El Siglo XVIII, el siglo de «las luces», comienza con una nueva dinastía (Borbón) que trae cambios en la administración -centralismo-, reformas ilustradas -Despotismo ilustrado- y una nueva orientación en la política exterior-profrancesa-. Los reyes de este siglo fueron: Felipe V (1700-46), Fernando VI (1746-59), Carlos III (1759- 88)y Carlos IV (1788-1808).
9.1. La Guerra de Sucesión y el sistema de Utrech
Carlos II, que había muerto sin descendencia, nombró sucesor a Felipe de Anjou, nieto de Luis XIV de Francia, quien fue coronado con el título de Felipe V. Acababa así la dinastía de los Habsburgo y llegaba al trono español la dinastía de los Borbones. Sin embargo, muy pronto se formó un bando dentro y fuera de España que no aceptaba al nuevo rey y que apoyaba al otro pretendiente, el Archiduque Carlos de Habsburgo. La guerra civil y europea estalló.
El conflicto tenía una doble perspectiva: el ascenso al trono español de Felipe V representaba la hegemonía francesa y la temida uníón de España y Francia bajo un mismo monarca. Este peligro llevó a Inglaterra, a Saboyá y a Holanda a apoyar al candidato austríaco (Alianza de La Haya), que, por supuesto, era el defendido por los Habsburgo de Viena. Las diversas potencias europeas se posicionaron ante el conflicto sucesorio español.
Felipe V representaba el modelo centralista francés, apoyado en la Corona de Castilla, mientras que Carlos de Habsburgo personificaba el modelo foralista, apoyado en la Corona de Aragón y, especialmente, en Cataluña.
La guerra terminó con el triunfo de Felipe V. Junto a las victorias militares de Almansa, Brihuega y Villaviciosa, un acontecimiento internacional fue clave para entender el desenlace del conflicto: Carlos de Habsburgo heredó en 1711 el Imperio alemán y abandonó su aspiración de reinar España. La guerra concluyó con la firma del Tratado de Utrecht y de Rastadt (1713):
a)Felipe V era reconocido como Rey de España, pero renunciaba a los derechos de la corona francesa.
b)Austria recibía los Países Bajos y Nápoles y Cerdeña. Al duque de Saboyá se le entregaba Sicilia.
c)Inglaterra obtuvo Gibraltar y Menorca y el derecho a comerciar con las Indias españolas (navío de permiso) y el derecho a comerciar con esclavos (asiento de negros).
9.2. El cambio dinástico. Los primeros Borbones
Felipe V (1700-1746) fue el primer rey de la nueva dinastía de los Borbones. Pese a su poder, fue débil de carácter y se vio influido por personajes de la corte como el cardenal Alberoni, el barón de Ripperdá, José Patino y, sobre todo, su mujer Isabel de Farnesio. En 1723 abdicó en su hijo Luis I, quien murió un año después, reasumiendo Felipe su responsabilidad.
Durante su reinado se realizó un amplio programa de reformas que permitieron frenar la decadencia de la monarquía española y modernizar el reino. La primera media fue sustituir el sistema polisinodial de los Austrias por un sistema organizado en Secretarías de Estado, antecedente de los actuales ministerios, como las de Estado, Hacienda, Guerra, Marina e Indias, Gracia y Justicia El antiguo Consejo de Castilla pasó a ser un tribunal superior de justicia. Además, implantó la Ley Sálica, que daba preferencia a los varones en la línea sucesoria. Por último, impulsó la creación de la Real Academia Española de la Lengua y mandó construir el Palacio Real de la Granja de San Ildefonso (Segovia), a imitación de Versalles.
El reinado de Fernando V I (1746-1759) fue un período de paz que permitíó la continuidad de las políticas reformistas, cuyos protagonistas serán el marqués de Ensenada, francófilo, y José de Carvajal, anglófilo. El marqués de Ensenada impulsó proyectos para mejorar la marina, el comercio, la Hacienda… Su proyecto más ambicioso fue la realización del Catastro de Ensenada, amplio estudio de la riqueza de los territorios de la Corona castellana, con el propósito de sustituir los numerosos impuestos por una única contribución que permitiera mejorar el sistema tributario. Esta reforma fue abortada por los grupos privilegiados de la sociedad ante el temor a perder sus ventajas.
Fernando VI fundó la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando (calle Alcalá), y su esposa, la portuguesa, Bárbara de Braganza, mandó construir el convento de las Salesas Reales (hoy, Tribunal Supremo de Justicia).
9.3. Reformas en la organización del Estado. La monarquía centralista
ba nueva dinastía borbónica introdujo en España una nueva forma de organización del Estado, siguiendo el modelo francés. Esta reforma se basaba en la centralización, es decir, las principales medidas de gobierno las adoptaban e] monarca y los secretarios de Estado, y en la uniformidad, que supónía que estas medidas debían aplicarse en todos los territorios y de la misma forma. También, se fomentó el rearme naval con el objetivo de devolver a España al grupo de las grandes potencias europeas.
