2.- La conflictividad social. Los efectos de la crisis económica influyeron sobre los acontecimientos políticos. La crisis del 73 tuvo unas consecuencias especialmente graves en España. La situación económica, con aumento del paro a niveles alarmantes (del 2% se pasa a rondar el 20%) provoca muchas huelgas con reivindicaciones laborales, pero con trasfondo político lideradas por CCOO, UGT (Uníón General de Trabajadores) y USO (Uníón Sindical Obrera).
3.- La actitud de inmovilistas y el ejército. El ejército permanecía expectante, pero se opónía a la profundización democrática, sobre todo, a la legalización del PCE. El ejército constituyó, hasta 1982 con el golpe de Tejero y la llegada de los socialistas al poder, una “espada de Damocles” sobre el proceso democrático. El miedo a un Golpe de Estado estaba más que justificado, como se demostró posteriormente (23 de Febrero de 1981).
4.- La actitud de los nacionalismos. El nacionalismo tomó una actitud expectante. Por un lado catalanes, vascos y gallegos querían que se le reconociera sus «hechos diferenciales», y, por otro, también se generó en el resto de las regiones una demanda generalizada de autonomía para ellas también.
Sin embargo la voluntad democrática de la mayoría de la sociedad española, la actitud de los partidos de la oposición y la actuación del gobierno con tres decisiones como fueron la legalización del PCE, la convocatoria de elecciones generales y los Pactos de la Moncloa abrieron el camino de la Constitución de 1978, elemento final de la Transición y clave para la democracia actual.
LA LEGALIZACIÓN DEL PARTIDO COMUNISTA DE ESPAÑA
La serenidad del Partido Comunista ante las provocaciones de la ultraderecha le hizo ganar muchos enteros ante la sociedad española. Además Suárez necesitaba legalizarlo para que las elecciones fueran libres y democráticas. En estas circunstancias y aprovechando las vacaciones de Semana Santa, Suárez legalizó al PCE. Fraga calificó esta acción como Golpe de Estado (luego se retractó). El ejército la acató por disciplina, pero exprésó su descontento y el ministro de Marina dimitíó, sin que fuera posible sustituirle por ningún otro almirante. La legalización del PCE fue la primera decisión política de envergadura tomada desde la Guerra Civil contra el parecer mayoritario del ejército. El PCE, que ya había reaccionado de forma madura y moderada a los asesinatos de Atocha y a pesar de su carácter republicano, aceptó la monarquía de Juan Carlos I y la bandera bicolor.
LAS ELECCIONES DE Junio DE 1977
Se presentaron muchos partidos pero los básicos fueron:
Centro: Suárez lanzó una operación política creando una coalición de partidos de centro, la UCD (Uníón de Centro Democrático), integrada por democristianos, liberales, socialdemócratas y regionalistas. Suárez no exigíó, como Felipe González, la disolución de los grupos en un sólo partido.
Izquierda: El PSOE y el PCE eran los dos grandes partidos que rivalizaban por ocupar el espacio de izquierda. El PSOE (Partido Socialista Obrero Español) que había experimentado desde 1972 un gran proceso de renovación tomó la estrategia de no aceptar coaliciones y exigir la absorción bajo sus siglas, hecho que sería fundamental para su posterior éxito electoral (Ej. El Partido Socialista Popular de Tierno Galván). El PCE el partido mejor organizado y más activo durante la dictadura tendría en su contra su vinculación con la guerra y el exilio que presentaban sus dirigentes, también se presentó a las elecciones aunque tuvo que renunciar a su propuesta previa de gobierno provisional y referéndum entre monarquía o república.
Derecha: La derecha se presentó muy dividida, con varios grupos de ultraderecha. El partido más importante fue Alianza Popular. Fraga abandonó su primer proyecto centrista y preparó un partido que acogiera a los marginados del proyecto de Suárez; lo que se llamó el franquismo sociológico.
Nacionalistas: Surgieron, en las regiones periféricas de cultura y lengua propias, partidos políticos nacionalistas. En Cataluña el catalanismo centrista estuvo representado por Jordi Pujol y más a la izquierda Esquerra Republicana. En el País Vasco el PNV (Partido Nacionalista Vasco) y Euskadiko Eskerra eran las opciones de centro y de izquierda.
Celebradas las elecciones el 15 de Junio, ningún partido consiguió la mayoría absoluta. La UCD de Suárez ganó las elecciones con 166 escaños y detrás el PSOE con 118. El PCE con 20 escaños y AP con 16 sacaron peores resultados de los esperados. También es de destacar la presencia de los nacionalistas catalanes y vascos, con muy buenos resultados en sus circunscripciones. La condición de minoría mayoritaria de UCD obligaba a Suárez a buscar el consenso para las grandes cuestiones y para los pequeños asuntos pactar con uno u otro partido.
