17. La Guerra Civil 1
>17.1. La sublevación militar.-
Ya la misma noche de las elecciones de febrero de 1936, el general Franco intentó declarar el estado de guerra y en marzo un grupo de generales (Mola, Goded, etc.) acordó un «alzamiento militar que restableciese el orden». En los primeros momentos la conspiración tuvo escasa fuerza, hasta que Mo1a pasó a ser el director de la misma. Su plan consistía en un pronunciamiento simultáneo en todas las guarniciones posibles, siendo consideradas claves las de Madrid y Barcelona y como reserva especial el ejército de África (el mejor preparado) cuyo mando se reservaba a Franco. El jefe supremo de la sublevación era el general Sanjurjo (que ya se había sublevado en 1932 y que ahora vivía exilado en Portugal).
La conspiración diseñada por los militares contaba con el apoyo de las fuerzas políticas más derechistas, que colaboraron en la creación de una red de enlaces militares y civiles para extender el movimiento conspirador y buscar apoyos económicos.
También se unieron al plan los grupos políticos que poseían «milicias» como los carlistas o la Falange. El asesinato en Madrid (13 de julio) de1líder derechista Calvo Sotelo contribuyó a convencer a los más reticentes, pero no fue en modo alguno determinante de la sublevación que ya estaba decidida de antemano. El día 18 de julio fue el fijado para el alzamiento en la Península, mientras que en el Protectorado la sublevación se adelantó al día 17. El alzamiento fracasó en las grandes ciudades (excepto Zaragoza y Sevilla), triunfó en las capitales del interior y en otras desencadenó luchas que tuvieron resultados diversos. El triunfo o el fracaso del alzamiento no estuvo solo relacionado con la pericia militar de los sublevados, sino sobre todo con las condiciones sociales y económicas de cada región del país. El alzamiento tuvo éxito en toda la España interior, Ga1icia y la Andalucía del Guadalquivir, es decir, en las zonas agrarias con predominio de la gran propiedad trabajada por jornaleros o en la de pequeños propietarios agrarios, la España más retrasada y conservadora. El alzamiento fracasó en la España más desarrollada e industrializada del este o del norte, con mayor número de obreros industriales y una agncu1tura más evolucionada. En Madrid y Barcelona produjeron durante dos días, luchas entre los sublevados y las tropas leales al gobierno republicano ayudadas por los miliciano s de las organizaciones de izquierda (entre los que destacaron los anarquistas en Barcelona). En Valencia la situación estuvo. indecisa pero terminó triunfando la República. Los sublevados eran un conglomerado de militares conservadores, propietarios agrarios (grandes, medianos y pequeños), grupos católicos, carlistas y de todos aquellos que veían con malos ojos que los elementos populares y pequeño-burgueses accediesen al poder.
Los leales a la República estaban constituidos por las clases obreras, empleados urbanos, campesinos sin tierras y pequeña burguesía. Junto a las clases populares estuvieron también las clases medias vinculadas a partidos republicanos o nacionalistas, pero siempre temerosas de que pudiera producirse una auténtica revolución social . La opinión internacional, creyó desde el principio que en España se estaba dando una lucha entre fascismo y democracia. O incluso entre fascismo, democracia y comunismo. Se creyó que España era un microcosmos donde se estaba produciendo un enfrentamiento que muchos temían a escala mundial. Pero esta visión debe ser matizada.
La Guerra Civil fue más bien, el enfrentamiento armado entre los viejos grupos dominantes de la España de la Restauración y los grupos emergentes obreros y burgueses que querian establecer un sistema político realmente democrático y un orden social progresista. El alzamiento de las derechas con el ejército yel apoyo de la Iglesia, significó que las reformas que intentaba llevar a cabo la burguesía republicana, a pesar de ser justas e imprescindibles para la modernización de la sociedad española, asustaron a las clases ricas que creyendo que sus intereses estaban en peligro porque se avecinaba una revolución social, optaron por el abandono de la vía legal y parlamentaria y se decantaron por el golpe de Estado.
