Eje cronológico de la dictadura de Primo de Rivera

Ricardo Macías Picavea

Ricardo Macías Picavea (Santoña, Cantabria, 17 de Junio de 1847Valladolid, 11 de Mayo de 1899), escritor, periodista y pensador español perteneciente al Regeneracionismo.

Bachiller en artes en 1863 en Valladolid, estudió Derecho y Filosofía y Letras en las Universidades de Valladolid y Madrid, si bien no llegó a concluirlos por un fundamental desacuerdo respecto a los sistemas de enseñanza. Profesor de Instituto en 1874, en las asignaturas de latín y geografía, se doctoró en 1876. Su vida trascurríó en Valladolid, donde desarrolló su labor como catedrático de instituto, intelectual y escritor. Fue discípulo de Julián Sanz del Río, a quien Macías conocíó en la Universidad de Madrid, sin ser estrictamente krausista, y de Nícolás Salmerón, de aquí su republicanismo progresista. Macías desarrolla y difunde su pensamiento en el ámbito local, provincial y regional, desde su centro vallisoletano. Hacia 1876 se orienta hacia el Positivismo. Participó en la reforma administrativa del ejército, pero no en la revolución de 1868 contra Isabel II. Reformó junto al Marqués de Sandoval la instrucción pública, y también participó en la reforma educativa en 1884 con D. Alejandro de Groizard. En 1885 estuvo en el Consejo de Administración de la nueva Caja de Ahorros y Monte de Piedad.

Obra

Estuvo en el Ayuntamiento Republicano de Valladolid desde que fue elegido concejal en 1891 hasta que abandono voluntariamente en 1895 en reacción a lo que el llamo acomodamiento del republicanismo a la Restauración. Macías defendíó un modelo orgánico de sociedad que reafirmaba el papel fundamental de los cuerpos intermedios (familia, municipio, provincia, regíón y corporaciones) frente al individualismo russoniano. Quiso una reforma agraria y recomendó la desobediencia civil. También defendíó el Darwinismo contra los ataques de los neocatólicos.

El problema nacional. Hechos, causas, remedios (Madrid, 1899), se sitúa en la línea regeneracionista cuya máxima figura fue Joaquín Costa, realiza un abordaje crítico del caciquismo político imperante, y el desenmascaramiento de la ficticia democracia implantada por Cánovas. Pero también hace un análisis del sistema educativo. Es el diagnóstico de Costa en Oligarquía y caciquismo.

Alfonso XIII de Borbón

(Madrid, 17 de Mayo de 1886Roma, 28 de Febrero de 1941), fue rey de España desde su nacimiento hasta la proclamación de la II República el 14 de Abril de 1931. Asumíó el poder a los 16 años de edad, el 17 de Mayo de 1902.

Durante su reinado España sufríó cuatro problemas de suma importancia que darían al traste con la Monarquía liberal: la falta de una verdadera representatividad política de amplios grupos sociales; la pésima situación de las clases populares, en especial las campesinas; los problemas derivados de la Guerra del Rif; y el nacionalismo catalán, espoleado por la poderosa burguésía barcelonesa. Esta turbulencia política y social impidió que los partidos turnistas lograran implantar una verdadera democracia liberal, lo que condujo al establecimiento de la Dictadura de Primo de Rivera, aceptada por el monarca. Con el fracaso político de ésta, el monarca impulsó una vuelta a la normalidad democrática con intención de regenerar el régimen. No obstante, fue abandonado por toda la clase política, que se sintió traicionada por el apoyo del rey a la Dictadura de Primo de Rivera.

Abandonó España tras las elecciones municipales de Abril de 1931, que fueron tomadas como un plebiscito entre monarquía o república.

Vida y reinado

Hijo póstumo de Alfonso XII y María Cristina de Habsburgo. Su madre ejercíó la regencia durante su minoría de edad, entre 1885 y 1902.

España conocíó numerosas revueltas sociales en sus principales ciudades durante las dos primeras décadas del Siglo XX. Una de las más destacadas tuvo lugar en 1909 en Barcelona y se conocíó como la Semana Trágica. Uno de los factores que la desencadenaron fue el descontento de la población con la Guerra de Marruecos: en ese año se había recrudecido el conflicto marroquí, convirtiéndose en uno de los principales problemas nacionales.

Durante la I Guerra Mundial organizó, como monarca de un país neutral, una valiosa iniciativa. En 1921, a raíz de unas operaciones bélicas tácticamente desastrosas, se produjo el hundimiento de la comandancia militar de Melilla (el Desastre de Annual). El impacto que tuvo sobre la opinión pública generó un sentimiento muy crítico con la política mantenida hasta ese momento en Marruecos, y en general con todo el sistema político de la Restauración, ya tambaleante desde la huelga general de 1917. Se inició una investigación de lo sucedido (con el Expediente Picasso) en el que, al parecer, quedaban involucrados en graves responsabilidades cargos elevados de la administración, pero dicho informe nunca vio la luz.

