Durante el reinado de Isabel II se inició en España la contracción del estado liberal.
Donde el punto de vista económico los liberales redefinieron de nuevo el derecho a la propiedad, ya que el régimen liberal no se entiende sin el concepto de propiedad privada, debido a que está considerada sagrada e inviolable, relacionaba la titularidad individual con la capacidad de disponer libre e ilimitadamente dicha propiedad. Como principio de la doctrina liberal, el individuo tiene derecho a la felicidad, que residía en los bienes materiales, y del cual deducen dos derechos fundamentales: el derecho a la libertad y el derecho a la propiedad. Debido a que todos los hombres tienen derecho, a la libertad y a la propiedad, deberían de contar todos con las mismas oportunidades de adquirirlo, ya que todos buscan la felicidad. Para ello, el estado fomenta la igualdad de oportunidades, garantiza la propiedad privada, proporciona las libertades necesarias para llegar a la felicidad y no interviene en la economía. La desamortización es el proceso de conversión de una propiedad colectiva y amortizada del Antiguo Régimen en una propiedad individual. Con este proceso salen al mercado, en subastas públicas, los bienes que el Antiguo Régimen había dejado fuera de él. La desvinculación supone el paso de la propiedad colectiva a la propiedad individual, sin cambio de propietario.
Pero esto solo se le aplica a los bienes de la nobleza, lo que supuso una doble decisión;
la abolición de los señoríos, con lo cual se acaban con los privilegios, y la supresión de los Mayorazgos.
La nobleza al no perder sus bines termina apoyando el proceso liberal. La desamortización es la incautación por parte del estado de los bienes de manos muertas y de propios, y se convertían en bienes nacionales y se ponían en venta (en subastas), debido a esto la Iglesia se pondrá en contra del estado liberal. Este proceso comienza en el S XVIII con la desamortización de los bienes de los Jesuitas, continua con la desamortización de los bienes de las instituciones benéficas, por parte de Godoy. La desvinculación de los bienes de la nobleza, que acaba con los Señoríos y el Mayorazgo, la desamortización de las obras pías de la iglesia y las órdenes militares, por parte de las Cortes de Cádiz, y la desamortización durante el Trienio Liberal (los cuales retornan la legislación gaditana) y las desamortizaciones de Mendizábal y Madoz durante el reinado de Isabel II. En 1836, con la Sargentada de la Granja, suben al poder los progresistas, que tienen dos objetivos. El primero, poner en vigor la Constitución de 1812, la cual queda obsoleta y se convoca las Cortes constituyentes para elaborar la nueva Constitución de 1837.
En segundo lugar, ponen en marcha el proceso. El estado liberal, se encuentra con una Guerra Civil, y, además, una enorme deuda pública, lo que los lleva a dicha desamortización de los bienes eclesiásticos. Se publicaron dos decretos. En 1836 se lleva a cabo la desamortización de los bienes del clero regular y en 1837, la desamortización de los bienes del clero secular.
Ambos fueron vendidos en subastas públicas, con el objetivo de atraer a las filas del liberalismo, a la burguésía con dinero, también suavizar las deudas públicas de España, y cambiar la estructura de la propiedad, libre e individual, con lo que el estado se compromete a mantener a la Iglesia Católica, que consta en la Constitución de 1837. En 1844 los Moderados paralizan el proceso desamortizador e intentan restaurar las relaciones con la Iglesia, con la declaración del estado confesional católico en la Constitución de 1845 y la firma del Concordato en 1851. Tras el levantamiento de Serrano y O´Donnell, La Vicalvarada, vuelven al poder los progresistas, liderados por Espartero. Elaboran la Constitución de 1856 y retomar el proceso desamortizador, llevando a cabo la desamortización de Madoz en 1855. Es una desamortización General, de los bienes de la iglesia que quedaban por desamortizar, y los bienes de los ayuntamientos, comunes y de propios. Son vendidos en subastas púbicas, y sus compradores pertenecían a la burguésía con dinero, pero va a haber más medianos propietarios que pueden adquirir estas tierras. El dinero se dedicó a la financiación del ferrocarril, al mismo tiempo fue aprobada la Ley de Ferrocarriles, debido a la entrada de capital extranjero. Estas desamortizaciones no fue una reforma agraria, por lo que se apartó del proyecto liberal a la mayoría del campesinado. En cambio, sí hubo cambios agrarios. En la socia del rural, aparece una burguésía terrateniente y el proletariado agrícola, jornaleros que viven en la miseria. Hay un aumento de la producción agrícola, lo cual se debe a que no mejoran las técnicas, que continúan con las técnicas arcaicas, sino fue un aumento de tierras de cultivos.
