El Descubrimiento, Conquista y Colonización de América: La Monarquía Hispánica en los Siglos XV, XVI y XVII

El Descubrimiento de América

El descubrimiento de América en 1492 por Cristóbal Colón (Enlace a Wikipedia) fue uno de los hechos más importantes de la historia europea y condicionó la evolución política, social y económica de los siglos siguientes.

Es posible que durante la Edad Media llegasen algunas expediciones nórdicas a la costa de Norteamérica, pero, ya desde comienzos del siglo XV, portugueses y castellanos habían iniciado un intento de llegar a Oriente (las Indias), proveedor de especias y de productos de gran valor, mediante un camino alternativo a las rutas tradicionales del Mediterráneo oriental.

Las crecientes dificultades del Imperio Bizantino, que finalmente caería con la toma por los turcos de Constantinopla en 1453, forzaron a los europeos occidentales a buscar rutas alternativas a Asia.

Fruto de estas expediciones fue la conquista castellana de las islas Canarias, que comenzó en 1402 por la isla de Lanzarote y concluyó en 1496 con la conquista de Tenerife.

A finales del siglo XV

Parecía claro que los portugueses se habían adelantado a los castellanos en la conquista de la ruta de las especias y de los metales preciosos, gracias al dominio que ya ejercían sobre la costa occidental africana. En este momento, Cristóbal Colón, que había estado a las órdenes del rey de Portugal, ofreció a los Reyes Católicos el proyecto de llegar a las Indias siguiendo una ruta hacia el oeste en lugar de bordeando todo el continente africano. Para poner en práctica su proyecto, Colón partía de la idea de la esfericidad de la Tierra, cuestión controvertida en la época. Finalmente, por las Capitulaciones de Santa Fe (Enlace), los Reyes Católicos acordaron con Colón el inicio de la expedición.

El 3 de agosto de 1492 Colón inició su viaje saliendo del puerto de Palos de la Frontera en Huelva. La expedición (Enlace) de tres naves llegó a una pequeña isla de las Antillas el 12 de octubre.

Durante mucho tiempo Colón siguió creyendo que había llegado a Asia por la ruta occidental, pero en realidad se había encontrado con la existencia de un continente desconocido en Europa: América.

Tratado de Tordesillas (1494)

La partición de las zonas de expansión y navegación entre Castilla y Portugal se acordó por el Tratado de Tordesillas (1494) (Enlace). Un meridiano situado a 370 leguas de Cabo Verde separó las dos zonas de influencia: la occidental para Castilla y la oriental para Portugal. De esta manera la costa africana y el actual Brasil quedaron en manos portuguesas, y el resto de América en manos castellanas.

Conquista y colonización

Búsqueda de una nueva ruta hacia las Indias, y la expansión por el continente. La búsqueda de un paso hacia el oriente llevó un portugués, Fernando de Magallanes, a organizar una expedición, en la que alcanzó las islas de las especias. Tras una travesía terrible y llena de desgracias, incluida la muerte de Magallanes, su lugarteniente Juan Sebastián Elcano lograba regresar a Sevilla en 1522 con sólo 22 supervivientes, tras la primera vuelta al mundo.

Expediciones y Conquistas

Se desarrollan una serie de expediciones que extenderían la conquista del continente americano. Hernán Cortés, tras declararse independiente del gobernador de Cuba, se internó con 400 hombres hacia las tierras del imperio azteca, que ocupaba buena parte del actual estado de México. En 1535 se convirtió en el virreinato de Nueva España con capital en México. La otra gran conquista del período es la de Perú. Francisco Pizarro iniciaría la conquista. Tras la toma de la capital, Cuzco, fundó Lima, que se convirtió en la capital del virreinato de Perú.

Imperio Azteca e Inca

Los imperios azteca e inca constituían civilizaciones avanzadas y sólidas. Eran sociedades agrarias, con capitales densamente pobladas y una sociedad muy jerarquizada. Su cultura era refinada y compleja. Sin embargo ambos imperios se derrumbaron en un tiempo muy breve, sin ofrecer casi resistencia. Las causas de este derrumbe son diversas: las disputas internas, muchos pueblos sometidos estaban enfrentados a los aztecas. Por otro lado los aztecas e incas interpretaron la llegada de los españoles, como apariciones terroríficas de los dioses.

