El colapso del sistema liberal parlamentario
Tras la crisis de 1917 culminó la descomposición de los partidos dinásticos, impidiendo las mayorías parlamentarias y sucediéndose cortos gobiernos. La inestabilidad política y los gobiernos de concentración (dinásticos) no pudieron dar mayor estabilidad al régimen, acentuando su desprestigio. Los partidos no dinásticos tuvieron problemas: el partido socialista tuvo relativa expansión y se dividió, más tarde se fundó el PCE. Los republicanos evolucionaron hasta el conservadurismo y posiciones monárquicas. Los nacionalistas alentados por el principio de la autodeterminación de Wilson, reclamaron la autonomía de Cambo. Apareció un catalanismo de izquierdas y el nacionalismo vasco estuvo en crisis.
La expansión del movimiento obrero
La crisis de posguerra y la revolución bolchevique favorecieron el crecimiento de sindicatos y la radicalización. La CNT creció mucho y con el Congreso de Sants se consolidó la unidad sindical, confirmando la línea apolítica, la huelga general… con evidentes diferencias entre el sector moderado de Salvador Seguí y el radical de Durruti, Ascaso… Asociados a los patrones aparecieron los sindicatos libres enfrentados a la CNT. También proliferaron organizaciones patronales y adoptaron una línea dura contra los trabajadores.
La conflictividad social
En Andalucía se provocó por el latifundismo, y se agravó con la crisis de la posguerra, y las movilizaciones son constantes entre 1918 y 1920, habiendo comités de huelga y ocupación y reparto de tierras, la dura represión del gobierno acabó con la revuelta. Creció la agitación obrera, minera e industrial en Vizcaya, Asturias y Madrid pero el punto álgido se dio en Barcelona con la huelga de 44 días de La Canadiense que provocó la negociación del gobierno y la reducción de la jornada a 8 horas y aumento de sueldo. Patronal y militares se negaron a liberar a detenidos y se inició una guerra social y el pistolerismo de patronal y sindicatos, huelgas, asesinatos… esto acabó en represión militar y terrorismo policial, en 5 años hubo 270 muertes de ambos bandos.
El desastre de Annual
Tras la Primera Guerra Mundial, Francia reanudó su política colonial amenazando con reducir la parte española y el gobierno español decidió completar la ocupación efectiva del territorio. El general Dámaso Berenguer inició la ocupación de la parte occidental y en la oriental el general Silvestre inició una campaña precipitada que acabó en el desastre de Annual. El ejército español fue masacrado por el líder Abd-el-Krim y se perdió gran parte del ejército.
El golpe de estado
Ante la crisis del sistema de restauración, el golpe de estado se produjo el 13 de septiembre de 1923. El rey aceptó el golpe y concedió a Primo el cargo de presidente del gobierno. No hubo apenas oposición al golpe debido a: malestar del ejército, indecisión del gobierno, desprestigio y profunda crisis del sistema, y solo se opusieron anarquistas y comunistas. Primo presentó la dictadura como transitoria y curados los males se volvería al régimen constitucional.
El directorio militar (1923/1925)
Se proclamó el estado de guerra y se suspendió la Constitución de 1876, disolvió las Cortes, implantó la censura de prensa y prohibió partidos políticos y sindicatos. El orden público se impuso con fuerte represión. Los nacionalismos y sus símbolos fueron prohibidos. La reforma de la administración: se creó una nueva administración con los gobernadores militares y los delegados gubernativos, sustituyendo ayuntamientos y diputaciones.
El conflicto de Marruecos
Primo era partidario de una solución negociada del conflicto. Pero esta política animó más a Abd-el-Krim. En 1925 una ofensiva militar franco-española permitió el desembarco de Alhucemas y la derrota de Abdel-Krim. El protectorado quedó totalmente dominado en 1926.
El directorio civil (1925/1930)
Tras conseguir controlar el orden público y el problema de Marruecos se sustituyó el directorio militar por el directorio civil (sistema inspirado en la dictadura fascista italiana), y se rodeó de políticos de derechas (Calvo Sotelo).
La creciente oposición y final de la dictadura
A partir de 1926 aparecieron diversos intentos de derrocar al dictador. El conflicto militar: ante las reformas militares de Primo de Rivera (méritos de guerra), una parte del ejército se oponía al dictador. La conspiración civil: de los políticos dinásticos, fomentando un pronunciamiento militar. La oposición intelectual: intelectuales, periodistas, y universitarios que desde la Federación Universitaria Escolar y Unamuno, Blasco Ibáñez, Ortega y Gasset. Con todo esto, creció la oposición política.
La caída de la monarquía (1930/1931)
Tras la dimisión de Primo de Rivera, Alfonso XIII encargó nuevo gobierno al general Dámaso Berenguer con la intención de volver a la normalidad constitucional y se restablecieron las libertades políticas y disolvió la Asamblea Nacional. Pero la monarquía estaba desprestigiada y el republicanismo estaba en auge. La oposición se organizó a través del Pacto de San Sebastián (1930), y se creó un comité revolucionario con la intención de preparar una insurrección militar y civil (republicanos, nacionalistas catalanes y gallegos, socialistas…). La oposición intelectual creó la Agrupación al Servicio de la República (Gasset, Gregorio Marañón). Por otro lado, la insurrección fracasó por falta de coordinación. El fracaso de Berenguer por restablecer el sistema constitucional provocó su sustitución por el almirante Aznar que convocó elecciones municipales. La victoria republicana en las grandes ciudades precipitó la caída de la monarquía.