No hay diversificación de cultivo, sigue la triada mediterránea, donde el trigo, que se ve beneficiado de las medidas proteccionistas, duplicó su producción, al igual que el olivo y la vid, y esta última, al verse las vides francesas afectadas por la filoxera, aumentan sus beneficios. Los cambios más significativos fueron la introducción del regadío en Valencia y Cataluña. La estructura de las propiedades no cambia, se mantienen en el centro y sur los latifundios, mientras que en el norte y noroeste predominaron los minifundios. Otros factores que afectaron al campo español fueron, la supresión del diezmo, la supresión de la Mesta, las mejoras en las comunicaciones y transporte, el continuo aumento de la población a partir del S XVIII y, por último, las medidas proteccionistas del trigo que favorecen su producción. Muchos ayuntamientos cayeron en la ruina, haciendo que empeorase las condiciones de vida del pequeño campesinado. Además, el impacto de la desamortización supuso un retraso en la revolución industrial, debido a que los capitales se dedicaron a la compra de tierras, y el expolio de una gran parte del patrimonio artístico y cultural español fue muy importante. El enfrentamiento del estado liberal supone el paso de una sociedad estamental a una sociedad de clases sociales.
La burguésía tiende al ennoblecimiento, y aparece la «Nobleza ROMántica´´, la cual compra tierras y títulos nobiliarios.
La nobleza, esta mantiene su capacidad económica, ya que sus bienes se desvinculan, pero no se desamortizan. Además, su la mentalidad dominante de la época. Garantizan la existencia del orden.
El proletariado industrial, es escaso, mientras que el agrario era el mayoritario, pero ambos viven en la miseria. El proceso desamortizador dejó en evidencia la alianza entre burguésía, nobleza, ejército e Iglesia, frente al proletariado, y esto va a traer como consecuencia importantes conflictos sociales en las siguientes épocas.
Donde el punto de vista económico los liberales redefinieron de nuevo el derecho a la propiedad, ya que el régimen liberal no se entiende sin el concepto de propiedad privada, debido a que está considerada sagrada e inviolable, relacionaba la titularidad individual con la capacidad de disponer libre e ilimitadamente dicha propiedad. Como principio de la doctrina liberal, el individuo tiene derecho a la felicidad, que residía en los bienes materiales, y del cual deducen dos derechos fundamentales: el derecho a la libertad y el derecho a la propiedad. Debido a que todos los hombres tienen derecho, a la libertad y a la propiedad, deberían de contar todos con las mismas oportunidades de adquirirlo, ya que todos buscan la felicidad. Para ello, el estado fomenta la igualdad de oportunidades, garantiza la propiedad privada, proporciona las libertades necesarias para llegar a la felicidad y no interviene en la economía. La desamortización es el proceso de conversión de una propiedad colectiva y amortizada del Antiguo Régimen en una propiedad individual. Con este proceso salen al mercado, en subastas públicas, los bienes que el Antiguo Régimen había dejado fuera de él. La desvinculación supone el paso de la propiedad colectiva a la propiedad individual, sin cambio de propietario.
Pero esto solo se le aplica a los bienes de la nobleza, lo que supuso una doble decisión;
la abolición de los señoríos, con lo cual se acaban con los privilegios, y la supresión de los Mayorazgos.
La nobleza al no perder sus bines termina apoyando el proceso liberal. La desamortización es la incautación por parte del estado de los bienes de manos muertas y de propios, y se convertían en bienes nacionales y se ponían en venta (en subastas), debido a esto la Iglesia se pondrá en contra del estado liberal. Este proceso comienza en el S XVIII con la desamortización de los bienes de los Jesuitas, continua con la desamortización de los bienes de las instituciones benéficas, por parte de Godoy. La desvinculación de los bienes de la nobleza, que acaba con los Señoríos y el Mayorazgo, la desamortización de las obras pías de la iglesia y las órdenes militares, por parte de las Cortes de Cádiz, y la desamortización durante el Trienio Liberal (los cuales retornan la legislación gaditana) y las desamortizaciones de Mendizábal y Madoz durante el reinado de Isabel II. En 1836, con la Sargentada de la Granja, suben al poder los progresistas, que tienen dos objetivos. El primero, poner en vigor la Constitución de 1812, la cual queda obsoleta y se convoca las Cortes constituyentes para elaborar la nueva Constitución de 1837.
