El Desarrollo Económico de España en los Años 60
Hacia 1957, España estaba al borde de la bancarrota. La autarquía y la sindicación vertical asfixiaban la economía, por lo que Franco comprendió la necesidad de acometer profundos cambios económicos. En 1959, se hace público un Decreto-Ley de nueva Ordenación Económica conocido como Plan de Estabilización. Para su puesta en marcha, el gobierno de Franco eligió a ministros formados en economía y en derecho. Su padrino político era el número dos del régimen, el almirante Carrero Blanco, y las figuras más destacadas fueron López Rodó, como responsable de los Planes de Desarrollo; Ullastres, como el encargado de asegurar tanto la financiación como las relaciones con instituciones internacionales como la OCDE y la CEE; Navarro Rubio, como gobernador del Banco de España; y Silva Muñoz, en el Ministerio de Obras Públicas.
El Plan de Estabilización liquidó los ideales económicos de la Falange y dio paso al nacimiento de un nuevo grupo político, los tecnócratas, modernos en lo económico y conservadores en lo político. El régimen, por fin, se decidía a liberalizar la economía española, poniéndola en línea con los países occidentales.
Medidas del Plan de Estabilización
En síntesis, el Plan:
- Ofrecía oportunidades a las inversiones extranjeras.
- Impuso un ajuste económico que supuso una forzada austeridad de los españoles.
- Recortó el gasto público.
- Restringió el crédito.
- Se congelaron los salarios.
- Limitó las horas extra.
- Devaluó la peseta.
- Llevó a cabo una tímida reforma fiscal que aumentó la contribución directa de los españoles y persiguió el fraude.
Planes de Desarrollo
Entre 1962 y 1975, tres Planes de Desarrollo de duración cuatrienal señalan el camino que España sigue para abandonar el subdesarrollo e incluirse en el club de los privilegiados como décima potencia industrial del mundo. El cerebro de los planes fue el citado López Rodó, quien en 1962 estaba al frente de la Comisaría del Plan de Desarrollo.
Estos se sustentaron en tres fuentes de financiación: las inversiones extranjeras, los ingresos obtenidos por el turismo y las remesas de divisas que enviaban los inmigrantes.
La Emigración
Esta nueva época coincide con el desarrollo del fenómeno de la emigración de los españoles a Europa en busca de trabajo, debido al paro que se avecinaba ante las medidas de ajuste y estabilización. Estos emigrantes enviaban regularmente desde el extranjero las divisas que el régimen necesitaba como medio de inversión para el desarrollo económico del país. Entre 1960 y 1970, un millón de trabajadores españoles emigraron a Francia y Alemania, encontrando la causa de los tremendos desequilibrios existentes entre las distintas regiones del país. Además, la política de desarrollo del régimen no lograba compensarlos, sino que los agravaba. En efecto, este masivo éxodo rural se producía debido a la continua caída de las rentas agrarias, lo contrario a lo que estaba produciéndose en las zonas urbanas e industriales.
Efectos de los Planes de Desarrollo
Desequilibrios Geográficos
Desde el punto de vista geográfico, fueron desequilibrados, ya que favorecieron el desarrollo industrial de aquellas zonas de España tradicionalmente más desarrolladas (el triángulo Cataluña, País Vasco y Madrid).
Para corregir estas asimetrías, se crearon los Polos de Desarrollo, núcleos de iniciativa estatal para que fuera surgiendo en ellos una región industrial, con creación de fábricas, fomento de las inversiones privadas y la llegada de capital extranjero. Los más importantes fueron Huelva, Sevilla, Oviedo, Zaragoza, Córdoba y Valladolid.
Crecimiento Económico
Desde el punto de vista económico, podemos decir que en general fueron muy positivos, pues finalizó el aislamiento económico de España, los intercambios con el exterior se agilizaron, los precios se mantuvieron estables y el país mantuvo en los años 60 la segunda tasa de crecimiento económico más alta del mundo tras Japón, al incrementarse el PIB cerca de un 10% anual durante más de 10 años consecutivos. Es por ello que a estos años se les conoce como los del «milagro económico español» o también «los años del desarrollismo». Pero los principales beneficiarios del milagro económico fueron la Banca y los grandes grupos industriales, que consiguieron el apoyo del Estado mediante exenciones fiscales y formas privilegiadas de financiación.
Consecuencias Económicas y Sociales
Entre las consecuencias económicas y sociales, destacamos que España era a comienzos de los años 70 un país desarrollado, pero mal estructurado, ya que mientras unas regiones alcanzaban altas cotas de desarrollo, no ocurría lo mismo con otras. Por ejemplo, entre 1960 y 1963 el PIB creció hasta el 46% en el País Vasco, Madrid, Cataluña, Baleares y Canarias, mientras que en regiones como Teruel, Cuenca y Soria la situación apenas había variado.
Sectores Clave y Transformaciones Sociales
El sector más destacado fue el del automóvil, destacando SEAT y Renault. El bienestar económico se reflejaba en la amplitud del sector de electrodomésticos, destinados a aliviar las labores del hogar y a facilitar el ocio. Esa rápida industrialización de España exigió una cuantiosa importación de bienes de equipo, que pudo realizarse gracias al continuo flujo de divisas procedentes del turismo y de los ahorros enviados por los emigrantes desde Europa.
Y si muchos españoles emigraban a Europa en busca de trabajo, cada vez más europeos acudían a España como turistas. Así, en la década de los 60, España se convierte en uno de los destinos turísticos preferidos y la inyección de divisas contribuyó a equilibrar el déficit comercial español. Pero ese fenómeno contribuyó a aumentar el desequilibrio regional, como hemos visto, provocó una superpoblación urbana a costa del despoblamiento del campo y dejó importantes secuelas en el medio ecológico, ya que se trató de un urbanismo incontrolado y especulativo que deja graves secuelas en las zonas costeras. Pero hay que reconocer que todo este crecimiento se vio reflejado en una importante mejora de los medios de comunicación, así como en la construcción de carreteras de gran capacidad a partir de la Ley de Autopistas de 1969.
Todo ello contribuyó a que los españoles entraran en contacto con otras formas de vida más modernas y con nuevos modos de comportamiento político y social de sociedades instaladas en la cultura del bienestar y la democracia. En 1963, la Ley de Bases de la Seguridad Social pone los cimientos del actual sistema de prestaciones sociales, se construyen los grandes complejos hospitalarios actuales y un número creciente de españoles accede gradualmente a las pensiones de jubilación y a los servicios sanitarios.