El Descubrimiento de América y sus Consecuencias
El Inicio de la Exploración
En el siglo XIII se experimentó una expansión y un aumento del comercio mediante caravanas. Sin embargo, en el siglo XV, la aparición del Imperio Turco interrumpió estas rutas caravaneras, lo que llevó a los europeos a buscar rutas alternativas por el Atlántico. Esta navegación fue posible gracias a la invención de la carabela, el astrolabio y la brújula. Además, la existencia de una serie de mitos propagó la idea de la navegación. Cristóbal Colón, navegante genovés, propuso llegar a Oriente navegando por el Atlántico. Para ello, firmó con Castilla las Capitulaciones de Santa Fe, por las cuales los reyes le proporcionaron barcos y tripulaciones a cambio de los derechos sobre las tierras conquistadas. Tras los viajes de Colón, se llevaron a cabo varias expediciones, como las de Vespucio y Balboa. Pocos años después, Magallanes completó la primera vuelta al mundo.
Conquista y Colonización de América
La conquista de América fue relativamente rápida, completándose en aproximadamente 50 años. Los conquistadores se encontraron con civilizaciones con un desarrollo muy primitivo, pero en otras zonas se encontraron con grandes imperios: Aztecas, Incas y Mayas. Estos imperios, a pesar de su centralización y desarrollo, fueron conquistados con relativa facilidad debido a su inferioridad militar y a sus divisiones internas. Estas culturas experimentaron una asimilación cultural, especialmente en lo que respecta a la religión. La conquista tuvo consecuencias devastadoras, como la sustitución de las autoridades, un desastre demográfico debido a las destrucciones, enfermedades y ritmos de trabajo, y el mestizaje. La colonización de América se llevó a cabo a lo largo del siglo XVI. Fue una colonización castellana, inicialmente fruto de aventuras privadas, aunque poco a poco la Corona tomó el control, obteniendo el quinto real y dominando a los conquistadores mediante la imposición de sus funcionarios. Los centros principales de la colonización española fueron México y Perú.
Gobierno y Administración en el Imperio Colonial
El gobierno se organizó mediante instituciones. Se estableció el Patronato de Indias, por el cual la monarquía se aseguraba el control de la Iglesia. Se creó la Casa de Contratación, que regulaba el comercio con las Indias. Se implantó el sistema de flotas entre España y América. La administración se organizaba en virreinatos, cuyos virreyes eran elegidos por períodos cortos para evitar su independencia. La sociedad americana era explotada para el beneficio de la Corona y se organizaba en una estructura piramidal con distintos grupos sociales. Ante la explotación, se redactaron las Leyes de Burgos, lo que generó debates jurídicos, filosóficos y teológicos. Como resultado, se crearon las Leyes Nuevas, que buscaban acabar con la esclavitud.
Impacto de América en España
Los españoles buscaban principalmente metales preciosos en América. Esto convirtió a España en un país muy rico, y sus monarcas se convirtieron en los más poderosos de su tiempo debido a la gran cantidad de dinero que podían invertir. En la economía, se produjo un proceso inflacionario con una revolución en los precios. Por otra parte, el descubrimiento dinamizó la economía castellana. Además, mucha gente emigró a América. Se introdujeron nuevos productos en Europa. Surgió el fenómeno indiano, que consistía en observar las costumbres de los indígenas y considerarlos seres inferiores, justificando así su explotación. Sin embargo, también existía la postura de que los indios debían ser cristianizados y convertirse en súbditos del rey. Finalmente, se incrementó la esclavitud africana para sustituir a la población indígena.
Los Austrias en el Siglo XVI: Carlos V y Felipe II
El Reinado de Carlos V
Carlos V se convirtió en monarca y heredó vastos territorios: de su madre, Castilla y las tierras de América; de su padre, el reino de Borgoña; de su abuelo materno, la Corona de Aragón con sus territorios en Italia; y de su abuelo paterno, Austria y la posibilidad de ser emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, lo cual finalmente consiguió. Con todo esto, Carlos V se convirtió en un poderoso emperador. Esta gran herencia le involucró en una serie de conflictos: primero, con Francia por la conquista de Milán; segundo, su papel como emperador de Alemania le obligaba a defender la cristiandad de los turcos y de los protestantes. Al final, Carlos V acabó arruinado por las deudas y abdicó en favor de su hijo, Felipe II, quien asumió el trono.
