 se creara la Uníón General de Trabajadores o UGT.
La UGT era el sindicato asociado al PSOE, con un fin puramente económico: mejorar las condiciones de vida y trabajo de los trabajadores.
A partir de 1891, el PSOE concentró sus esfuerzos en la política electoral y no admitíó alianzas con los partidos burgueses. Pero los malos resultados llevaron a pactar, a inicios del Siglo XX, con los republicanos. En 1910 se formó la conjunción republicano socialista que produjo un importante crecimiento en sus filas.
La primera parte del reinado de Alfonso XIII estuvo marcada por el espíritu lanzado por la corriente regeneracionista. Un espíritu de cambio del sistema canovista que se había extendido a partir de la crisis del 98.
El Regeneracionismo fue una corriente ideológica que propusiera Joaquín Costa en 1901 en su informe “Oligarquía y caciquismo” para el Ateneo de Madrid. Denunció los vicios del sistema y propuso como modernizar España, influyendo en la clase política.
Las primeras décadas del s. XX fueron un periodo de reformas dentro de un sistema que cada vez se encontraba más alejado de la realidad social española. Ese intento de revisar el sistema de Cánovas a fin de captar apoyos a la monarquía de Alfonso XIII y sin cambiar la política conservadora del mismo, tal y como explica la historiadora María Jesús González. Es lo que Antonio Maura resumía en su expresión “Revolución desde arriba”.
Los primeros tres gobiernos del s. XX propusieron una renovación interna del régimen. Tras la muerte de los líderes de los partidos dinásticos, Cánovas (1897) y Sagasta (1903) comenzó lo que se ha dado a conocer como Revisionismo político. Un periodo protagonizado principalmente por Maura, del Partido Conservador, y Canalejas, del Partido Liberal.
Al frente de ese Revisionismo del Partido Conservador se situaban: Silvela y Maura. Este último llevó a cabo importantes reformas:
Nueva Ley electoral (Agosto de 1907).
Ley de Creación de la Escuadra.
Ley de Colonización interior.
Ley de Legalización de la huelga (1908).
Creación del Instituto Nacional de Previsión (1908).
Inspección de trabajo.
Reforma de la justicia municipal.
Sindicatos agrícolas.
La Semana Trágica de Barcelona en 1909 impidió que Maura concluyera su “revolución”. Dimitíó en Octubre de 1909. El rey le retiró su confianza a la vista de la reacción internacional producida por la ejecución del anarquista Francisco Ferrer Guardia.
Al frente del Revisionismo por el Partido Liberal, hemos de colocar a Canalejas. Gobernará desde Febrero de 1910. Al igual que Maura, tuvo una voluntad reformista:
Ley de Reducción de Impuesto de Consumos.
Ley de Reclutamiento y Reemplazo (que suprimía la redención en metálico que fue una de las causas de
la Semana Trágica).
• La regulación de las condiciones de trabajo. Se crearon unas jornadas máximas en las minas, se
prohibíó el trabajo nocturno de la mujer.
• Ley de Mancomunidades.
Pese a la movilización callejera de los católicos, autorizó los signos exteriores de culto de las iglesias protestantes y elaboró un proyecto de ley (ley del Candado) que prohibía el establecimiento de nuevas órdenes religiosas en tanto no se aprobara una nueva ley de Asociaciones, a riesgo de una grave confrontación con la Iglesia.
Canalejas fue asesinado en Noviembre de 1912 por el anarquista Manuel Pardiñas.
El corto alcance de las reformas, que desde la política oficial se realizaron, hizo que no fueran suficientes para impedir que el sistema de la Restauración se siguiera hundiendo. Las reformas del Revisionismo cesaron.