Colonización y sus Consecuencias

Los colonos eran marinos, campesinos sin tierras y artesanos. El crecimiento de la población castellana y el fin de las guerras en la península promovieron el viaje a las nuevas tierras. Los conquistadores se dedicaron a extraer la mayor cantidad de oro posible. Eso fue llamado el ciclo de oro. En el continente los colonos se adueñaron de la tierra y obligaron a los indios a trabajarla mediante el sistema de encomiendas. El impacto sobre la población indígena fue brutal. La introducción de enfermedades europeas, y la imposición en el trabajo en minas, trajeron consigo una hecatombe demográfica.

Justos Títulos y Evangelización

Se conoce como «justos títulos» a los supuestos derechos que tenían los castellanos para colonizar en el nuevo continente y para someter a los indígenas. Desde el principio se reivindicó el monopolio y la exclusión de otras naciones europeas. Apareció la piratería. El debate sobre el derecho de someter a los indios se vinculó desde el principio con la obligación de evangelizar. Las leyes de Burgos de 1512 proclamaron la libertad y los derechos de los indios a una vivienda y a un salario justo, pero también el derecho de conquista y obligación de evangelizarles. Juan Ginés de Sepúlveda, que subrayaba la incapacidad de los indios para autogobernarse. Bartolomé de las Casas, escribió varias obras dedicadas a denunciar los abusos a los que se sometía a los indígenas.

El gobierno y la administración de América

Según avanzaba la conquista, los españoles fueron creando ciudades habitadas por colonos y desarrollando una administración (Enlace). En las ciudades se creó un Cabildo (Enlace) (municipio), con un concejo (asamblea de los colonos) gobernado por un Alcalde Mayor.

Desde 1502, la Corona fue estableciendo Gobernadores, que desde las Antillas fueron enviando las expediciones de conquista al continente.

Consejo de Indias (1524)

En 1524, se estableció en la Corte el Consejo de Indias (Enlace), encargado de todos los asuntos referidos a América.

Virreinatos y Autoridades

Una vez concluida la conquista, América se dividió en dos grandes virreinatos (Enlace): Nueva España (México) y Perú.

Los Virreyes (Enlace) fueron la máxima autoridad en las Indias (designados entre los miembros de la gran nobleza o de la familia real). Su actuación estuvo sometida a inspección periódica, las visitas, aunque en la práctica gozaron de una enorme autonomía, propiciada por la enorme distancia entre España y América y los largos períodos sin comunicación.

Por debajo de los virreyes estaban las Reales Audiencias (Enlace), órgano administrativo y tribunal de justicia con jurisdicción sobre los distritos en los que se dividían los virreinatos.

Impacto de América en España

Hasta 1492, el mundo conocido por los europeos se limitaba a Europa, próximo oriente, costa africana mediterránea y del Atlántico al norte del golfo de Guinea y las costas asiáticas. El viaje de Magallanes y Elcano demostró definitivamente la esfericidad de la tierra. Los descubrimientos modificaron también profundamente dos campos científicos: la cartografía y la navegación. Los viajes americanos también permitieron desarrollar importantes avances en navegación.

Emigración y Economía

La emigración a América fue un fenómeno relativamente escaso. La presión demográfica en la península era escasa, y la corona había restringido la emigración de ciertos colectivos, como musulmanes, conversos, gitanos, condenados por la inquisición o delincuentes. Los productos de origen colonial apenas repercutieron en la población peninsular. Sólo las clases dirigentes consumieron productos como el cacao o el tabaco. Mucho mayor fue la repercusión de la plata, que condicionó de forma considerable la economía peninsular y europea. El efecto fue una revolución de los precios. Por otro lado, como la plata fue usada en su mayor parte para costear las guerras europeas, no produjo un efecto beneficioso en la economía castellana. La sociedad castellana adoptó ante América, una mentalidad típicamente colonial.

El Imperio de Carlos V: Conflictos internos. Comunidades y Germanías

Al morir su abuelo materno, Fernando, en 1516, Carlos de Habsburgo (Enlace), que ya había heredado (Enlace) los territorios de Borgoña de su abuela paterna, se hizo coronar Rey de Castilla y Aragón e inició viaje a la península. El nuevo monarca no conocía el castellano y vino acompañado de consejeros flamencos que ocuparon los más importantes puestos en la Corte y la Iglesia.

Una vez coronado, Carlos I convocó Cortes para que votaran nuevos impuestos. La reacción fue inmediata en Castilla, las protestas le recordaban al rey su obligación de residir en el reino y de respetar las leyes del reino. Similares protestas surgirán en Aragón ante la demanda de nuevos impuestos.

Las Comunidades de Castilla

Descontento creciente devino en la sublevación de las Comunidades de Castilla, o de los Comuneros. La mayor parte de las ciudades de la zona central del reino (Segovia, Toledo, Salamanca…) se revelaron contra la autoridad del monarca.