La Monarquía Hispánica de Felipe II
Felipe II heredó los dominios de su padre, Carlos V. Mantuvo la defensa del catolicismo como un principio básico de su política. Su monarquía se centró en Castilla, por ser el reino más rico. Este monarca incorporó Portugal a su reino, aprovechando sus derechos hereditarios y la falta de sucesión en el reino portugués, al que amenazó militarmente. Su política exterior mantuvo los conflictos de su padre, y logró hacerse con el control del paso del Atlántico. Además, tuvo que enfrentarse a la rebelión de los Países Bajos. En su política interior, tuvo dos conflictos principales: con los moriscos y con Aragón. En conclusión, el reinado de Felipe II marcó la culminación del poder monárquico hispánico, pero también su debilitamiento económico, que le llevó a la bancarrota.
El Modelo Político de los Austrias
La monarquía hispánica se basaba en una suma de reinos independientes que solo tenían en común al rey. Esta monarquía era autoritaria, y los reyes intentaron centralizar el poder, lo que provocó conflictos con aquellos reinos donde el poder real estaba más limitado. Por otra parte, la monarquía era tan extensa que el rey necesitaba secretarios que le ayudasen. La monarquía se gobernó mediante un sistema de Consejos que asesoraban al rey. Hubo dos tipos de Consejos: territoriales y temáticos. Se puede observar que los monarcas tenían un gran poder, pero también numerosos límites, como la enorme burocracia en sus acciones, el endeudamiento que conllevó la venta de cargos y realengo, y el respeto a las peculiaridades de los reinos.
Economía y Sociedad en la España del Siglo XVI
Economía
En el siglo XVI español, hubo un aumento de la población en Castilla, sobre todo en la parte sur, mientras que en la Corona de Aragón el crecimiento fue escaso. Como consecuencia de esto y de la demanda de América, la agricultura experimentó un alza constante. Los campesinos hipotecaban sus fincas o pedían préstamos para arrendar nuevas tierras. Muchos de ellos, al no poder pagar estos gastos, perdían sus tierras, que pasaban a manos de latifundistas. También se produjo una expansión de la industria artesanal. Se desarrolló la metalurgia y la construcción naval, pero, sobre todo, los gremios textiles. La monarquía favoreció a los exportadores de lana frente a los productores de tejidos. De este modo, el mercado interior y el americano quedaron en manos de competidores extranjeros, que ofrecían productos de más calidad y a mejor precio. El comercio fue el sector más desarrollado, centrándose en las ciudades castellanas y en los puertos del Atlántico, mientras que en la Corona de Aragón y en los puertos mediterráneos, el comercio decayó por la presencia turca. En Castilla, la producción fue incapaz de abastecer la demanda, lo que dio lugar a una espectacular subida de precios. Ante esta situación, la monarquía permitió la importación de productos extranjeros.
Sociedad
Se trata de una sociedad estamental, basada en los privilegios, derechos y obligaciones, marcados por el nacimiento. En la sociedad se distinguían los siguientes estamentos:
- La nobleza
- El clero
- El alto clero
- El bajo clero
Entre los no privilegiados, sujetos al pago de tributos y a la justicia ordinaria, se encontraban los campesinos. Sin embargo, todos ellos estaban sujetos al pago de impuestos, que en Castilla eran muy altos y numerosos. Por último, estaban los moriscos y judíos conversos.
Cultura y Religión en la España del Siglo XVI
La Contrarreforma y la Inquisición
En el siglo XVI, España se debatió entre el espíritu humanista del Renacimiento y la ortodoxia de la Contrarreforma. La sociedad española se convirtió en defensora de la fe católica, coincidiendo con la Contrarreforma. En vanguardia de esa defensa se colocaron el Concilio de Trento y la Compañía de Jesús. La Inquisición fue una institución judicial con la misión de localizar, procesar y sentenciar a las personas culpables de herejía. Los procedimientos de la Inquisición Española incluían los interrogatorios bajo tortura. Cuando había una cierta cantidad de condenados por la Inquisición, se celebraban los llamados Autos de Fe. La Inquisición tuvo un papel principal durante la expulsión de los judíos de España.