>17.2. El desarrollo de la guerra.-
El conflicto bélico atravesó por cuatro fases:
l. El avance rebelde hacía Madrid (de julio a noviembre de 1936) 2. Las batallas alrededor de Madrid y la ocupación del Norte (de diciembre del 36 a octubre del 37).
3. La ofensiva hacía el Mediterráneo (de noviembre del 37 a junio del 38) 4. La batalla del Ebro y el fin de la guerra (de julio del 38 a abril del 39)
1. El avance rebelde hacía Madrid.- En Agosto de 1936 el ejército de África consigue cruzar el Estrecho (gracias a la ayuda de los aviones italianos y alemanes). Una vez en la Península, se toma la ciudad de Badajoz y se avanza hacía Madrid, aunque por orden de Franco la columna africana (con legionarios y regulares marroquíes) se desvía a Toledo para tomar la ciudad y liberar el Alcázar, donde resistían unos centenares de militares sublevados con sus familias. A finales de Octubre las columnas de Yaglie se encontraban ya a las puertas de Madrid.
Como la capital se encontraba en peligro de ser conquistada, se decretó la movilización general para salvada. Miles de personas con enorme entusiasmo fortificaron los accesos y el interior de la ciudad, hombres y mujeres cavaron zanjas y se prepararon para la defensa al tiempo que nacían consignas como el «N o pasarán» y «Madrid, tumba del fascismo». El gobierno republicano se trasladó a Valencia, dejando la defensa de la capital en manos de una Junta presidida por el general Miaja. Pese a los esfuerzos del ejército de África, ayudado por cobertura aérea, Madrid resistió desde noviembre hasta enero el ataque frontal de las fuerzas nacionales que no pudieron tomar la ciudad. Ayudaron a los madrileños en su lucha las fuerzas de las Brigadas Internacionales y una columna de anarquistas llegada desde Barcelona, al mando de Durruti, que encontró la muerte luchando en el frente de Madrid.
2. Las batallas alrededor de Madrid y la ocupación del Norte.- En esta segunda fase de la guerra, nacería el Ejército Popular de la República, por iniciativa de los comunistas, ya que hasta entonces las fuerzas republicanas estaban formadas en su mayoría por voluntarios de partidos y sindicatos. Estos «milicianos» fueron militarizados en una gran parte creándose así una fuerza jerarquizada y disciplinada que pudiera oponerse al ejército nacional.
Fracasado el intento de tomar la capital, los sublevados emprendieron dos maniobras envolventes para aislar a Madrid. Para tomar la carretera de Valencia (por donde llegaban los principales suministros a la ciudad) tuvo lugar la batalla del Jarama (febrero de 1937) que fue larga y cruel y solo terminó debido al agotamiento de los dos ejércitos y aunque los nacionales lograron cruzar el río, no consiguieron su objetivo que era el aislamiento de la capital. En el mes de marzo de 1937 se produce la batalla de Guadalajara donde las tropas fascistas italianas, aliadas de Franco, sufrieron una espectacular derrota a manos del reorganizado ejército de la República. Franco entonces decidió cambiar de estrategia, abandonando el ataque a Madrid y llevando.la guerra a otros escenarios. La lucha se trasladó al Norte. Entre abril y octubre de 1937 los frentes de combate se fueron desplazando de Este a Oeste: Vizcaya, Santander y Asturias. En abril se producía el primer bombardeo aéreo del mundo sobre ‘ población civil, el de Guernica (Vizcaya) con muchas víctimas y realizado por la aviación alemana e italiana por orden del Cuartel General de Franco.
Bilbao fue ocupado en el mes d~ Junio. La República para aliviar la presión militar en el Norte, desencadenó dos ataques: el primero en Brunete (cerca de Madrid) en el mes de julio yel segundo en Belchite Gunto a Zaragoza) en el mes de agosto, pero no consiguió evitar que las tropas de Franco entrasen primero en Santander y luego en Asturias. A finales de octubre de 1937 toda la franja Norte estaba en manos de los sublevados.
