10.2 EL GOBIERNO RADICAL-CEDISTA (1933-1935). LA REVOLUCIÓN DE Asturias. EL FRENTE POPULAR, LAS ELECCIONES DE 1936 Y EL NUEVO GOBIERNO.
1. El Gobierno radical-cedista (1933-1935)
Las elecciones generales de Noviembre de 1933 cambiaron el rumbo de la República, al producirse la victoria electoral de los partidos de centro-
Derecha
El más votado fue la derechista y católica CEDA de Gil Robles con 115 diputados, seguida del centrista Partido Radical, de Alejandro Lerroux con 100 diputados. Los partidos del anterior gobierno sufrieron una dura derrota. Este giro hacia la derecha se debíó a varias causas: En primer lugar, los partidos de izquierdas se presentaron a las elecciones desunidos. En cambio, el centro-derecha presentó candidaturas unidas en la mayoría de las provincias. En segundo lugar, las mujeres votaron por primera vez en estas elecciones y, en su análisis de los resultados, los partidos de izquierdas consideraron que el voto femenino favorecíó más a la derecha. En tercer lugar, una parte del electorado castigó al gobierno reformista de Azaña, al considerar que muchas de sus reformas fueron sectarias. Finalmente, numerosos votantes de izquierdas, defraudados por el escaso alcance de las reformas, se inclinaron por la abstención. Aunque la CEDA había sido el partido más votado, el Presidente de la República, Alcalá Zamora, prefirió entregar la jefatura del gobierno al radical–
Centrista Lerroux, que formó un Gobierno con políticos de su partido, apoyado por la CEDA. La izquierda no aceptó la derrota electoral. El propio Azaña y el diputado socialista Negrín intentaron que Alcalá Zamora anulara las elecciones y nombrara un gobierno provisional de izquierdas, a lo que el Presidente de la República se negó. En Diciembre de 1933, un mes después de las elecciones, se producía una nueva insurrección anarquista, controlada a costa de numerosos muertos y heridos. Y en Enero de 1934, Largo Caballero, líder marxista del PSOE, obténía la dirección de UGT, así como la secretaría general del partido. Con Largo Caballero, el PSOE sufríó un proceso de radicalización. El líder socialista, convencido de que la revolución marxista era inaplazable, creó un Comité Revolucionario que a lo largo de 1934 fue preparando una insurrección armada. Mientras tanto, el nuevo gobierno radical-centrista, inició una política de rectificación de las reformas aprobadas por el gobierno anterior. Así, decidíó suspender el cierre de los colegios católicos y continuar ayudando económicamente al clero. También establecíó la devolución de las tierras expropiadas, y concedíó total libertad de contratación a los propietarios de tierras. El gobierno también aprobó una amnistía de la que se beneficiaron los monárquicos sublevados en 1932. Y se enfrentó a los nacionalistas catalanes y vascos. Con los catalanes, por la Ley de Contratos de cultivo aprobada por la Generalitat. Y con los nacionalistas vascos, el enfrentamiento vino por el rechazo del Gobierno al proyecto de estatuto de autonomía presentado por el PNV. Pero sin duda el conflicto más grave, fue la revolución de Octubre de 1934, preparada por Largo Caballero y su Comité Revolucionario a lo largo de aquel año.
2.La revolución de Octubre de 1934
La actitud revolucionaria de Largo Caballero, al conseguir la dirección de la UGT y del PSOE, a comienzos de 1934, puso todo el aparato del partido al servicio de su proyecto revolucionario. Contó con el apoyo de los partidos comunistas, como el PCE y el POUM, pero la CNT se mantuvo al margen, con la excepción de los anarquistas asturianos. La revolución socialista fue aprovechada por el gobierno de la Generalitat, constituido por nacionalistas de izquierdas, para sublevarse también contra el Estado español. En Septiembre de 1934, el Gobierno descubríó un alijo de armas para los revolucionarios que el navío “Turquesa” desembarcaba en un pequeño pueblo asturiano. Esta circunstancia, y el temor a que se descubriera todo el complot, obligó a los revolucionarios a precipitar sus planes, utilizando como pretexto la entrada en el Gobierno de tres nuevos ministros procedentes de la CEDA. Para la CEDA era fascista. Muchos miembros de la CEDA no creían en la democracia, pero lo mismo ocurría con la izquierda revolucionaria. La revolución socialista comenzó el 4 de Octubre de 1934. Se intentó en quince provincias españolas, pero solo triunfó en Asturias debido al apoyo de los mineros, en su mayoría afiliados a la UGT. Los revolucionarios asturianos cometieron atrocidades: asesinaron a 40 sacerdotes y civiles derechistas, quemaron numerosos edificios y saquearon quince millones de pesetas de los bancos. El Gobierno respondíó enviando a la Legión, a la que puso bajo las órdenes del general López Ochoa, mientras que el general Franco actuaba como asesor militar del Gobierno desde Madrid. Los legionarios tardaron más de dos semanas en controlar la situación. Luego, la represión militar fue también muy dura: más de mil muertos, 15.000 detenidos y cerca de 50 ejecuciones sumarias. Probablemente, en las primeras semanas de la represión, se produjeron casos de torturas y malos tratos a los prisioneros. Aprovechando la revolución de Asturias, el gobierno catalán de la Esquerra Republicana, con el apoyo de socialistas y comunistas, declaró la República catalana independiente, pero no contó con el apoyo de los anarquistas catalanes, y la rebelión nacionalista catalana fue fácilmente derrotada, tan sólo duró dos días. El intento revolucionario de Octubre de 1934 tuvo graves consecuencias en la evolución política de la República:
1) Aumentó la influencia de la derechista CEDA en el Gobierno de Lerroux, por lo que se paralizaron las expropiaciones de tierras, se facilitó el despido de jornaleros y arrendatarios, se suspendíó el estatuto de autonomía de Cataluña, y se encarceló a los principales dirigentes izquierdistas.
