Las elecciones de noviembre de 1933 fueron ganadas por el centro-derecha. El nuevo gobierno se marcó el objetivo de desmantelar por completo la obra realizada por la izquierda en el periodo anterior. El poder giró en torno al Partido Radical de Alejandro Lerroux y la CEDA, grupo liderado por José María Gil Robles. La explicación de este resultado, aparte del desgaste del gobierno de la izquierda, se encuentra en que la izquierda se presentó dividida y la derecha unida, los anarquistas pidieron la abstención y el voto femenino se inclinó en gran parte por los grupos de la derecha.
La Paralización de las Reformas
Lerroux, inició su mandato paralizando las reformas iniciadas:
- Se detuvo la reforma agraria, devolviendo las tierras expropiadas a la nobleza, lo que provocó un descenso de los salarios. Los campesinos respondieron con huelgas y movilizaciones a la política de revancha iniciada por los propietarios.
- La cuestión agraria enfrentó al gobierno central con la Generalitat de Cataluña, que seguía dominada por republicanos y socialistas. El gobierno catalán aprobó (1934) la Ley de Contratos de Cultivo, que permitía a los arrendatarios de las viñas (rabassaires) comprar las tierras que trabajaban a través de precios tasados. Los propietarios protestaron y el Tribunal de Garantías Constitucionales derogó la ley y anuló sus efectos. El gobierno catalán respondió aprobando una ley idéntica a la derogada.
- La reforma religiosa se contrarrestó aprobando un presupuesto para culto y clero, e intentando firmar un Concordato con la Santa Sede.
- Se decretó un indulto para Sanjurjo y para los condenados por colaborar con la Dictadura de Primo de Rivera.
- Se mantuvo la reforma militar y la educativa reduciendo su presupuesto.
La consecuencia de esta política fue una radicalización de los socialistas (PSOE y UGT); el sector más radical, liderado por Francisco Largo Caballero y partidario de no colaborar con las fuerzas burguesas e impulsar la revolución, fue ganando posiciones frente al más moderado, el que encabezaba Indalecio Prieto.
Los conflictos con los nacionalistas catalanes y vascos, la radicalización de los socialistas y el clima de conflictividad social llevaron a la CEDA a pedir su entrada en el gobierno. Lerroux aceptó: en octubre de 1934, tres ministros del partido de Gil Robles juraron su cargo. La CEDA era un partido ultraconservador que no escondía sus simpatías por el fascismo italiano.
La Revolución de Octubre de 1934
La llegada de la CEDA al gobierno fue interpretada por la izquierda como un inicio del camino hacia el fascismo. La reacción fue inmediata: al día siguiente, UGT y CNT convocaron huelga general en las principales ciudades. La falta de coordinación y la intervención del gobierno, que decretó el estado de guerra, hizo que fracasara. No obstante, el movimiento alcanzó gran relevancia en Asturias y Cataluña.
Asturias
En Asturias, los mineros protagonizaron una auténtica revolución social. Socialistas, comunistas y anarquistas llegaron a un acuerdo de colaboración y formaron la UHP (Unión de Hermanos Proletarios). Columnas de mineros armados ocuparon los pueblos de la cuenca, tomaron los cuarteles de la Guardia Civil y sustituyeron los ayuntamientos por comités revolucionarios. Los revolucionarios sitiaron Oviedo y formaron patrullas para enfrentarse a las fuerzas del orden. Ante la magnitud de los acontecimientos, el Gobierno decidió mandar a la Legión, con el General Francisco Franco al mando, desde África. La resistencia duró diez días, al cabo de los cuales los núcleos insurrectos fueron derrotados.
El balance del conflicto fue terrible: más de 1000 muertos entre los mineros (muchos de ellos en ejecuciones rápidas y sin juicio) y 450 entre Guardia Civil y ejército; más de 2000 heridos y 5000 detenidos.
Cataluña
En Cataluña, Lluís Companys, Presidente de la Generalitat, proclamó el 6 de octubre la República Catalana dentro de la República Federal Española. Al mismo tiempo, PSOE, UGT, comunistas y la Unión de Rabassaires convocaron una huelga general. Pero el movimiento fracasó, sobre todo por la negativa a participar de la CNT, fuerza mayoritaria entre las clases trabajadoras. El movimiento en Cataluña tuvo un carácter más político que en Asturias. El Presidente Companys quería salvar el gobierno autónomo en un momento en el que el gobierno central había paralizado el traspaso de competencias. La rebelión fue rápidamente sofocada, después de que el ejército tomara el Palacio de la Generalitat. El gobierno catalán en pleno, todos los concejales de Barcelona y Manuel Azaña (acusado de cómplice de la rebelión) fueron encarcelados: sólo eran una pequeña parte de los 3500 detenidos que hubo en total. En Madrid, fueron detenidos varios miembros del Comité de Huelga, entre ellos el ex-ministro Largo Caballero.
Crisis del Gobierno Conservador
Las consecuencias de la revolución de octubre fueron profundas. La CEDA aumentó su participación en el gobierno y se endureció la política autoritaria:
- Suspensión del Estatuto de Cataluña.
- Devolución a los jesuitas de sus propiedades confiscadas.
- Nombramiento de Franco como Jefe de Estado Mayor del Ejército.