Desamortización de Mendizábal en Extremadura

2. EL PROCESO DE Desamortización Y CAMBIOS AGRARIOS

2.1 PROCESO DE Desamortización Y CAMBIOS AGRARIOS

2.1.1 LA Economía AGRARIA DE ESPAÑA DEL Antiguo Régimen

La mayor parte de las tierras estaban amortizadas, es decir, pertenecían a la nobleza y a la iglesia, que podían aumentar sus propiedades con nuevas adquisiciones, explotaban la mayor parte de forma indirecta a través de arrendimientos y censos, y no podían desprenderse de ellos. Como consecuencia de ello, había una ausencia casi total de inversiones por lo que la productividad era muy escasa y predominaba una agricultura de subsistencia, causada también por la diferencia de los transportes. Existía por tanto una deficiente estructura de la propiedad, concentrándose la mayor parte de la tierra en manos de los estamentos provilegiados. Sin embargo el desarrollo del proceso de reconquista permite diferenciar dos zonas de España: en el Norte predomina el minifundismo, ya que la reconquista fue muy lenta, lo que permitíó ir establenciendo en el territorio pequeños campesinos; en el Sur predomina el latifundismo ya que la rapidez con que fue reconquistada la zona al Sur del Tajo hizo que la única manera de ocupar el territorio fuera conceder grandes territorios a los nobles, ordenes militares e iglesia.

2.1.2 DESARROLLO DEL PROCESO DESAMORTIZADOR

El objetivo era establecer la plena propiedad privada de la tierra, dando fin a su amortización. Los precedentes: en las Cortes de Cádiz ( 1810-1814) y durante el trienio liberal ( 1820-1823) se decreto la supresión de los señoríos y la desamortización del clero regular mediante la exposición de sus propiedades por el Estado y su posterior venta publica en subasta. Sin embargo, el retorno al absolutismo en 1814 y 1823 supuso la anulación de estas medidas. La desamortización se lleva a cabo durante el reinado de Isabel II a través de la Desamortización de Mendizábal ( 1836) y la Desamortización de Madoz o ley de Desamortización general (1855), ambos decretados durante sendos periodos de dominio progresista en el gobierno. Desamortización de Mendizábal (1836): se desvinculan las tierras de la nobleza y el clero, en este ultimo caso se expropiaron los bienes del clero regular (comunidades religiosas), vendíéndose en publica subasta, por lo que fueron acaparadas por la burguésía. Su finalidad fue atenuar el problema de la deuda, no hacer una reforma agraria ( como hemos visto en el documento 1). La desamortización de Madoz o ley de Desamortización general ( 1855): se expropian y subastan al mejor postor los bienes del clero secular y de los ayuntamientos, en este ultimo caso tanto propios (bienes destinados a satisfacer los gastos de la institución) como comunes ( bienes de libre aprovechamiento para los vecinos) ( como hemos visto en el documento 2)

2.1.3 CONSECUENCIAS DEL PROCESO DESAMORTIZADOR

Consolidación de la propiedad provada de la tierra gracias a las reformas liberales ( supresión de señoríos, desvinculación de propiedad y desamortización de las tierras de la iglesia y de los ayuntamientos: desamortización de Mendizábal en 1836 y de Madoz 3n 1855). Los objetivos de las desamortizaciones fueron paliar los problemas de la Hacienda publica y consolidar el apoyo de la burguésía al régimen liberal: esto se tradujo en una ausencia de verdadera reforma agraria, ya que el sistema adoptado ( subasta al mejor postor) hizo que las tierras fueran adquiridas por la burguésía ( nueva concentración de la propiedad) y que la población campesina empeorara su situación ( desaparición de arrendatarios, perdida del derecho de uso de las tierras comunales). En el aspecto económico, las desamortizaciones produjeron un aumento de la producción agraria, destinada más ahora al mercado que al autoconsumo. Este aumento de la producción no fue consecuencia de una mejora de las técnicas agrarias, sino del aumento de la superficie cultivada( los rendimientos por superficie decrecen). Este retraso agrario supuso uno de los mayores obstáculos a la revolución industrial española (ausencia de beneficios, sub-consumo interno) y una de las fuentes principales de conflictividad social ( revueltas jornaleras).

2.1.4 LA Evolución DE LA AGRICULTURA

Paso de una agricultura de subsistencia basada en el cultivo de cereales a otra moderna basada en frutales y productos de regadío ( zona mediterránea). Gran expansión de la Vid, olivo y el naranjo. El proteccionismo impuesto sobre los cereales ( que sigue siendo el principal cultivo) supuso una ausencia de inversiones y un empobrecimiento de las clases obreras.

2.2 CONSECUENCIAS DEL SUBDESARROLLO AGRARIO EN EL PROCESO DE Industrialización

La ausencia de la revolución agraria en España explica en buena parte el fracaso del proceso de industrialización y el atraso social y económico de España durante el S.XIX y la primera mitad del S.XX. Así, las carácterísticas socioeconómicas de España fueron: crecimiento demográfico bastante menor que en el resto de países industrializados por el mantenimiento de una alta tasa de mortalidad; predominio de la población rural frente a la urbana; predominio del sector primario en la economía española; escasa industrialización, muy desigualmente repartida en el territorio, por la demanda interna insuficiente, la escasez de fuentes de energía, el atraso agrario y la inexistencia de la burguésía emprendedora; desarrollo de la minería en función de intereses extranjeros; Ferrocarril subdesarrollado por la estructura radial, el dominio de capitales e intereses extranjeros y la  escasa rentabilidad; subdesarrollo del mercado interior por los transportes deficientes y la escasez de demanda por el subdesarrollo socioeconómico; comercio exterior deficitario (exportación de materias primas e importación de productos industriales); y predominio de las políticas proteccionistas e intervencionalistas por los intereses de las  oligarquías  agrarias e industriales que descintivaron la inversión y disminuyeron la demanda por el alza de los precios.

3. CONSECUENCIAS

El fracaso de la revolución agraria y por tanto de la industrialización supusieron un retraso en la economía y una conflictividad social tan acusados que explican en buena medida la inestabilidad política que sufre un país a lo largo de los siglos XIX y XX.

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