El Antiguo Régimen
La España del siglo XVIII presentaba todas las características de una sociedad de Antiguo Régimen. Estaba dominada por la nobleza y la jerarquía eclesiástica, que poseían grandes extensiones de tierra y ocupaban los cargos políticos del Estado. En el otro extremo, los campesinos, el 80% de la población, vivían en condiciones muy precarias. Tras la guerra de sucesión la dinastía borbónica implantó la monarquía absoluta en España. España se dividía en provincias gobernadas por un capitán general que presidía la audiencia real. A lo largo del siglo XVIII se consolidaron los secretarios de despacho, cargos ocupados por gente de confianza para el rey (estado, asuntos exteriores, hacienda, …).
El Reformismo de Carlos III
El rey Carlos III (1759-1788), asesorado por algunos ilustrados como Jovellanos, Campomanes y Floridablanca, impulsó algunas medidas reformistas características del despotismo ilustrado. Para el crecimiento económico del país se llevaron a cabo una serie de decretos y reformas:
- Creación de las Reales Sociedades Económicas de Amigos del País para realizar reformas.
- Decreto de 1788 de libertad de comercio con América.
- Reparto de tierras comunales entre campesinos y jornaleros.
- Reducción del privilegio de los ganaderos de la Mesta.
- Construcción de canales de riego.
- Establecimiento e impuesto de las manufacturas reales.
- Creación del Banco de San Carlos.
- Limitación de los privilegios de la nobleza y el clero.
- Reforma de los estudios universitarios e impulso de la educación.
- Decreto de 1783 en el que se reconoce la dignidad de los oficios manuales.
Estas reformas no pretendían cambiar el sistema político, propietarios de tierra… lo que limitó las reformas, pero los privilegiados no iban a aceptar cambios que afectaran a sus intereses. Con la llegada de Carlos IV llega el poder conservador y se tomaron medidas para evitar ideas revolucionarias en España debido a la revolución francesa (1789).
La Etapa Napoleónica 1799-1815
Con el golpe de estado de Napoleón Bonaparte, Francia inició un nuevo régimen político, el Consulado, formado por tres miembros. Sin embargo, Napoleón concentró el poder en su persona, primero como cónsul vitalicio (1802) y luego proclamándose emperador de los franceses (1804). Con este régimen dictatorial, conocido como bonapartismo, Napoleón garantizaba la estabilidad a costa de limitar la libertad política y de expresión, con el control de los disidentes y una fuerte censura. Napoleón estableció una nueva sociedad, con la antigua aristocracia y la nueva burguesía enriquecida en lo alto. Los partidarios de la monarquía borbónica y los republicanos, sin embargo, quedaban marginados. Este régimen se institucionalizó mediante una importante labor legislativa:
- Reforma de la Administración. Francia quedó dividida en departamentos gobernados por un prefecto designado por Napoleón.
- Promulgación del código civil de 1804, que confirmaba el fin del Antiguo Régimen y consolidaba la igualdad de los franceses ante la ley.
- Firma de un concordato entre el Estado francés y la Iglesia. Esta aceptaba la pérdida de sus propiedades y el Estado se comprometía a mantenerla económicamente.
Además, Napoleón potenció la enseñanza pública y creó un numeroso cuerpo de funcionarios del Estado. Muchas de estas reformas seguían vigentes bien entrado el siglo XX.
La Derrota de Napoleón
En 1813, ante el fracaso de la campaña de Rusia y la derrota en España (invadida en 1808), varios estados europeos formaron una gran coalición antifrancesa que trastocó la situación. En marzo de 1814 París fue ocupada, y Napoleón, destituido, se retiró a la isla de Elba. Francia retornaba a las fronteras de 1792 y la dinastía borbónica era restablecida en el trono francés en la persona de Luis XVIII. En 1815, Napoleón retornó a París, pero fue derrotado definitivamente en la batalla de Waterloo y deportado a un territorio remoto, la isla de Santa Helena.
El Imperio Napoleónico
La Francia napoleónica se caracterizó por su expansión territorial y por el intento de implantar la hegemonía francesa en toda Europa, deponiendo monarcas e imponiendo a los elegidos entre su familia y sus generales. Napoleón derrotó a sus dos grandes adversarios continentales (las potencias absolutistas de Prusia y Austria), pero no consiguió someter Rusia ni al Reino Unido, país que se convirtió en la principal oposición a la expansión francesa y que mantenía la guerra con Francia desde 1793. Tras la derrota francoespañola en la batalla naval de Trafalgar (1805), Napoleón también fracasó en su intento de aislar económicamente a Gran Bretaña mediante el bloqueo continental, que prohibía la entrada de mercancías británicas en Europa. Así, en 1812, año en que invadió Rusia, Napoleón dominaba, directa o indirectamente, casi toda Europa. Sobre los territorios ocupados se estableció un sistema de explotación económica a través del pago de impuestos y la aportación de soldados al ejército francés. Además, la ocupación napoleónica comportaba el establecimiento de los principios de la Revolución en los territorios conquistados: abolición de los derechos feudales y aplicación del código civil. Todo ello creó un gran sentimiento de rechazo entre la población de los países dominados.