3. El avance hacia el Mediterráneo.- En diciembre de 1937, el ejército republicano había sido renovado con la aparición de las Brigadas Mixtas y estaba mandado por un buen estratega, el general Vicente Rojo. En este nuevo ejército se integraron los cuadros procedentes de las milicias populares (Lister, el Campesino etc.) El nuevo ejército republicano intentó tomar la iniciativa desencadenando algunas ofensivas, la más importante de las cuales tuvo lugar en Teruel en el invierno de 193738. La batalla de Teruel comenzó con la toma de la ciudad por las fuerzas republicanas, pero ante el avance de las tropas franquistas, las fuerzas republicanas abandonaron definitivamente la ciudad en el mes de febrero. El ejército de Franco desencadenó entonces la campaña de Aragón atravesando el Maestrazgo y llegando al Mediterráneo en Vinaroz (Castellón) en el mes de abril de 1938. El territorio republicano quedó dividido en dos zonas y Cataluña quedó aislada. Franco no atacó Cataluña y prefirió continuar el ataque hacia el Sur (Castellón y Valencia). Su avance quedó detenido cuando el ejército republicano desencadenó un poderoso ataque sobre el río Ebro en la provincia de Tarragona.
4. La batalla del Ebro y elfinal de la guerra.- La batalla del Ebro terminó con la derrota definitiva de la República y fue uno de los mayores episodios militares de la guerra. Empezó el 25 de julio con el ataque republicano entre Mequinenza y Amposta.
Los republicanos cruzaron el Ebro y ocuparon Gandesa, donde lograron resistir durante unos meses. Franco envió grandes refuerzos, incluida la aviación alemana e italiana y consiguió detener el ataque. Luego contraatacó a principios de noviembre y el ejército republicano tuvo que replegarse a la otra orilla del río, mientras las tropas de Franco avanzaban ocupando todo el sur de Tarragona y cruzando el Ebro en su desembocadura.
Franco decidió entonces emprender la conquista definitiva de Cataluña. Barcelona se rindió sin lucha a finales de enero de 1939. La caída de Gerona significó la huida hacía Francia de millares de refugiados, entre ellos el gobierno republicano, instalado en Barcelona desde octubre de 1937. A principios de febrero toda Cataluña estaba ocupada uerte de la República totalmente decidida.
En febrero de 1939, a la República solo le quedaba la zona Centro, que comprendía Madrid y toda la región mediterránea desde el Norte de Valencia hasta Almería. El presidente del gobierno Negrín, apoyado por los comunistas, quería continuar la guerra, pero ya no se produjeron enfrentamiento s importantes. A finales de febrero, Inglaterra y Francia reconocieron al gobierno de Franco ya primeros de marzo, Azaña que se encontraba en París, presentó su dimisión como Presidente de la República.
En marzo se produjo en Madrid una lucha entre los partidarios de rendirse a Franco, entre los que se encontraba el coronel Casado, algunos socialistas como Besteiro y algunos anarquistas como Mera, y los comunistas que querían seguir resistiendo. Casado terminó imponiéndose e intentó negociar una «paz honrosa». Pero Franco solo aceptaba una rendición sin condiciones. Casado ordenó a los defensores de Madrid que abandonasen sus posiciones y permitieran el paso a las fuerzas nacionales..
El 28 de marzo las tropas de Franco entraron en Madrid sin encontrar resistencia. El ejército franquista ocupó también toda la zona mediterránea. Ell de abril Franco firmó en Burgos el último parte de guerra: «En el día de hoy, cautivo y desarmado el ejército rojo, han alcanzado las tropas nacionales sus últimos objetivos militares. La guerra ha terminado».
>17.3. La intemalización del conflicto.-
Los sublevados fueron los más favorecidos por el apoyo extranjero La ayuda alemana e italiana en armas (aviones, carros de combate, artillería, fusiles, municiones etc.) fue la más importante, tanto numérica como tácticamente (recordemos que gracias a los aviones de transporte de Italia y Alemania, el ejército de África pudo pasar a la. Península. Alemania envió una unidad de aviación la Legión Cóndor y se sirvió de la guerra de España para probar algunas de sus nuevas armas. Cobró su ayuda con la entrega de minerales y otros productos estratégicos. La ayuda italiana consistió en el envío de una gran unidad el Corpo di Truppe Volontarie (C.T.V.), aunque también tuvo importancia su ayuda en armamento. Con las tropas rebeldes combatieron contingentes de voluntarios portugueses, irlandeses y de otras nacionalidades. Por otra parte la España nacional contó desde el primer momento con la ayuda financiera de las potencias fascistas, que enviaron aviones, tanques y municiones a crédito, con la promesa de conseguir (en el caso de Alemania) la explotación de las minas de wolframio y de otros minerales considerados esenciales en tiempos de guerra.
