1. El Estallido de la Revolución Francesa
Causas de la Revolución:
- La profunda crisis económica que sufría Francia en 1789.
- Las malas cosechas.
- La marginación política de la burguesía, ya que solo los privilegiados gozaban de cargos y reconocimiento social.
- La crisis financiera de la monarquía debido a los gastos del Estado y la corte.
- La reforma fiscal que pretendía obligar a la aristocracia a pagar impuestos, pero el monarca absoluto temía descontentar a los privilegiados, su mayor apoyo social.
La Revolución Francesa se inició con una revuelta aristocrática. Los privilegiados se negaron a pagar impuestos y exigieron a Luis XVI que convocase los Estados Generales (único organismo que podía aprobar una reforma fiscal), abiertos en Versalles en 1789, presididos por el rey y representados por los nobles, el clero y el Tercer Estado. Este último exigió una doble representación, la deliberación conjunta y el voto por persona. La cuestión importante era que estaba en juego la idea de soberanía nacional (admitir que el conjunto de los diputados de los Estados Generales representara a la nación). El monarca y parte de la nobleza solo aceptaron la doble representación, y los diputados del Tercer Estado se erigieron en Asamblea Nacional y se comprometieron a elaborar una constitución.
El Fin del Antiguo Régimen:
El 14 de julio, los representantes del Tercer Estado asaltaron la fortaleza de la Bastilla, tomaron armas y defendieron por la fuerza el proceso revolucionario. La revolución se extendió en forma de revuelta antiseñorial y, ante la radicalización popular, la Asamblea Nacional decretó la abolición de los privilegios feudales y promulgó la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano.
2. Etapas de la Revolución Francesa
– Monarquía Constitucional (1789-1792)
El rey y la nobleza aceptaron la nueva situación, y la Asamblea Nacional inició un proceso reformista para convertir Francia en una monarquía constitucional y parlamentaria. En 1791 se promulgó una constitución que estableció la separación de poderes, la soberanía nacional y la igualdad social entre los ciudadanos, pero el rey tenía derecho de veto, y se estableció un sufragio indirecto y censitario. Tras la aprobación constitucional, se formó una Asamblea Legislativa. Finalmente, el Estado aseguró el mantenimiento del culto, y una Constitución Civil del Clero separó la Iglesia y el Estado.
Las diferentes opciones políticas fueron los absolutistas (realistas: nobleza y clero) y los patriotas (monárquicos constitucionalistas y republicanos: moderados y radicales).
La Asamblea Legislativa declaró la guerra a Austria. Los austriacos invadieron Francia y llegaron a las puertas de París, encarcelaron al monarca y proclamaron la República.
– República Democrática (1792-1794)
La República quedó en manos de los girondinos, que convocaron elecciones por sufragio universal masculino para la nueva Convención Nacional. Esta llevó a cabo un juicio contra el rey Luis XVI y su esposa María Antonieta, quienes fueron ejecutados. Esto provocó la alianza de las monarquías europeas, que formaron una coalición contra la Francia revolucionaria. En el interior del país estallaron algunas revueltas contrarrevolucionarias, mientras que en el exterior los ejércitos invadían Francia.
En 1793, los jacobinos se hicieron con el poder. El ejecutivo quedó en manos del Comité de Salvación Pública, que concentró todo el poder en Robespierre. Para hacer frente a la amenaza exterior, decretaron la leva en masa y se impuso la política del Terror.
La radicalización de la revolución, el Terror y el gobierno dictatorial provocaron la oposición de gran parte de la población. Así, Robespierre y otros dirigentes jacobinos fueron derrotados y ejecutados.
– La República Burguesa (1794-1799)
La burguesía conservadora volvió a tomar el control de la Revolución. Se elaboró una nueva constitución que otorgaba el poder ejecutivo al Directorio, restableció el sufragio censitario y confiaba el poder legislativo al Consejo de los Quinientos y al Consejo de los Ancianos. El liberalismo de esta nueva república se situaba entre el absolutismo y la democracia social de los jacobinos. En 1799, Napoleón Bonaparte protagonizó un golpe de Estado que puso fin al Directorio e inauguró el Consulado.
4. El Imperio Napoleónico
Napoleón fue nombrado cónsul y su política de gobierno se encaminó a consolidar los logros de la Revolución Francesa. Permitió el regreso de los exiliados que aceptaran el nuevo orden y firmó un Concordato con la Iglesia para restablecer la paz religiosa. Se promulgó un Código Civil que racionalizaba y unificaba todas las leyes anteriores, y se reformó la Hacienda y el sistema de enseñanza. En 1804, se hizo coronar emperador.
Las tropas de Napoleón consiguieron conquistar gran parte de Europa. Su imperio se extendía desde Alemania hasta España, excepto Gran Bretaña. En estos países se impusieron las ideas revolucionarias y también se proclamó la libertad económica, el derecho a la propiedad y la libertad religiosa.
Los ejércitos napoleónicos actuaron como conquistadores, lo que desencadenó fuertes sentimientos nacionales contra la Francia invasora. Así, los ideales de libertad se convirtieron en el sustento ideológico con el que los patriotas de numerosos países se opusieron a la presencia francesa. En 1814, tras ser vencido en Rusia y España, Napoleón abandonó el poder. A pesar de un efímero retorno en 1815, fue derrotado en Waterloo y desterrado a la isla de Santa Elena, donde murió en 1821.