La Restauración
Época de la historia de Europa donde se intenta restaurar las monarquías absolutas tras la derrota de Napoleón. Apoyaban la restauración la nobleza y el clero y estaban en contra la burguesía y las clases populares. Se dio el legitimismo, con el que era restaurado el trono de los monarcas y el equilibrio europeo defendido por el gobierno británico, que consistía en el reordenamiento de las fronteras y el reparto de Europa para igualizar el poder entre las áreas. Además, las potencias absolutistas formaron la Santa Alianza, por la que se comprometían a intervenir militarmente donde surgiera algún movimiento revolucionario de carácter liberal. La Santa Alianza se puso en funcionamiento en 1820, año en que tuvieron lugar una serie de revoluciones en la Europa mediterránea (España, Portugal e Italia) que tenían como objetivo implantar regímenes liberales. Solo Grecia tuvo éxito y logró independizarse del Imperio turco en 1830.
El Liberalismo
Doctrina política que defendía la libertad y la igualdad, la soberanía nacional, una constitución que debía limitar el poder de los monarcas, la separación de poderes y el establecimiento de un parlamento con poder legislativo que había de representar al pueblo.
El Nacionalismo
Doctrina política que consistía en la defensa del derecho del pueblo o nación por tener unas características comunes, lengua, historia, tradiciones, religión en algunos casos, que quería regirse por una institución política propia. Lo que dio lugar a:
- Grandes estados que dominaban varias naciones.
- Naciones fragmentadas en varios estados.
El nacionalismo disgregaba o unificaba.
Decreto de Nueva Planta: imponen las leyes castellanas en Aragón.
Mamelucos: mercenarios egipcios al servicio del emperador
Afrancesado: dicho de una persona; que a lo largo del siglo XVIII adoptó los valores de la ilustración francesa; si te dicen afrancesado te están llamando colaboracionista Español en el régimen Bonapartista.
Guerra de Independencia
A comienzos del siglo xix España se encontraba en pleno Antiguo Régimen, con un sistema político absolutista y una sociedad dividida en estamentos. La economía era básicamente agrícola y la propiedad de la tierra estaba en manos de la nobleza y la Iglesia.
Entre 1793 y 1796 España colaboró con los estados europeos que luchaban |contra la Francia revolucionaria. En el año 1807 los gobernantes españoles (firmaron un acuerdo con Napoleón para invadir Portugal. Al año siguiente, sin embargo, los ejércitos franceses en vez de dirigirse Portugal ocuparon las principales ciudades españolas. Napoleón mandó encarcelar Fernando VII y coronó a su hermano José Bonaparte. La población rebeló contra esta situación y se inició así la guerra de la Independencia (1808-1813), caracterizada por ser una guerra de guerrillas y por el apoyo del ejército británico. Durante la guerra, en España había dos poderes:
• La monarquía de José I, con el apoyo de algunos españoles denominados afrancesados.
• La Junta Suprema Central, que asumió la soberanía en nombre de Fernando VII. El ejército francés logró imponerse en la mayor parte del territorio hasta 1812, pero después de varias derrotas, en 1813 José I abandonó España y Fernando VII retornó al poder al año siguiente.
PUNTO 1. LA GUERRA DE SUCESION Y EL CAMBIO DE DINASTIA
En los años finales del siglo XVIII las principales monarquías europeas se preparaban para disputarse el control de los territorios de la antaño poderosa monarquía católica. Había hasta tres príncipes que se consideraban con derechos para ocupar el trono español si como todo indicaba quedaba vacante José Fernando de Baviera que murió en 1699, el archiduque Carlos de Austria y el Borbón Felipe de Anjou. Carlos II, ultimo rey español de la casa de Austria murió sin descendencia en 1700 y dejo el trono a un nieto del rey Luis XVI de Francia, Felipe de Borbón. Pero ante la prepotencia mostrada por el monarca francés, el Rey Sol, se constituyo en Europa en 1701 una gran alianza integrada básicamente pro Inglaterra, Holanda y Austria, que defendía la candidatura al troco de España del archiduque Carlos de Austria y declaro la guerra a Francia. Esa situación desemboco una guerra que se prolongo hasta 1714.
