Desarrollo y Consecuencias de la Guerra Civil Española

La Guerra Civil Española (1936-1939): Causas, Desarrollo y Consecuencias

Contexto Político y Social Previo a la Guerra

Los resultados de las elecciones de febrero de 1936 no lograron sosegar la vida política española. Tanto la derecha como la izquierda adoptaron posiciones cada vez más radicales. Los sindicatos UGT y CNT actuaron de forma conjunta, promoviendo una gran cantidad de huelgas contra el gobierno, al que consideraban burgués. Las luchas callejeras, que incluyeron asesinatos y quema de iglesias, convirtieron la violencia en la principal arma política. Los asesinatos del teniente Castillo y de Calvo Sotelo aceleraron la sublevación militar que dio inicio a la Guerra Civil.

La Sublevación Militar y el Inicio de la Guerra

Tras las elecciones de 1936, algunos líderes de la derecha y altos mandos militares intentaron, sin éxito, que el gobierno de Portela Valladares impidiera el traspaso de poderes al Frente Popular. Ante esto, decidieron derrocar al nuevo gobierno mediante un pronunciamiento militar presidido por el general Sanjurjo y en el que participaron generales como Franco, Goded y Mola. Aunque la CEDA no se involucró directamente en el golpe, sí lo hicieron diversas fuerzas políticas como tradicionalistas y falangistas. A pesar de que el gobierno no prestó mucha atención a la preparación de la sublevación, tomó ciertas medidas para contrarrestarla, como vigilar a los militares sospechosos y desplazar a altos cargos como Franco a Canarias, Mola a Pamplona y Goded a Baleares. Aun así, el golpe de Estado estalló el 17 de julio de 1936. Sin embargo, no contó con el apoyo de amplias zonas del país, lo que dividió a España en dos bandos y dio comienzo a la Guerra Civil. El ejército nacional, liderado por Franco, contaba con el apoyo de un amplio regimiento de soldados profesionales procedentes del norte de África, mientras que la República contaba con numerosos jóvenes soldados cuya experiencia era inferior.

Desarrollo del Conflicto (1936-1939)

La guerra duró tres años, durante los cuales se produjeron innumerables batallas por el control del país. En las primeras fases de la guerra, las tropas de Franco avanzaron desde el sur hasta tomar Toledo para posteriormente atacar Madrid con la ayuda del general Mola desde el norte. Sin embargo, todos sus intentos fracasaron, por lo que Franco decidió atacar el frente norte y dejar a la República sin su mayor fuente de recursos. Tras tomar las principales regiones del norte, el ejército nacional avanzó por el valle del Ebro, tomando todas las ciudades catalanas que había a su paso hasta lograr el dominio de toda Cataluña el 26 de enero de 1939, con la caída de Barcelona. Durante su avance hacia Valencia por la cuenca del Ebro, el ejército nacional fue atacado el 25 de julio de 1938 por las fuerzas republicanas, dando lugar a la Batalla del Ebro, en la cual el ejército de la República salió muy derrotado. El 28 de marzo de 1939 se rindió Madrid y el 1 de abril la guerra había terminado.

Consolidación del Poder Franquista

A principios de 1936, la Junta de Defensa Nacional nombró a Franco jefe de todos los ejércitos y le otorgó plenos poderes. Inmediatamente formó una Junta Técnica hasta que creó el gobierno del Estado el 30 de enero de 1938, por el que asumía también el poder legislativo. Con anterioridad, en abril de 1937, Serrano Súñer había unificado a falangistas y carlistas en la FET de las JONS, cuyo control asumió Franco. La Falange influyó en la política sociolaboral, ya que el Fuero del Trabajo de 1938 se inspiró en las doctrinas falangistas.

La República Durante la Guerra

En septiembre de 1936, el gobierno de Largo Caballero trató de recuperar la fuerza del Estado con el apoyo de la mayoría de las fuerzas republicanas, tomando medidas como la disolución de las juntas y de los comités, y la militarización de la milicia. Tras la caída de Málaga, el PCE propuso diversas medidas para afianzar la autoridad estatal, como la congelación de la revolución social. Sin embargo, estas medidas chocaban con las ideas de la CNT. Tras los disturbios ocurridos, Largo Caballero perdió un gran apoyo. Posteriormente, se constituyó el gobierno de Negrín, en el cual triunfó la centralización y la política frentepopulista. A medida que las fuerzas nacionales avanzaban hacia el Mediterráneo, Negrín y los comunistas defendieron la idea de entablar negociaciones con Franco.

La Dimensión Internacional del Conflicto

La Guerra Civil despertó un gran interés internacional. En 1936 se creó el Comité de No Intervención, con el fin de evitar la intervención internacional en el conflicto español. Sin embargo, el bando republicano contó con el apoyo de México y de la URSS, quienes enviaron fuertes regimientos militares, las Brigadas Internacionales. Además, Francia suministró de forma clandestina armas a la República. El bando nacional contó con el apoyo de Italia, Alemania y Portugal. De la misma forma, múltiples empresas estadounidenses suministraron recursos a los sublevados a pesar de la neutralidad. También hubo apoyo internacional de intelectuales a favor de la República, como Ernest Hemingway y André Malraux, y de los sublevados, como Roy Campbell y Ezra Pound.

Consecuencias de la Guerra

La guerra causó una importante fractura social que perduró tras el fin del conflicto, ya que España se hallaba dividida entre republicanos y sublevados. Las pérdidas humanas y materiales fueron cuantiosas: murieron cerca de un millón de personas y España se encontraba endeudada a nivel internacional con deudas que ascendían a los 35.000 millones de pesetas.

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