Las Invasiones Bárbaras
- Invasiones Bárbaras: Desde el siglo II, las invasiones bárbaras, inicialmente pacíficas, se tornaron violentas debido a la resistencia romana.
- Los Bárbaros: Considerados extranjeros por los romanos, vivían en aldeas gobernadas por un rey elegido por los guerreros.
- Sippe: Los miembros de la aldea compartían un antepasado común, llamado sippe, lo que daba lugar a la práctica de la venganza de sangre (Wergeld).
- Gefolge (Truste): Cada aldea tenía su propio ejército, el gefolge (llamado Truste por los francos), cuyos miembros juraban fidelidad al rey.
- Asamblea: Los guerreros se reunían dos veces al mes (luna llena y luna nueva) para tomar decisiones políticas y militares, aplicar justicia (basada en leyes orales) y elegir al rey.
- Sucesión: Tras la muerte del rey, su territorio se dividía entre sus hijos varones.
- Religión: Inicialmente naturalistas, los bárbaros posteriormente adoraron dioses con forma humana, como Odín o Wotan (esposo de Freya, diosa de la fecundidad y el amor). Creían en una vida después de la muerte, un paraíso (Walhalla) donde las walkirias atendían a los guerreros.
Los Reinos Germánicos
- Visigodos
- Ostrogodos
- Francos
Los godos, originarios de la península escandinava, avanzaron hasta las orillas del río [nombre del río]. Los que se asentaron al este del río se llamaron ostrogodos, y los del oeste, visigodos.
En el siglo IV, la llegada de los hunos, un pueblo asiático, empujó a los ostrogodos a cruzar el río y a los visigodos hacia el Imperio Romano.
El emperador Valente negó protección a los visigodos, lo que llevó a la batalla de Adrianópolis (378). En esta batalla, Valente murió y los visigodos avanzaron hacia Roma (410).
Bajo el rey Alarico, los visigodos saquearon Roma en 410 (respetando iglesias y obras de arte). Luego, se establecieron en Tolosa (Francia) y finalmente en Toledo (España), capital de su reino.
El reino visigodo se extendía desde el río Loira hasta el río Tajo. En el siglo VI, perdieron Tolosa.
Los visigodos, inicialmente arrianos, se regían por sus propias leyes y evitaron mezclarse con la población hispano-romana, con quienes dividieron la tierra en tres partes.
El rey Recaredo se convirtió al catolicismo y permitió el matrimonio entre visigodos e hispano-romanos.
En 649, bajo el reinado de Recesvinto, se promulgaron las leyes visigothurum (fusión de leyes romanas y visigodas).
El emperador romano Aecio pidió ayuda a los pueblos germanos para combatir a los hunos, liderados por Atila. La batalla de los Campos Cataláunicos marcó la derrota de los hunos, quienes regresaron a su lugar de origen y desaparecieron.
Los Ostrogodos, Francos y el Auge de Carlomagno
Los ostrogodos, liderados por Teodorico el Grande, se dirigieron a Italia y la gobernaron a partir del año 500. Su ministro, Boecio, escribió «La Consolación de la Filosofía». Tras la muerte de Teodorico, el reino ostrogodo desapareció.
En el siglo VI, los francos (arrianos) invadieron la Galia. Su rey, Clodoveo, casado con la cristiana Clotilde, se convirtió al cristianismo tras vencer a los alamanes en 496. Con Clodoveo comenzó la dinastía merovingia.
Durante el gobierno de los «reyes holgazanes», sucesores de Clodoveo, los condes gobernaban los condados y el mayordomo de palacio dirigía la Truste.
En el siglo VIII, los árabes musulmanes invadieron Europa. Carlos Martel, mayordomo de palacio, los derrotó en la batalla de Poitiers (732), deteniendo su avance.
Pipino el Breve, hijo de Carlos Martel, fue nombrado rey de los francos por el Papa en 751, iniciando la dinastía carolingia. Pipino ayudó al Papa contra los lombardos, recibiendo tierras a cambio y consolidando el poder temporal del papado.
En 768, Carlomagno sucedió a su padre. Expandió su imperio, combatiendo pueblos no cristianos y dominando desde los Pirineos hasta el río Elba, y del mar del Norte al Mediterráneo.
Carlomagno derrotó a los lombardos en 774, convirtiéndose en su rey y protector de Roma. En la Navidad del 800, fue coronado emperador por el Papa.
Con capital en Aquisgrán, el imperio se dividió en condados (gobernados por condes) y marcas (gobernadas por marqueses). Las marcas, en las fronteras, tenían mayor autonomía.
Carlomagno contaba con cancilleres para asuntos civiles y eclesiásticos, y los missi dominici supervisaban el imperio. Los «Campos de Mayo» eran asambleas para comunicarse con el emperador.
Carlomagno fundó la «Escuela Palatina» para la educación de los nobles, dividiéndola en Trivium y Quadrivium.
Tras la muerte de Carlomagno en 814, su hijo Ludovico Pío (Luis el Piadoso) le sucedió, dedicándose principalmente a la Iglesia.