El alineamiento de los territorios de la Corona de Aragón con la causa del archiduque Carlos sirvió de pretexto a Felipe V para suprimir sus instituciones y privilegios mediante la promulgación de los Decretos de Nueva Planta: (Aragón y Valencia en 1707, Mallorca en 1715 y Cataluña en 1716). A partir de este momento, su organización político- administrativa estaría basada según el modelo de Castilla y se impónía e] uso del castellano como lengua administrativa y jurídica. Estos decretos derogaron (anularon) instituciones de la Corona de Aragón como los virreinatos, las Cortes, la Generalitat, y el cargo del Justicia Mayor. . Sólo las provincias vascongadas (vascas) y Navarra conservaron sus instituciones, sus fueros, sus aduanas interiores y sus exenciones militares. Fue la recompensa de Felipe V por haber sido fieles a la causa borbónica.
La administración territorial y local se transformó profundamente, apareciendo nuevas instituciones y cargos que representaban a la autoridad real en los distintos territorios:
Las capitánías generales sustituyeron a los virreinatos. Se situaron en las áreas más delicadas, las fronteras, con funciones estratégicas y con una tripe misión: representar al rey, al gobierno político y vigilar el orden público y la defensa nacional.
Las intendencias, controladas por el intendente, servirán para configurar la futura administración provincial. Poseen atribuciones fiscales, judiciales, económicas y militares.
Los corregimientos se extendieron en el ámbito Aragónés, aunque perdieron autonomía y competencias.
La Armada recibíó un fuerte impulso: se incrementó el número de buques de combate, de astilleros y de arsenales. Fue creada la Academia de guardamarinas para mejorar la preparación de los oficiales. En este siglo la Armada adoptó una nueva bandera de combate que terminó por convertirse en la bandera de España (1785). Y en el Ejercito, para aumentar el número de reclutas se implantó el llamado «sistema de quintas» (sorteo por el que es llamado a filas uno de cada cinco hombres aptos), además de las levas forzosas de vagos y maleantes, y mantener la Guardia Valona (reclutamiento de soldados extranjeros).
9.4. La práctica del despotismo ilustrado: Carlos III
Como en otros reinos europeos y bajo la influencia de la Ilustración, los Borbones aplicaron un estilo de gobierno: el Despotismo Ilustrado. Es más absolutismo pero con una cierta preocupación por el bienestar del pueblo («todo para el pueblo, pero sin el pueblo»). Bajo la tolerancia de los monarcas, lo llevan a cabo los ministros reformistas (no revolucionarios, puesto que no pretendían alterar los fundamentos del Antiguo Régimen) como el marqués de la Ensenada con Fernando VI, o Esquilache, conde de Floridablanca, Campomanes o el conde de Aranda con Carlos III, que fue el auténtico modelo de monarca ilustrado en España.
Las reformas habían comenzado con Fernando VI y el marqués de Ensenada (fomento de la marina de guerra, intentos de introducir un impuesto único y directo -el catastro-, política regalista -primacía del Estado sobre la Iglesia), pero Carlos III las impulsó más decididamente. Las primeras fueron dictadas por los secretarios italianos Grimaldi y Esquilache (habían venido de Nápoles con Carlos):
Algunas muy impopulares, como la orden de recortar las capas y sombreros de ala ancha de los madrileños y que provocó el «motín de Esquilache» y su caída del poder.
El conde de Aranda promulgó en ) 767 la Pragmática de Expulsión de la Compañía de Jesús de España y las Indias (sus miembros tenían voto de especial obediencia al Papa, lo que les hacía difícil someterse a la autoridad regia). Los jesuítas controlaban buena parte de la enseñanza y de las universidades, formando a las élites que luego ocuparían los altos cargos de la Administración del Estado.
Ambiciosa política de embellecimiento de la ciudad de Madrid.
Las reformas económicas, militares y administrativas se extendieron a América. (Punto 9.6.)
Las reformas económicas más notables fueron la liberalización del comercio con América (1778), la creación de las «Reales Fábricas» de armas y productos de lujo (lámparas, tapices), la fundación del Banco Nacional de San Carlos por Feo. Cabarrús, y algunas obras públicas, como el Canal de Castilla. Se tomaron medidas para reformar el sector agrícola, buscando aumentar la superficie cultivada, como la limitación de privilegios del Concejo de la Mesta , la colonización y creación de nuevas poblaciones de Sierra Morena (La Carolina, Jaén), o el arrendamiento de tierras comunales de los. Municipios a los jornaleros, proyectos ejecutados por los secretarios Olavide y Campomanes.