7. 3 El modelo político de los Austrias. La unión de los reinos
Durante el reinado de los Reyes Católicos vimos como se evolucionaba desde un Estado feudal a un Estado dominado por una monarquía autoritaria. Bajo el reinado de la dinastía de los Austrias Castilla evolucionará desde una monarquía autoritaria a una absolutista. Aragón, por su parte, conservará un sistema institucional basado en la teoría pactista.
En conjunto, puede definirse el modelo político de los Austrias como una monarquía multinacional y descentralizada bajo la primacía de la Corona de Castilla.
El sistema de gobierno era polisinodial, es decir, organizado a través de sínodos o consejos.
Los Consejos eran de dos tipos:
1) Territoriales:
uno por cada uno de los reinos de la monarquía (Castilla, Aragón, Indias, Italia, Flandes y Portugal). Y 2) los Consejos temáticos, encargados de áreas de gobierno determinadas (Consejo de Hacienda, de las Órdenes Militares, de Cruzada, de la Inquisición). Los Consejos estaban coordinados por el Consejo de Estado, único órgano común a todos los territorios de la monarquía, encargado también de temas de política exterior. Paralelamente, aparecen los secretarios de Estado, vínculo entre la Corona y el Consejo, que verán con el paso de los años acrecentado su poder.
Por otro lado, y también en el ámbito de la administración central, se produjo una reorganización de los impuestos que permitió la independencia económica de la Corona con respecto a las Cortes y la creación de un ejército permanente y profesional, que acabó formando los famosos Tercios, gracias al aumento de ingresos de la Hacienda Real.
En cuanto a la administración territorial, cada territorio mantenía sus propias instituciones y sus asuntos se trataban en su correspondiente Consejo. De esta forma, solo el rey tenía una visión y un conocimiento global de los asuntos del Estado.
Entre las instituciones territoriales estaban los virreyes, las Cortes, y las Audiencias, con las mismas funciones que en el pasado.
En el ámbito local, los municipios siguieron controlados por las oligarquías locales y los corregidores, nombrados por el rey. Este proceso de oligarquización se acentuó con la venta de cargos municipales con carácter vitalicio e incluso hereditario realizada por Carlos I y Felipe II para recaudar nuevos ingresos y con la venta de privilegios de villazgo, comprados por los habitantes de un lugar o aldea para convertirse en villa independiente y con gobierno propio y librarse de la opresión del municipio al que habían pertenecido hasta entonces.
7.4 Economía y sociedad en la España del siglo XVI
Durante el siglo XVI se produjo una enorme demanda de productos para las nuevas tierras americanas, un gran crecimiento del comercio y una masiva llegada de oro y plata de las minas americanas.
La entrada de enormes cantidades de metal precioso provocó un efecto de subida de los precios (revolución de los precios) disminuyendo el poder adquisitivo de las clases populares y redujo su nivel de vida.
La demanda de productos agrícolas no pudo ser cubierta con la producción de los reinos hispánicos por lo que hubo que recurrir a producciones externas. Algunos campesinos se endeudaron al adquirir nuevas tierras para el cultivo. Pero la mayor parte de la tierra estaba en manos de la nobleza y la Iglesia, dedicadas en gran parte a la ganadería.
La industria artesanal, especialmente la textil, también vio aumentar la demanda de productos, pero la política de la monarquía favoreció la exportación de lana debido a los impuestos que recibía de tales transacciones. La industria local fue debilitándose al no poder competir con los productos extranjeros.
El comercio fue el sector que experimentó un mayor desarrollo. Comerciantes españoles y extranjeros (franceses, alemanes, etc.) se encargaban de traer productos de toda Europa y distribuir los que llegaban de América. Este crecimeinto comercial se centró en las ciudades castellanas y en los puertos del Atlántico, especialmente Sevilla.
En la sociedad del siglo XVI el prestigio social recaía en la nobleza. Existía una élite con importantes títulos nobiliarios, especialmente en Castilla, que acaparaban grandes patrimonios. Junto al clero, la nobleza acumulaba un altísimo porcentaje de las rentas y riquezas del reino y estaban exentos de impuestos. Durante esta época se hizo muy común la compra de títulos y el acceso a la nobleza por servicios prestados a la Monarquía en la admnistración o el ejército (nobleza de toga y de espada).
En contraposición el 80% de la población no gozaba de privilegios como la nobleza o el clero, por lo que estaban obligados a trabajar y pagar impuestos. Mayoritariamente eran campesinos que vivían en condiciones muy precarias y cuya existencia dependía de las buenas cosechas.
Por último, cabe destacar la existencia de un grupo diferenciado por razones religiosas y étnicas que eran los moriscos y los judíos conversos. Su origen fue siempre causa de marginación o persecución y muchos de ellos intentaban ocultarlo ante el temor a represalias.
7. 5 Cultura y mentalidades. La Inquisición
El reinado de los Reyes Católicos coincidió con la introducción en España de las ideas reinantes en Europa, el Humanismo y el Renacimiento artístico. Sin embargo, fue durante el reinado de Carlos I cuando las ideas humanistas de Erasmo de Rotterdam alcanzaron su máximo esplendor. Las nuevas ideas humanistas, las reflexiones sobre la posición del ser humano en el mundo, el interés por la recuperación de la cultura clásica, los estudios filológicos y artísticos tuvieron eco en los reinos peninsulares, a través de grandes humanistas como el Cardenal Cisneros, el gramático Antonio de Nebrija o el pensador Luis Vives.
La Universidad de Alcalá de Henares jugó un papel importante en la difusión del erasmismo en España. Asimismo, la llegada de la imprenta a finales del siglo XV, permitió la impresión de obras humanistas y éxitos literarios como «La Celestina» de Fernando de Rojas, que retrataba la sociedad de la época con realismo e ironía.
Artísticamente, el reinado de los RRCC se caracterizó por el mantenimiento de la tradición gótica y la lenta penetración del arte renacentista. El estilo renacentista, ya está consolidado en Italia cuando llega a España a través de los viajes de los artistas hispanos e italiano . Los focos más importantes en los que se desarrollará dicho estilo son Salamanca, Granada, Toledo, Valencia y El Escorial.
Por último, y dentro del panorama cultural reinante en Europa durante el reinado de Carlos I y Felipe II, la Contrareforma jugó un importante papel . La lucha contra el protestantismo obligó a la Iglesia a diseñar una política de defensa y enaltecimeinto de la fe católica dentro de las fronteras europeas. Las monarquías católicas, como la de Felipe II, se convirtieron en sus máximas defensoras. En España, para evitar la propagación de las ideas luteranas y calvinistas, se dictaron leyes que prohibían la importación de libros o la salida de estudiantes al extranjero.
La Inquisición, tribunal eclesiástico creado para salvaguardar la fe católica y garantizar la unidad religiosa dentro del territorio de los Reyes Católicos, constituyó un poderoso instrumento para garantizar el cumplimiento de dicha doctrina católica. En España, la persecusión de judeo-conversos y moriscos fue constante así como la celebración de autos de fe con la idea de juzgar a los católicos sospechosos de cualquier desviación religiosa. También se impuso el concepto de «limpieza de sangre» que impedía el acceso a cargos públicos de todos aquellos que tuviesen antepasados judíos o musulmanes.