Desde 1848 hasta el estallido de la Primera Guerra Mundial (1914), el mundo estuvo marcado por tres procesos fundamentales:
Procesos Clave del Siglo XIX
- La extensión de las ideologías nacionalistas, que provocaron la creación de nuevos estados y la afirmación del sentido patriótico.
- El asentamiento del liberalismo en la mayor parte de Europa, e incluso el avance tímido hacia la democracia en algunos países.
- La expansión territorial de las principales potencias europeas, que crearon enormes imperios y se repartieron el mundo.
1. El Triunfo del Nacionalismo en Europa
La creación de Estados nacionales es un proceso que comenzó en las revoluciones liberales del siglo XIX. El nacionalismo, una ideología con diferentes significados, fue la base de este proceso.
El Nacimiento del Nacionalismo
En la Edad Media y en la Edad Moderna, la palabra «nación» significaba un conjunto de personas nacidas en un mismo lugar y que estaban bajo el poder de un mismo monarca. En el siglo XIX, «nación» adquirió otro significado, y mucha gente reivindicó que las fronteras de los Estados coincidieran con las fronteras raciales, lingüísticas, etc. Por eso siempre hubo dos acepciones distintas del nacionalismo:
- Los románticos alemanes: Defendían la concepción cultural de la nación, es decir, que una nación era un ser vivo creado en el transcurso de los tiempos, con una cultura, lengua e historia comunes, que tiene el derecho a organizarse como Estado soberano.
- Los teóricos franceses: Lo veían como algo político, es decir, una nación se forma por la decisión voluntaria de un conjunto de personas. Lo que caracteriza a los ciudadanos de una nación es compartir unas mismas leyes, derechos y deberes, y no una cultura.
Estas dos ideologías dieron lugar a dos procesos:
- Por un lado, los Estados pusieron en marcha políticas nacionalizadoras.
- Por otra, muchos pueblos lucharon por convertirse en Estados (movimientos nacionalistas).
La Política Nacionalizadora de los Estados
Los estados del siglo XIX querían desarrollar el sentimiento nacional, la cohesión de los habitantes y su orgullo patriótico. Para ello, en la educación se implantó el uso de una lengua nacional, se desarrollaron tradiciones, banderas, himnos… y se convirtieron en símbolos del país. También las competiciones deportivas hicieron que se fomentara el amor por el país. Pero todo ese patriotismo iba acompañado por el odio hacia otros países, pues eran vistos como una amenaza para la paz.
Los Movimientos Nacionalistas Disgregadores
Muchos de los movimientos nacionalistas dieron lugar a procesos de disgregación de entidades políticas que ya existían. Por ejemplo, Bélgica se separó de los Países Bajos y se convirtió en un estado independiente. Los casos más llamativos fueron los imperios Austrohúngaro y Turco, que estaban formados por poblaciones distintas. El Imperio Austrohúngaro resistió durante el siglo XIX, pero en cambio el Imperio Turco se fue deshaciendo a lo largo del siglo XIX. El primer territorio independizado de los turcos fue Grecia, en 1829. Después lo acompañaron Serbia, Rumania, Montenegro, Bulgaria y Albania. Irlanda pertenecía a Gran Bretaña, e intentó conseguir la independencia, pero no lo consiguió hasta 1922, aunque la parte norte se mantuvo y se mantiene bajo el dominio de Gran Bretaña.
Los Movimientos Unificadores: Italia y Alemania
Otros movimientos nacionalistas dieron lugar a la unión de poblaciones que estaban divididas. Fue el caso de Italia y Alemania.
Italia: La península Itálica estaba dividida en diversos Estados, algunos de ellos bajo la dominación extranjera: por ejemplo, el reino Lombardo-Véneto pertenecía al Imperio Austriaco. Pero la existencia de una lengua común forjó un sentimiento de unidad entre los italianos. El proceso de unificación de Italia fue liderado por el Piamonte y culminó en 1861.
Alemania: Prusia fue el Estado que lideró la unificación. Durante la primera mitad del siglo XIX, se establecieron mecanismos de cooperación económica entre los distintos Estados alemanes. A partir de 1862, el rey Guillermo I de Prusia y su primer ministro Bismarck aceleraron la unificación por vía militar. En 1871 nacía el Imperio Alemán, el II Reich, que se convirtió en una gran potencia.
2. La Construcción de una Nación: Estados Unidos
En el siglo XIX tuvieron lugar dos procesos fundamentales para los Estados Unidos: la expansión hacia el Oeste y la Guerra de Secesión. El país creció mucho y comenzó un imparable desarrollo económico.
La Expansión hacia el Oeste
Entre 1800 y 1850, la población sufrió un gran crecimiento debido a la llegada de inmigrantes procedentes sobre todo de Alemania y Gran Bretaña. A la vez, se fueron incorporando nuevos territorios. Luisiana y Florida fueron compradas a Francia y España a principios del siglo XIX, Gran Bretaña cedió Oregón en 1845, el mismo año que fue anexionada Texas. Tras una corta guerra con México, fueron incorporados en 1848 Nuevo México y California, con lo que Estados Unidos llegó a la costa del Pacífico, que fue rápidamente colonizada. La expansión hacia el Oeste proporcionó tierras y forjó la identidad del pueblo de los Estados Unidos. En este inmenso territorio, se diferenciaban tres grandes regiones por sus características económicas y sociales: el noroeste, con un gran desarrollo industrial y urbano; el sur, cuya economía era agraria, centrada en las grandes explotaciones de algodón y tabaco trabajadas por esclavos; y el oeste, donde predominaban los pequeños granjeros independientes.
El Problema de la Esclavitud y la Guerra de Secesión
La Constitución de los Estados Unidos dejaba en manos de cada Estado la abolición de la esclavitud. Los Estados del norte y el oeste la habían abolido, mientras que los del sur la mantenían porque era la base de sus explotaciones de algodón y tabaco. El enfrentamiento entre Estados abolicionistas y Estados esclavistas se intensificó a mediados del siglo XIX. En 1860 fue elegido presidente del país Abraham Lincoln, que se oponía a la extensión de la esclavitud en los nuevos territorios. Poco después, once Estados del sur se separaron y crearon una Confederación. El presidente Lincoln y el Congreso de Estados Unidos mantuvieron que ningún Estado tenía derecho a separarse y se propusieron someterlos por la fuerza. La Guerra de Secesión duró casi cuatro años y terminó con la victoria del norte. Fue una guerra muy destructiva, pues en ella se aplicaron por primera vez armas modernas.
La Reconstrucción
El periodo posterior a la guerra se conoce como la Reconstrucción. Fue una época de gran prosperidad económica. En ese momento, Estados Unidos inició un imparable desarrollo económico, que lo convirtió en la primera potencia industrial del mundo a principios del siglo XX. La esclavitud fue abolida tras la guerra. Pero al retirarse el ejército del norte, el sur suprimió las leyes favorables a la población negra. En este periodo, la vida política comenzó a organizarse en torno a dos partidos, los republicanos y los demócratas, lo que perdura hasta hoy.