En este contexto de crisis política y social, el capitán general de Cataluña Miguel Primo de Rivera dio un Golpe de Estado el 13 de Septiembre de 1923, que fue respaldado por Alfonso XIII al encargarle la formación de un gobierno. Primo de Rivera formó un gobierno al que denominó directorio, que estuvo compuesto en un primer momento exclusivamente por militares (Directorio Militar) y, posteriormente (1925), tuvo un carácter civil (Directorio Civil). Durante la Dictadura se puso fin a la Guerra de Marruecos con el Desembarco de Alhucemas en 1925, que permitíó la conquista española definitiva del Rif en 1927.

Alfonso XIII apartó a Miguel Primo de Rivera del gobierno el 29 de Enero de 1930, nombrando presidente del consejo de ministros al general Dámaso Berenguer con la intención de retornar al régimen constitucional.

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Este nuevo período se conocíó enseguida como «la Dictablanda», por contraste con la dictadura anterior.

Miguel Primo de Rivera

Miguel Primo de Rivera y Orbaneja (Jerez de la Frontera, 8 de Enero de 1870París, 16 de Marzo de 1930) fue un militar, político y dictador español. Fue segundo marqués de Estella, séptimo de Sobremonte y Grande de España.

Jefe del Directorio Militar

Con el visto bueno del rey Alfonso XIII, el apoyo de buena parte de la patronal, la Iglesia Católica, el ejército y de las fuerzas conservadoras en general, Primo de Rivera encabezó un Directorio Militar que concentró en él todos los poderes del Estado.

Primo de Rivera proclamó su inspiración en los ideales de los regeneracionistas de principios de siglo (como Joaquín Costa), a fin de restaurar el orden social y eliminar el Caciquismo.

Su dictadura, aunque formalmente inspirada en el modelo fascista de Mussolini, fue menos totalitaria y de carácter fundamentalmente conservador.

Durante la primera fase de la dictadura (el Directorio Militar, entre 1923 y 1925), persiguió a los anarquistas (cuyo sindicato CNT fue declarado ilegal) y a los comunistas (que se habían escindido del PSOE y adherido a la III Internacional), suprimíó la Mancomunidad de Cataluña (primer órgano administrativo que abarcó a toda Cataluña desde el Siglo XVIII), eliminó los partidos políticos, creó un partido único, la Uníón Patriótica (1924), reforzó el proteccionismo estatal en favor de la industria nacional, fomentó la construcción de grandes obras públicas y prohibíó el uso de las lenguas regionales en los actos públicos.

Tras su acceso al poder, abandonó sus anteriores posiciones abandonistas y de modo contrario, consolidó la presencia española en Marruecos mediante una victoria militar (el desembarco de Alhucemas) que puso fin a años de permanentes guerras y dificultades, como el «Desastre de Annual» de 1921, por el que se habían querido pedir responsabilidades a los militares y al propio rey, y que fue lo que, a la postre, provocó el Golpe de Estado de 1923.

El desembarco (1925), formó parte de una operación combinada con el ejército francés para acabar con la rebelión de las cábilas del Rif. Si bien contradecía las ideas anteriores del marqués, opuesto a la aventura africana, fue un éxito que animó a Primo de Rivera, a institucionalizar su dictadura de forma duradera.

El Directorio Civil

El Directorio Militar dio paso a un Directorio Civil (1925–1930) y se nombró una Asamblea Nacional (1927) que elaboró un anteproyecto de Constitución (1929). Aquel simulacro de Parlamento, sin embargo, sólo sirvió para desnudar las divisiones que había entre los seguidores de la dictadura: entre católicos conservadores y corporativistas autoritarios atraídos por el fascismo, entre militares y oportunistas.

Divididas las huestes primorriveristas y enrarecidas las relaciones del dictador con el rey, no fue posible afrontar el auge de la oposición, crecientemente unida y movilizada ante la amenaza de ver perpetuarse el régimen. Socialistas, republicanos e intelectuales de ideología de izquierdas se unieron en la campaña contra la dictadura, una vez dimitido el general (pacto de San Sebastián), que amenazaba con arrastrar también a la monarquía que la había tolerado; estudiantes y obreros se manifestaban en contra del régimen; los propios militares conspiraban contra Primo de Rivera (la conspiración fallida en su contra tuvo lugar en 1926 y fue conocida como la Sanjuanada).

Finalmente, desautorizado por el rey y los altos mandos militares, claudicante su salud corporal, Primo de Rivera presentó su dimisión el 28 de Enero en 1930 y se exilió en París, no sin antes recomendar a Alfonso XIII algunos nombres de militares que podrían sucederle (entre ellos el general de raíces catalanas Dámaso Berenguer, que asumíó la presidencia interinamente, la llamada «Dictablanda».)

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