El Control Social en el Fascismo Italiano
El fascismo buscó controlar y dirigir a toda la sociedad italiana a través de la afiliación obligatoria al partido o a los sindicatos fascistas. Se creó la Opera Nazionale Balilla, donde se matriculaba a los niños hasta la edad adulta, y la Opera Nazionale Dopolavoro, para organizar el tiempo libre de los trabajadores.
El control fascista también se extendió a la educación. En las escuelas primarias, los maestros debían vestir camisas negras, y en las universidades, juraban fidelidad al régimen. El catolicismo fue declarado religión oficial, se prohibió el divorcio, se impuso la enseñanza religiosa obligatoria y se exaltó el papel de la maternidad y la familia.
El régimen favoreció los nuevos medios de comunicación, como la radio y el cine. En Roma, se creó Cinecittà para impulsar una producción cinematográfica propagandística.
La República de Weimar y sus Problemas
La República de Weimar, con su Constitución democrática, fue incapaz de crear un sistema político estable. En sus primeros años, enfrentó intentos insurrecciónales de derecha e izquierda. En 1919, el levantamiento de la Liga Espartaquista (comunista) fue duramente reprimido, generando un fuerte rechazo comunista hacia la República.
En 1920, grupos nacionalistas radicales, que acusaban al gobierno de traición por firmar el armisticio y aceptar el Tratado de Versalles, intentaron ocupar Berlín. El golpe fracasó gracias a una huelga general. En 1923, también fracasó el putsch nacionalista y antidemocrático de Adolf Hitler en Múnich, con el apoyo del general Ludendorff.
La situación económica era difícil. Las deudas de guerra y las reparaciones impuestas a Alemania causaron una inflación vertiginosa y la depreciación del marco. La crisis llegó a su punto máximo en 1923, cuando Alemania no pudo pagar las deudas de guerra a Francia, lo que llevó a la ocupación francesa del Ruhr.
Entre 1924 y 1929, Alemania experimentó una mejora económica, pero la crisis de 1929 empeoró drásticamente la situación. Los partidos de la Coalición de Weimar perdieron el apoyo de los asalariados y la pequeña burguesía. A partir de 1930, los gobiernos de coalición no tuvieron mayoría parlamentaria y se recurrió a su disolución. La inestabilidad ministerial (19 gobiernos en 13 años) evidenciaba la crisis.
La Marcha sobre Roma
El Partido Nacional Fascista demostró su organización en la huelga de agosto de 1922, convocada por la izquierda. Los fascistas comunicaron al gobierno que, si no impedía la huelga, ellos lo harían. Las escuadras fascistas mantuvieron en funcionamiento los servicios de correos, trenes y automóviles, ganando la simpatía de la clase media.
El golpe definitivo para tomar el poder fue la Marcha sobre Roma en octubre de 1922. Los fascistas anunciaron que, si el gobierno no restablecía el orden, marcharían hacia la capital. Miles de camisas negras ocuparon edificios públicos y controlaron las comunicaciones del norte de Italia.
El gobierno intentó proclamar el estado de excepción el 28 de octubre, pero el rey se negó a firmar el decreto, y el gobierno dimitió. Víctor Manuel III pidió a Mussolini que formara un nuevo gobierno el 30 de octubre. La monarquía y el ejército jugaron un papel decisivo: el monarca entregó el gobierno a Mussolini, y los militares aconsejaron al rey no reprimir a los fascistas.
El Establecimiento de la Dictadura Fascista
El establecimiento de la dictadura fascista fue un proceso de restricción de libertades entre 1922 y 1924. Inicialmente, un gobierno de coalición mantuvo formalmente la vida parlamentaria y las libertades políticas y sindicales. El giro definitivo hacia la dictadura ocurrió en 1924, tras el asesinato del diputado socialista Matteotti, quien había denunciado los crímenes de las escuadras fascistas y el fraude electoral del partido fascista.
Con los fascistas implicados en el asesinato, Mussolini asumió plenos poderes y silenció a la oposición.