1. El Camino Hacia la Guerra
1.1. Los Futuros Contendientes
Para que la paz fuese duradera era imprescindible que la Sociedad de Naciones se mostrara más fuerte que las ambiciones revisionistas de las potencias derrotadas o insatisfechas. Alemania aspiraba a recuperar su nivel económico y militar. Para lograr este objetivo debía librarse de las cláusulas del Tratado de Versalles, consideradas humillantes e injustas. Italia deseaba obtener territorios en África y en los Balcanes. No le habían sido concedidos después de la Gran Guerra y creía tener derecho a ellos. Japón, como núcleo de un gran imperio asiático, consideraba imprescindible su expansión territorial por China y el Pacífico.
La crisis económica de 1929 incrementó los problemas internos de Japón, Italia y Alemania y contribuyó a fortalecer las políticas expansionistas. Se militarizaron y se tornaron más opresivos. En Alemania desapareció la democracia parlamentaria.
El papel de la Alemania de Hitler fue fundamental para desencadenar el conflicto: su potencial demográfico, económico y militar era muy superior al de Japón e Italia. El rearme y las iniciativas alemanas para llevar a cabo su expansión territorial condujeron a la guerra en 1939.
Los únicos países que hubiesen podido contrarrestar los deseos revisionistas de Japón, Italia y Alemania eran Gran Bretaña, Francia y Estados Unidos, pero no lo hicieron. Gran Bretaña, Francia y Estados Unidos eran democráticos. Gran Bretaña y Francia, muy debilitadas por la Gran Guerra, no deseaban provocar otra guerra. Por eso dejaron pasar la expansión fascista. Se temía a la revolución comunista que podía promover la URSS. Cuando la opinión pública se dio cuenta de que el fascismo era un peligro mayor que el comunismo, era demasiado tarde. La crisis del 29 contribuyó a que estos países se preocuparan más por sus problemas internos que por la defensa de países lejanos.
1.2. Los Pasos Hacia la Guerra
El camino hacia la guerra se reflejó en una serie de acontecimientos en los que Japón, Alemania e Italia rechazaron la Paz de París y desafiaron a la Sociedad de Naciones. Entre estos acontecimientos sobresalen:
La agresión de Japón a China
Aprovechando los disturbios internos en China, Japón invadió Manchuria en 1931. Allí se creó un Estado independiente. La Sociedad de Naciones se limitó a solicitar a las tropas japonesas que abandonaran China. Los japoneses no solo no se retiraron de China, también decidieron invadir el resto del país. Así comenzó la guerra chino-japonesa, que enlazó con la Segunda Guerra Mundial.
El rearme alemán
A su llegada al poder en 1933, Hitler empezó a incumplir los compromisos del Tratado de Versalles. Alemania se rearmó, reconstruyendo su Armada, Ejército y Aviación. En 1936 remilitarizó Renania. Los demás países protestaron tímidamente. El objetivo nazi era anexionar Austria y parte de Checoslovaquia.
La invasión italiana de Abisinia (1935-1936)
Este estado africano independiente era miembro de la Sociedad de Naciones y fue atacado desde la Somalia Italiana por Mussolini. Gran Bretaña y Francia solo impusieron sanciones económicas. Estas medidas no lograron ningún éxito. Italia conquistó Abisinia y se aproximó a las posiciones expansionistas de Alemania.
La Guerra Civil Española (1936-1939)
En España se produjo una sublevación militar contra el Gobierno republicano del Frente Popular. Hitler y Mussolini apoyaron al ejército sublevado del general Franco, enviando armas, aviones… Gran Bretaña y Francia decidieron no hacer nada. La República Española solo contó con el apoyo de la URSS.
Las anexiones de Alemania e Italia en el este de Europa
En marzo de 1938, Alemania ocupó Austria y la anexionó al Tercer Reich. Después exigió los Sudetes. Gran Bretaña y Francia accedieron a las peticiones de Hitler en la Conferencia de Múnich (septiembre de 1938) y obligaron a Checoslovaquia a aceptar la anexión. Hitler se convirtió en el árbitro de Europa oriental, incorporando a Alemania los territorios de Bohemia y Moravia, desmembrando Checoslovaquia y creando un nuevo estado.
La invasión de Polonia (1939)
La aproximación ideológica y los intereses comunes de Italia y de Alemania se reflejaron en varias alianzas entre Hitler y Mussolini. En 1936 se constituyó el Eje Roma-Berlín, al que después se adhirió Tokio. Se llamaría Potencias del Eje al bloque liderado por Alemania, Italia y Japón. Ese mismo año se firmó el Pacto Anti-URSS y en 1939 el Pacto de Acero. A este sistema de alianzas se sumaron España, el nuevo estado de Eslovaquia y Hungría. Hitler suscribió con Stalin el Pacto de no Agresión (agosto de 1939). Este acuerdo permitió que el 1 de septiembre de 1939 Alemania invadiera Polonia y se iniciara la Segunda Guerra Mundial.
2. Las Operaciones Militares
La guerra, que solo enfrentaba a Alemania con Gran Bretaña y Francia, ambas unidas en su defensa de Polonia, terminó convirtiéndose en un conflicto mundial de dimensiones mucho mayores que las de la Gran Guerra. Se distinguen dos fases:
- Primera fase (1939-1942): ofensiva del Eje: Victorias de Alemania, Japón y, en menor medida, Italia. Las potencias del Eje se convirtieron en dueñas de casi toda Europa continental, el norte de África y Asia oriental.
- Segunda fase (1942-1945): el contraataque aliado: La iniciativa pasó a Estados Unidos, la URSS y Gran Bretaña, es decir, al bloque de los aliados.
2.1. La Ofensiva del Eje (1939-1942): La estrategia alemana
Alemania tenía que actuar con rapidez y derrotar en poco tiempo a Francia para evitar la lucha en dos frentes e impedir una guerra larga. Para ello contaba con la momentánea neutralidad de la URSS y con una estrategia militar que le proporcionó grandes éxitos al principio de la contienda: la guerra relámpago.