2) El centrismo político, representado por el Partido Radical de Lerroux, se hundíó por las presiones de una derecha y de una izquierda cada vez más radicalizadas. En consecuencia, fueron muchos los interesados en utilizar el escándalo del estraperlo para provocar la caída del Gobierno de Lerroux en Septiembre de 1935. Alcalá Zamora, que no quería entregar el poder al líder de la CEDA, Gil Robles, prefirió disolver las Cortes y convocar nuevas elecciones para Febrero de 1936.
3) La política represiva llevada a cabo por el Gobierno, tras la insurrección de 1934, permitíó un nuevo acercamiento entre las fuerzas de izquierdas, que comenzaron a dar los primeros pasos hacia la creación del Frente Popular
3. Las elecciones de 1936 y el Frente Popular
En 1936, republicanos de izquierdas, socialistas y comunistas formalizaron el pacto que originó el Frente Popular, alianza electoral de las izquierdas para derrotar a las derechas en la próxima consulta electoral. El programa del Frente Popular se presentaba como republicano y reformista, y recogía como primer objetivo la liberación de todos los revolucionarios que participaron en los sucesos de 1934. Las elecciones se celebraron el 16 de Febrero de 1936, y frente a la uníón de las izquierdas, las derechas se presentaron desunidas. Ganó el frente Popular por dos puntos de diferencia, la CNT no pidió la abstención, y los votantes del prácticamente desaparecido partido radical repartieron su voto entre la izquierda y la derecha. Tampoco sentó bien a la derecha el triunfo izquierdista, y tanto Gil Robles, como Cambó, pidieron a Alcalá Zamora la suspensión de la constitución y la declaración de la ley marcial. En Marzo de 1936 se reunieron las nuevas Cortes y nombraron una Comisión de Actas, encargada de revisar los resultados electorales, pues se habían producido numerosas denuncias. La Comisión formada en su mayoría por diputados de izquierdas, contribuyó a agrandar aún más las diferencias de escaños entre el Frente Popular y los partidos de derechas, al decidir que 32 escaños, la mayoría derechistas, pasaran al Frente Popular. En Abril, las Cortes, cada vez más radicalizadas, decidieron destituir a Alcalá Zamora y nombrar a Azaña presidente de la República. Por otra parte, el triunfo electoral de la izquierda trajo consigo la acción revolucionaria de militantes y sindicatos que sin, esperar las decisiones del Gobierno del Frente Popular, actuaban por su cuenta,antes de que el gobierno decretara la amnistía de los revolucionario,los militares y sindicatos decidieron la ocupación de incas:unos 80000 campesinos se apoderaron de los principales latifundios de Extremadura y Andalucía.La acción revolucionaria en las calles y en el campo se adelantaba a la acción política en el gobierno y en el Congreso.El clima de violencia alcanzó su máximo a comienzos del verano 1936,cuando el teniente José Castillo,militante socialista,fue asesinado por falangistas en la noche del 12 de Julio.La respuesta fue inmediata.Militantes izquierdistas presionaron y consiguieron del ministro de Gobernación una orden de arresto de los principales líderes derechistas.Esa misma noche se formaron 2 grupos,compuestos por policías de servicio y activistas de izquierdas que se dirigieron a los domicilios de Gil Robles y del monárquico Calvo Sotelo.Guil Robles,avisado ,abandonó su domicilio pero Sotelo fue detenido e inmediatamente asesinado,arrojando su cadáver en las puertas del cementerio del este-Lo mas grave es que el asesinato fue realizado con la colaboración de policías y con una orden de arresto del gobierno.El gobierno prometíó una investigación que luego no hizo,pues el asesino de Sotelo resultó ser uno de los guardaespaldas del líder socialista Prieto.El asesinato en la madrugada del 13 de Julio de 1936,precipitó el Golpe de Estado que una parte del Ejército estaba preparando.