Transformación Económica en la España del Siglo XIX
La economía de algunos países de Europa se transformó profundamente en el siglo XIX. Por un lado, la industria desplazó a la agricultura como principal actividad económica. Por otro lado, la mecanización y el uso de energía inanimada cambió radicalmente las formas de producción mientras se consolidaba la propiedad privada. Todo ello transformó la estructura económica y social.
España conoció importantes transformaciones en su economía, pero no se industrializó plenamente.
Sectores Industriales y Desarrollo Económico
La Siderurgia
La siderurgia fue el sector que, en la segunda mitad del siglo XIX, acompañó al textil en el desarrollo de la industria moderna. Estuvo muy ligado a la minería del hierro y del carbón.
Inicios en Andalucía
Los primeros intentos de desarrollar la siderurgia moderna fueron en 1826, en Andalucía. De este modo, la producción andaluza fue hegemónica en la península durante un tiempo. Sin embargo, sus elevados costes de producción hicieron insoportable la competencia de zonas que podían abastecerse de mineral más fácilmente, y la siderurgia malagueña entró en decadencia a mediados del siglo XIX.
Asturias y Vizcaya
La siderurgia de Asturias mantuvo su primacía hasta las últimas décadas del siglo XIX. Vizcaya también poseía minas de hierro y tradición de ferrerías, pero fue a partir de 1876, con la llegada del carbón de coque galés, cuando la industria siderúrgica vasca se consolidó. El negocio Cardiff-Bilbao tuvo un papel de primer orden en la industrialización del País Vasco.
En las dos últimas décadas del siglo se constituyeron las grandes empresas siderúrgicas vascas:
- En 1880, la empresa Vizcaya construyó varios altos hornos.
- En 1882, se creó la sociedad anónima Altos Hornos y Fábrica de Hierro y Acero de Bilbao.
- En 1885, Altos Hornos de Vizcaya instaló el primer convertidor Bessemer de España.
La Minería
Entre 1874 y 1914, tuvo lugar la gran explotación de los yacimientos mineros del subsuelo español. El aumento de la demanda de carbón fue impulsado por la máquina de vapor y el desarrollo de la siderurgia. Aunque los yacimientos hulleros españoles estaban distribuidos por diversas zonas, fue en Asturias donde la minería del carbón alcanzó mayor desarrollo.
La minería del hierro fue un sector que tuvo importante expansión, sobre todo a partir de la difusión del convertidor Bessemer. El auge de las exportaciones convirtió a España en el principal abastecedor de mineral de hierro de Europa.
La Ley de Minas de 1868 supuso el fin de una dura reglamentación del sector y se inició la explotación masiva de los yacimientos españoles. Entre 1870 y 1913, la explotación de los yacimientos mineros españoles creció enormemente. Fueron importantes también los yacimientos de:
- Plomo en el sur peninsular.
- Cobre en Riotinto (Huelva).
- Mercurio en Almadén (Ciudad Real).
- Zinc en Reocín (Cantabria).
El Ferrocarril
El tendido de la red ferroviaria en España se inició con la aprobación de la Ley General de Ferrocarriles en 1855. Las primeras líneas ferroviarias fueron Barcelona-Mataró (1848) y Madrid-Aranjuez (1851).
Fases de Construcción
La primera gran expansión del trazado se realizó entre 1855 y 1866 y supuso una movilización de capitales muy alta en el siglo XIX. Entre estas fechas, se tendieron 5.108 km de vía y se trazaron líneas importantes como Madrid-Alicante, Sevilla-Cádiz y Barcelona-Zaragoza.
La crisis financiera de 1866 supuso un periodo de paralización de la construcción ante la evidencia de la escasa rentabilidad que tenían las inversiones ferroviarias.
Una nueva etapa constructiva se inició a partir de 1873, completándose el trazado de la red que había quedado paralizado. Sin embargo, solo permanecían las grandes compañías como Norte y MZA (Madrid a Zaragoza y Alicante).
Características de la Red
La red se caracterizaba por:
- Su estructura radial, con centro en Madrid.
- Un ancho entre carriles mayor que el de la mayoría de líneas europeas, lo que obstaculizó los intercambios con el resto de Europa.
La Industria Textil Catalana
En Cataluña, desde 1770, se inició la manufactura textil con las fábricas de indianas (tejidos de algodón estampados). En 1808, la Guerra de la Independencia detuvo su expansión. Después, y a pesar de la interrupción del comercio colonial, el aumento de la producción continuó, ya que su principal mercado era el interior de España.
Mecanización
Las leyes liberalizadoras de la producción y el mercado de los gobiernos liberales progresistas y, sobre todo, la supresión de los gremios, permitieron una rápida mecanización de la industria en Cataluña, que ya contaba con empresarios y capitales a mitad del siglo XIX.
La mecanización se inició desde 1830 con las primeras máquinas de vapor, siendo más rápida en la hilatura que en los tejidos. Esto se vio favorecido por la escasez relativa de mano de obra (debido a la menor generación nacida durante la Guerra de la Independencia), lo que hizo subir los salarios justo cuando había abundancia de capitales por su repatriación desde las colonias independizadas. (Resultaba más rentable invertir en una máquina que pagar varios sueldos).
La mecanización supuso una disminución de los costes y de los precios de venta, que estimularon una mayor demanda. Esta demanda fue aumentada por la protección arancelaria y la sustitución de las prendas de lana por las de algodón, más higiénicas y de más fácil mecanización (y por tanto, más baratas). El aumento de la demanda llevó al incremento de la producción.
Limitaciones
La industria textil tuvo dos limitaciones principales:
- La escasez de carbón y las dificultades de transporte de la hulla asturiana. Esto estimuló la proliferación de colonias industriales en las márgenes de los ríos para aprovechar la energía hidráulica.
- La debilidad del mercado español, compuesto mayoritariamente por un campesinado pobre. Por ello, las industrias textiles, conocidas como «vapores», exigieron siempre a los gobiernos medidas proteccionistas frente a la competencia de los tejidos extranjeros.
Interrupciones y Expansión Posterior
Este crecimiento textil mecanizado se interrumpió durante la Guerra de Secesión de EEUU (1861-1865) debido al «hambre del algodón», ya que apenas llegaba materia prima.
No obstante, desde 1874 hubo una mayor expansión gracias a la mecanización del tejido, la renovación industrial y la creación de más colonias industriales.
Balance Final
A pesar de estos avances, todas las cantidades eran muy pequeñas comparadas con otros países europeos. Por eso se dice que se industrializó Cataluña, PERO NO PUDO ARRASTRAR AL RESTO DE LA INDUSTRIA ESPAÑOLA.