Descubrimiento conquista y colonización de América resumen

7.1. El descubrimiento de América

El retraso respecto a Portugal en la expansión por la costa atlántica de África llevó a los Reyes Católicos a prestar atención a los planes de Cristóbal Colón: atravesar el Océano hacia el oeste como ruta más corta para alcanzar el Extremo Oriente, en busca de oro y especias. Los avances en las técnicas de navegación hacían posible el proyecto, aunque todavía se cuestionaba la esfericidad de la Tierra. Colón y los Reyes Católicos firmaron las Capitulaciones de Santa Fe (Abril de1492), acuerdo de carácter económico sobre el reparto de beneficios que hubiera. La expedición, compuesta de tres pequeñas naves, y unas noventa personas, salíó del puerto de Palos (Huelva) el 3 de Agosto. Tras una breve escala en las Canarias, se alcanzó el Nuevo Continente el 12 de Octubre de 1492, en una isla de las Bahamas. Pero tras este viaje y los otros tres que realizó Colón, los resultados fueron decepcionantes. Se habían explorado numerosas islas del Caribe, también algunos lugares del litoral continental, y no sólo no se había alcanzado el Extremo Oriente sino que las riquezas descubiertas eran mucho menos de las esperadas.


7.2. Conquista y colonización de América

Durante el reinado de Carlos I, se inició la conquista y colonización de América. La conquista se desarrolló en dos etapas. En la primera, Hernán Cortés conquistó el Imperio Azteca (1522), con toda la meseta central mexicana, y poco después el resto de América central. La segunda etapa fue dirigida por Pizarro y Almagro, para conquistar el Imperio Inca (entre 1531 y 1533). En la misma época, otros conquistadores incorporaban regiones de América del Norte y del Sur, a la vez que se conquistaron las Filipinas en Asía.

Las tierras conquistadas fueron incorporadas a Castilla, que impuso un monopolio sobre la inmigración. Las tierras fueron repartidas entre los colonizadores, a los que se entregaba una finca y un grupo de indios: las “encomiendas”. El indígena era “encomendado” al colono y, a cambio de una teórica protección, educación y evangelización, quedaba obligado a pagar tributos y a trabajar para el encomendero. Aunque en teoría los indígenas eran libres y súbditos de la Corona, y estaban protegidos por las leyes (“Leyes de Indias”), su explotación fue lo común en toda América.

La colonización española se caracterizó desde el principio por el mestizaje. La población europea se mezcló con los indígenas americanos y con la población esclava traída de África. Sin embargo, el mestizaje no impidió que la sociedad colonial tuviera una estructura claramente racial, con la población blanca en la cúspide social.


7.3. Gobierno y administración en el Imperio colonial

La Administración central de las Indias comprendía dos organismos. La Casa de Contratación de Sevilla fue el instrumento del monopolio de la Corona, que así pudo controlar todo el tráfico comercial, reservarse la quinta parte del oro y plata americanos, y cobrar un impuesto especial sobre todos los productos importados o exportados. El Consejo de Indias, tenía funciones similares al resto de los consejos territoriales, es decir asesorar a los reyes en cualquier aspecto del gobierno colonial.

En líneas generales, se llevó a América la organización institucional castellana. Se fundaron dos virreinatos, la organización territorial superior, el de Nueva España al norte, que comprendía parte de América del Norte, América Central y el Caribe; y el del Perú, que se extendía por América del Sur. Dentro de los virreinatos se crearon las gobernaciones. Virreyes y gobernadores tenían las máximas atribuciones de gobierno en sus territorios. También se crearon los cabildos, organismos para la administración municipal, y las Audiencias. Se desarrolló una legislación específica para la organización de los nuevos territorios (“Leyes de Indias”),


7.4. Impacto de América en España

A partir del Siglo XVI, las relaciones comerciales con América provocaron una profunda transformación en la economía. Castilla, que ejercía un monopolio en el comercio y en la colonización, suministraba a América productos agrarios (trigo, vid, aceite, ganado) y sobre todo productos elaborados (armas, tejidos…), y traía de América, también productos agrarios (maíz, patata, tabaco…) pero, principalmente, oro y plata. La llegada de estos metales inundó de tal manera el mercado, que los precios aumentaron de manera espectacular, hasta un 400% en Castilla. La Corona española se había endeudado fuertemente para poder financiar la expansión y el mantenimiento del Imperio, por eso gran parte del tesoro americano sirvió para pagar a los banqueros genoveses y alemanes que habían prestado el dinero. Como conclusión, los efectos dinamizadores del oro y la plata en la economía castellana resultaron escasos, ya que la riqueza que no acabó en manos de los banqueros extranjeros tampoco fue invertida en actividades productivas, sino en lujo.


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