EL PRIMER GOBIERNO DE LA UCD DE Suárez: «POLÍTICA COMO CONSENSO»
Terminadas las elecciones se impuso una idea, borrar el pasado para permitir la reconciliación: fin del discurso de la guerra, amnistía y renuncia a la revancha. La amnistía, pedida por la izquierda y los nacionalistas terminó afectando a todo el franquismo. Los políticos, desde los «azules» a los «rojos» de antes, disfrutaron llegando a acuerdos e incluso con buenas relaciones hasta en el terreno personal.
Suárez formó gobierno y se propuso afrontar dos grandes retos; la lucha contra la crisis económica y la realización de una Constitución. Para lo primero se realizan los pactos de la Moncloa en el que el gobierno, la oposición, los sindicatos y los empresarios establecieron las líneas básicas para reformar y sanear la economía española. Se llega al acuerdo de la moderación salarial a cambio de realizar una profunda reforma fiscal y prestarle una atención especial al paro. El segundo tema se resuelve con el referéndum del 6 de Diciembre de 1978 sobre la Constitución española.
LA CONSTITUCIÓN DE 1978
EL PROCESO CONSTITUYENTE
La idea del gobierno de UCD era presentar un proyecto breve y elaborado en muy poco tiempo por expertos en derecho constitucional próximos a sus posiciones, pero ocurríó todo lo contrario, salíó un proyecto largo y dilatado en el tiempo debido a la actitud del PSOE y PCE, que deseaban constitucionalizar el mayor número posible de derechos y libertades.
Se creó una Comisión Constitucional que sería la encargada de elaborar el proyecto. Los integrantes de esta comisión conocidos como los «padres-redactores» fueron: por UCD Gabriel Cisneros, Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón y José Pedro Pérez Llorca, el socialista Gregorio Peces Barba, el aliancista Manuel Fraga, Miquel Roca por la Minoría Catalana y Jordi Solé Tura por el PCE. Quedaban excluidos los nacionalistas vascos que de este modo siempre han argumentado que ésta no era su Constitución.
Tras muchas polémicas la ponencia terminó su proyecto en Abril de 1978. El proyecto de Constitución es aprobado por las Cámaras en Octubre con la abstención del PNV y el voto en contra de 5 diputados de AP (Alianza Popular) y uno de Euskadiko Esquera.
El Referéndum se celebró el 6 de Diciembre de 1978. La nueva Constitución obtiene el voto de 2/3 de los españoles que podían votar, en el País Vasco la abstención fue importante, ya que el PNV la había aconsejado.
LA CONSTITUCIÓN DE 1978
La Constitución de 1978 es la novena del constitucionalismo español, pero presenta unas carácterísticas totalmente distintas a las anteriores por la palabra mágica y clave de la transición: el consenso. Un consenso admitido por el gobierno y la amplia mayoría de la oposición decidida a que el pasado no condicionara el presente. Además hay que tener en cuenta la coyuntura política, ya que no existía ningún partido con mayoría absoluta que pudiera imponer sus principios.
Esta constitución ha recibido el apelativo de APARTIDISTA al no responder a los intereses y a la ideología del partido en el gobierno; ECLÉCTICA al observar influencias de muchas constituciones, tanto españolas como extranjeras; MESIÁNICA en muchos aspectos con un cierto grado de grandilocuencia (se habla de momento histórico único); UTÓPICA (el derecho a la vivienda o el derecho al trabajo) y AMBIGÜA, ya que la Constitución ofrece muchas interpretaciones en aspectos básicos, dejaba abiertos para el futuro la posibilidad del desarrollo de determinados puntos por consenso.
Principios generales. Derechos y libertades.
Las instituciones del Estado definidas en la Constitución son:
La Monarquía se define como parlamentaria, moderada y arbitral, tiene menos papel que en otras constituciones y otras monarquías europeas. El Rey es el Jefe del Estado, símbolo de la unidad de España y su papel es arbitrar y moderar las instituciones y representar a España en el exterior.
Las Cortes Generales: se establece un modelo bicameral. Ostentan el poder legislativo y controlan la acción del gobierno. Nos encontramos ante un bicameralismo atenuado ya que la importancia del Senado es menor que la del Congreso, el Senado tendrá un carácter territorial, sin llegar al modelo federal.
El Gobierno. Ostenta el poder ejecutivo, nombrado por el Rey a propuesta de las Cortes.
El Poder Judicial. Goza de independencia con multitud de instancias (Supremo, Constitucional).