La dictadura de Primo de Rivera
El régimen de la Restauración es incapaz de adaptarse al Siglo XX teniendo lugar gobiernos inestables y el impulso regenerador del sistema político vigente por figuras como Silvela, Antonio Maura y José Canalejas, fracasa, integrándose así partidos republicanos y movimientos obreros (CNT, PSOE Y UGT).
La neutralidad de España en la Primera Guerra Mundial proporciónó un gran crecimiento económico gracias a sus exportaciones. Sin embargo, esto también trajo una súbita e interna subida de precios. La guerra acabó con la pujanza económica y los nacionalismos peninsulares gracias al Tratado de Versalles.
En este período, graves crisis como la Semana Trágica de Barcelona en 1909, la crisis de 1917, la guerra de Marruecos, el desastre de Annual en 1921 y la redacción del Expediente Picasso, pondrán de manifiesto la incapacidad de la monarquía para afrontar los nuevos problemas de España.
Así, el 13 de Septiembre de 1923 varios sectores del ejército realizaron un Golpe de Estado liderado por Miguel Primo de Rivera quien publicó un manifiesto para constituir un Directorio militar. Fue apoyado inmediatamente por el rey Alfonso XIII, que le confió formar Gobierno.Sin embargo, convirtió a España en una dictadura sin apenas resistencia, aceptada incluso por el socialismo pues los objetivos reflejados en su manifiesto eran acabar en poco tiempo con “la vieja política” de España, a la que culpaba de los males del país.
Las principales medidas fueron: la declaración del Estado de Guerra; la suspensión de las garantías e instituciones constitucionales, a excepción de la Corona; la militarización de la administración; la prohibición de las actividades de los partidos políticos y sindicatos. En cuanto a problemas internos, persiguió a comunistas y anarquistas despareciendo así los atentados y la violencia. En referencia a la guerra de Marruecos, la decisión de Abd-el-Krim de atacar el Protectorado francés en Marruecos supuso la acción militar conjunta de España y Francia venciendo tras el desembarco en la bahía de Alhucemas en 1925. Abd- el-Krim se rindió, finalizando así la guerra el 10 de Julio de 1927.
A todo esto se sumaron una economía de expansión, el apoyo de la UGT y la creación de la Uníón Patriótica, para aglutinar las adhesiones del régimen. Sin embargo, viejos políticos liberales, anarquistas, nacionalistas e intelectuales como Miguel de Unamuno se opusieron.
Con el objetivo de institucionalizar la dictadura, el 3 de Diciembre de 1925, Miguel Primo de Rivera sustituyó el Directorio militar por otro civil, con figuras como Calvo Sotelo, el conde de Guadalhorce o Eduardo Aunos.
En el ámbito político, la Uníón Patriótica respaldó la creación de una Asamblea Nacional Consultiva, que con variedad de ideologías, preparó en 1929 un proyecto de Constitución sin éxito.
En lo social, para regular el trabajo se puso en marcha la Organización Corporativa Nacional, creando comités, con el apoyo de la UGT, que estaban formados por el mismo número de obreros de que patronos. Además, se permitíó la construcción de barriadas populares, los seguros sociales y los derechos de jubilación.
En el ámbito económico, se mejoró la construcción de ferrocarriles, carreteras, centrales hidroeléctricas, etc. Además, se concedieron monopolios como CAMPSA, Telefónica o Iberia, nacionalizando sectores y aprobándose un Decreto de Protección de la Industrial Nacional.
Todo esto favorecíó el crecimiento económico, pero la oposición a Primo de Rivera aumentó. Estaba integrada por políticos y militares liberales que protagonizaron el 24 de Junio de 1926 el Golpe de Estado fallido llamado la sanjuanada
;por el arma de Artillería y por intelectuales y republicanos, agrupados en la Alianza Republicana. Además, la CNT se opuso y los anarquistas más extremistas fundaron en 1927 la Federación Anarquista Ibérica (FAI). El PSOE cambió su postura colaboracionista por otra de oposición.
La actuación estatal fue muy favorable hasta que el crack de la Bolsa de Nueva York en Octubre de 1929 cortó los créditos norteamericanos provocando un endeudamiento español. Por esto, Calvo Sotelo dimitíó a la vez que la oposición política aumentaba. Alfonso XIII, temeroso de que la monarquía se viera afectada, y los mandos mitares, retiraron su confianza al dictador, que dimitío el 30 de Enero de 1930.
Le sustituyó el General Berenguer, con el objetivo de recuperar el sistema constitucional. Este suprimíó la censura, permitíó el regreso de opositores exiliados y las actividades de los partidos. Pero su gobierno, conocido popularmente como la dictablanda se vió afectado por la crisis económica, por las agitaciones sociales y por la oposición. Esta integrada por monárquicos, republicanos, regionalistas catalanes y gallegos, firmó el 17 de Agosto de 1930 el Pacto de San Sebastián con el objetivo de constituir un comité ejecutivo republicano, que presidiría Niceto Alcalá Zamora, y que reconocería la autonomía catalana.
El 12 de Diciembre de 1930, los capitanes Galán y García Hernández protagonizaron en Jaca un intento de insurreción, que al ser descubierto, sus líderes fueron condenados y fusilados, y los miembros del comité por ello, encarcelados.
El rechazo de los partidos políticos a la convocatoria de elecciones legislativas anunciada por Berenguer en Enero de 1931, le llevó a su dimisión el 14 de Febrero.
Ese mismo año, Berenguer fue sustituido por el almirante Aznar, que asumíó el compromiso de convocar elecciones municipales y provinciales. En las municipales, convocadas el 12 de Abril, se enfrentaban monárquicos y republicanos-socialistas. La victoria electoral de los socialistas y republicanos hizo que el monarca abandonara el país, en un intento de evitar una lucha civil, momentáneamente evitada con la proclamación de la II República, el 14 de Abril de 1931.