En segundo lugar, ponen en marcha el proceso. El estado liberal, se encuentra con una Guerra Civil, y, además, una enorme deuda pública, lo que los lleva a dicha desamortización de los bienes eclesiásticos. Se publicaron dos decretos. En 1836 se lleva a cabo la desamortización de los bienes del clero regular y en 1837, la desamortización de los bienes del clero secular.
Ambos fueron vendidos en subastas públicas, con el objetivo de atraer a las filas del liberalismo, a la burguésía con dinero, también suavizar las deudas públicas de España, y cambiar la estructura de la propiedad, libre e individual, con lo que el estado se compromete a mantener a la Iglesia Católica, que consta en la Constitución de 1837. En 1844 los Moderados paralizan el proceso desamortizador e intentan restaurar las relaciones con la Iglesia, con la declaración del estado confesional católico en la Constitución de 1845 y la firma del Concordato en 1851. Tras el levantamiento de Serrano y O´Donnell, La Vicalvarada, vuelven al poder los progresistas, liderados por Espartero. Elaboran la Constitución de 1856 y retomar el proceso desamortizador, llevando a cabo la desamortización de Madoz en 1855. Es una desamortización General, de los bienes de la iglesia que quedaban por desamortizar, y los bienes de los ayuntamientos, comunes y de propios. Son vendidos en subastas púbicas, y sus compradores pertenecían a la burguésía con dinero, pero va a haber más medianos propietarios que pueden adquirir estas tierras. El dinero se dedicó a la financiación del ferrocarril, al mismo tiempo fue aprobada la Ley de Ferrocarriles, debido a la entrada de capital extranjero. Estas desamortizaciones no fue una reforma agraria, por lo que se apartó del proyecto liberal a la mayoría del campesinado. En cambio, sí hubo cambios agrarios. En la socia del rural, aparece una burguésía terrateniente y el proletariado agrícola, jornaleros que viven en la miseria. Hay un aumento de la producción agrícola, lo cual se debe a que no mejoran las técnicas, que continúan con las técnicas arcaicas, sino fue un aumento de tierras de cultivos.
No hay diversificación de cultivo, sigue la triada mediterránea, donde el trigo, que se ve beneficiado de las medidas proteccionistas, duplicó su producción, al igual que el olivo y la vid, y esta última, al verse las vides francesas afectadas por la filoxera, aumentan sus beneficios. Los cambios más significativos fueron la introducción del regadío en Valencia y Cataluña. La estructura de las propiedades no cambia, se mantienen en el centro y sur los latifundios, mientras que en el norte y noroeste predominaron los minifundios. Otros factores que afectaron al campo español fueron, la supresión del diezmo, la supresión de la Mesta, las mejoras en las comunicaciones y transporte, el continuo aumento de la población a partir del S XVIII y, por último, las medidas proteccionistas del trigo que favorecen su producción. Muchos ayuntamientos cayeron en la ruina, haciendo que empeorase las condiciones de vida del pequeño campesinado. Además, el impacto de la desamortización supuso un retraso en la revolución industrial, debido a que los capitales se dedicaron a la compra de tierras, y el expolio de una gran parte del patrimonio artístico y cultural español fue muy importante. El enfrentamiento del estado liberal supone el paso de una sociedad estamental a una sociedad de clases sociales.
La burguésía tiende al ennoblecimiento, y aparece la «Nobleza ROMántica´´, la cual compra tierras y títulos nobiliarios.
La nobleza, esta mantiene su capacidad económica, ya que sus bienes se desvinculan, pero no se desamortizan. Además, su la mentalidad dominante de la época. Garantizan la existencia del orden.
El proletariado industrial, es escaso, mientras que el agrario era el mayoritario, pero ambos viven en la miseria. El proceso desamortizador dejó en evidencia la alianza entre burguésía, nobleza, ejército e Iglesia, frente al proletariado, y esto va a traer como consecuencia importantes conflictos sociales en las siguientes épocas.