PUNTO 1. 1. DESARROLLO DEL CONFLICTO
La guerra de sucesión española (1701-1714) fue una de las diferentes guerras dinásticas europeas que a lo largo del siglo XVIII, implicaron a casi todos los Estados en un continuo reequilibrio entre las potencias. Los primeros enfrentamientos tuvieron lugar en Flandes y con la frustrada marcha sobre Viena de Luis XIV, seguida de los ataques austriacos a las posesiones españolas en Italia. La reacción austriaca y los ataque ingleses de Galicia y Cádiz con la toma de Gibraltar llevaron al archiduque Carlos a desembarcar primero en Lisboa (1704) y luego en Barcelona. El candidato austriaco encontró en tierras hispanas le apoyo de catalanes, aragoneses, valencianos y baleáricos, es decir, los integrantes de la antigua corona de Aragón. Inicialmente la guerra fue favorable a la Gran Alianza pero Felipe de Borbón termino por imponerse, al vencer primero en Almansa (1707) y posteriormente en Brihuega y Villaviciosa (1710). También influyo en el desenlace del conflicto el hecho de que el archiduque Carlos se convirtiera en 1711 en heredero de imperio austriaco, por lo que perdió el apoyo de ingleses y holandeses, temerosos de que se concentrase tanto poder en el mismo monarca. La paz se alcanzo en los tratados de Utrecht (1713) y Rastadt (1714), que establecían un nuevo equilibrio en Europa occidental y en el Mediterráneo, pero también afectaba a las posesiones de ultramar. Felipe V era reconocido como rey de España, si bien Inglaterra se quedaba con Terranova, Gibraltar y Menorca, al tiempo que se adquiría diversos privilegios en el comercio americano. Los Borbones de España y de Francia renunciaba a la unión dinástica de ambos reinos. Austria se quedaba con la mayor parte de los territorios continentales españoles en Europa (Milanesado, Flandes, Nápoles y Cerdeña). No obstante, la lucha continuo en la Península, pues la resistencia catalana se prolongo hasta el año 1714 y la de Mallorca hasta 1715
PUNTO 1. 2. EL NUEVO ORDEN
Felipe V (1700-1746) emprendió importante reformas en la Administración, inspirándose para ello en el modelo francés.
§ Los Decretos de Nueva Planta La medida de mayor trascendencia tomadas por el nuevo rey de España fueron los Decretos de Nueva Planta, aplicados a los territorios de la antigua corona de Aragón: en 1707, a Aragón y Valencia; en 1715, a Mallorca, y en 1716 a Cataluña. No sólo se suprimieron los fueros y las instituciones (Cortes) de los territorios citados sino de cada uno de ellos se estableció un capital general, sustituto del antiguo virrey, y una audiencia, al tiempo que les imponía un nuevo sistema tributario que fija un cupo de recaudación para cada reino: la llamada contribución única de Aragón, el equivalente en Valencia, la talla en Mallorca y, en Cataluña el, catastro, el más elaborado y general que combinaba imposición directa e indirecta En el caso de Cataluña se trasladó a la Universidad de Barcelona a Cervera y se estableció que las causas de la Real Audiencia se sustanciaran en castellano, lo que perjudicaba a la lengua catalana. Es evidente que con estas medidas, se configuraba un Estado de indiscutibles signo centralista, a la par que uniformista. Solo se respetaban los fueros tradicionales de los vascos y los navarros, que habían tenido fidelidad a Felipe V en la guerra§ La Política ExteriorLa política exterior de Felipe quinto, a partir de su matrimonio en 1715 con Isabel de Farnesio, tuvo como objetivo paliar los resultados negativos que produjo el Tratado de Utrecht. En una primera etapa, el privado, el abad Alberoni, favorito de la reina, impulsó la reaparición de la fuerza militar española en Italia, organizando en 1717 una armada que conquistó Cerdeña y Sicilia, pero aquí fue derrotada en 1718 por los británicos, mientras la propia Francia invadía España por el País Vasco y Cataluña para hacer respetar los acuerdos de Utrecht. El objetivo de instalar a príncipes Borbón-Farnesio en los ducados italianos e incluso en el reino de las Dos Sicilias se lograrían con el tiempo, pero siguiendo diferente estrategia. En una segunda etapa, Felipe V firmó dos de los tres Pactos de Familia (1733 y 1743) que sellaron la colaboración con Francia, la cual se mantendría a lo largo del siglo XVIII. Entre los colaboradores de Felipe V alcanzó gran renombre José Patiño, que llevó a cabo una formidable labor a favor de la reconstrucción de la Marina española.