Mussolini fue todavía más generoso que Hitler, enviando hombres y armamento pesado con la promesa de devolución por parte de Franco; cuando hubiera ganado la guerra (se estuvo pagando a Italia hasta los años sesenta). Incluso los Estados Unidos (que teóricamente eran neutrales) permitieron que empresas petrolíferas suministraran combustible a los vehículos del ejército franquista (ya que éste no se consideraba como material de guerra).
En el bando republicano desde los primeros momentos de la insurrección el gobierno pidió ayuda en primer lugar a Francia (que también tenía un gobierno de Frente Popular), pero la guerra de España suscitó de forma inmediata el temor a su extensión por Europa en medio de una delicada situación. Si algún país intervenía militarmente en España, la guerra podría internacionalizarse. Gran Bretaña que venía defendiendo una política de «apaciguamiento» ante la Alemania nazi, quería evitar a toda costa un conflicto armado en el que pudiesen enfrentarse ambas potencias. Por eso el gobierno inglés comunicó al gobierno francés (cuyas simpatías estaban con los republicanos) que si de su intervención en España se ocasionaba un enfrentamiento con Alemania, Gran Bretaña se mantendría al margen. Francia entonces, para no quedarse aislada, se plegó a las exigencias de los ingleses e impulsó la creación de un Comité de No-Intervención para vigilar que ninguno de los dos bandos en contienda en España, recibiese ayuda internacional.
Este Comité se creó en los primeros días de agosto de 1936. Tenía su sede en Londres y a él acabaron asociándose veintisiete países, aunque no consiguió impedir que los dos bandos recibiesen ayuda exterior. En este Comité estaban representados, los países que más asistencia prestaron a los combatientes: Alemania e Italia (que apoyaron al bando franquista) y la Unión Soviética (que apoyó a los republicanos), que se unieron al Comité para poder vigilarse entre ellos. Francia y Gran Bretaña respetaron los acuerdos de la No Intervención, (que los españoles se enfrentasen entre ellos sin que ningún país les vendiese armas o interviniese directamente) pero permitieron que las potencias fascistas y comunistas violaran los acuerdos del tratado. La política de No Intervención fue una gran injusticia para la República y una de las causas de su derrota, al negar a un Estado soberano y legítimo, el derecho de adquirir armas para defenderse de una insurrección de su propio ejército.
El único país que ayudó al bando republicano fue la URSS que proporcionó armas, aviones y municiones. Los consejeros militares soviéticos jugaron un papel destacado en la organización táctica de la guerra y ejercieron su influjo a través del Partido Comunista. La influencia soviética fue la responsable de algunos crímenes contra los enemigos del comunismo estalinista, como la desaparición y asesinato de Andrés Nin, líder del POUM (partido troskista aliado del anarquismo). La ayuda internacional que se prestó a la República en unidades de combate fu¡eron las Brigadas Internacionales, formadas por voluntarios procedentes de Europa y América, en su mayoría de ideología izquierdista (predominantemente comunista) que vinieron a España a luchar contra el fascismo. En su reclutamiento y organización tuvieron un papel esencial las organizaciones comunistas de los diversos países pertenecientes a la KOMINTERN (Internacional Comunista).
Por otra parte la España republicana, no encontró ningún país que le suministrara créditos. Para conseguir armamento de la URSS y de Francia tuvo que poner como garantía las reservas de oro del Banco de España, que a finales de 1936 partieron desde Cartagena hacía Moscú. Solo México aceptó la peseta republicana como pago de sus envíos a la República (fundamentalmente petróleo). Cuando al término del conflicto, Franco solicitó a la URSS la devolución del oro español. Stalin contestó que el armamento enviado tenía un precio incluso superior al del oro llegado de Espala y que todavía se le debía dinero.