Causas de la Rebelión

  • Aristocracia castellana veía como una humillación que el rey hubiera entregado la administración del reino a consejeros flamencos y hubiera dejado a Adriano de Utrecht como gobernador del reino en su ausencia.
  • Carlos había empleado el dinero de los nuevos impuestos en conseguir la elección como Emperador alemán
  • Carlos había desdeñado el requerimiento de que aprendiera castellano y respetara las leyes del reino
  • La burguesía urbana temía que se volviera a la tradicional política de exportar la lana en bruto a Flandes lo que iría en detrimento de la artesanía textil castellana

Desarrollo de la Rebelión

Al salir Carlos de Castilla, la revuelta estalló en Toledo y pronto se extendió a otras ciudades. Las autoridades reales fueron depuestas y sustituidas por nuevos regidores comuneros.

Tras el incendio de Medina del Campo por las tropas del rey, la insurrección se generalizó

Los Comuneros crearon la Santa Junta en Tordesillas, gobierno rebelde, que exigió la retirada de los impuestos (servicios) aprobados en Cortes, el respeto a las leyes del reino y la marcha de los consejeros flamencos.

Los Comuneros intentaron sin éxito convencer a doña Juana, recluida en un castillo de Tordesillas, a que se pusiera al frente de la rebelión y apoyara a las Comunidades.

La rebelión propició el desorden social y hubo rebeliones antiseñoriales en algunas zonas. La nobleza empezó a alejarse de los comuneros.

Derrota de los Comuneros

Las disensiones internas y la radicalización antiseñorial del movimiento debilitó a los Comunidades. Tras la derrota de las tropas comuneras en Villalar en 1521, todas las ciudades abandonaron el movimiento, excepto Toledo que fue finalmente dominado en 1522. Los dirigentes comuneros Padilla, Bravo y Maldonado (Enlace a Wikipedia) fueron ejecutados. La derrota comunera significa el inicio del absolutismo en Castilla y el reforzamiento del poder del rey.

Las Germanías

Las causas del movimiento las encontramos en la crisis económica y las epidemias que se abatieron sobre el reino de Valencia, a lo que se vino a unir el descontento social entre los artesanos y los pequeños comerciantes enfrentados con la oligarquía urbana (grandes comerciantes) y la nobleza.

La rebelión de las clases populares, la Germanía, se inició en la ciudad de Valencia en 1520 aprovechando que la nobleza había huido de la ciudad por la peste. Pronto la revuelta se extendió hacia el sur del reino.

Los agermanats también atacaron a los moriscos, a los que, además del odio religioso, acusaban de ser sumisos a la nobleza y a la Corona.

Aunque Carlos V reaccionó lentamente, Valencia no era tan importante como Castilla para el poder en sus reinos, finalmente ordenó al Virrey que reprimiera el conflicto. El conflicto degeneró en un enfrentamiento directo entre agermanats y la nobleza valenciana. Finalmente la rebelión fue reprimida en 1522.

Hubo otra Germanía en Baleares que fue fácilmente sofocada.

La monarquía hispánica de Felipe II

Felipe II (Enlace a Wikipedia) fue hijo del emperador Carlos V y de Isabel de Portugal. Desde muy joven fue preparado para desempeñar su cargo de rey.

Tras la abdicación de Carlos I en 1556 gobernó el imperio integrado por los reinos y territorios de Castilla, Aragón, Navarra, el Franco-Condado, los Países Bajos, Sicilia, Cerdeña, Milán, Nápoles, Orán, Túnez, (Enlace) toda la América descubierta y Filipinas. A estos vastos territorios se le unió Portugal y su imperio (Enlace) afroasiático en 1580. Con Felipe II (1556-1598) la hegemonía española (Enlace) llega a su apogeo.

Carlos I había cedido en su abdicación a su hermano Fernando el Imperio Alemán y las posesiones de los Habsburgo (Enlace a Wikipedia) en Austria. En adelante, dos ramas de la misma dinastía gobernarán en Madrid y Viena.

Felipe II y la Corte

Tras viajar por Italia, los Países Bajos, Felipe II se asentó en la nueva capital (Enlace), Madrid, desde donde gobernó con plena dedicación su enorme imperio. A diferencia de lo que ocurrió con su padre Carlos I, con Felipe II el centro de gravedad del Imperio se asentó en la península, especialmente en Castilla.

Problemas Internos

Los principales problemas internos del reinado de Felipe II fueron la muerte en 1568 del príncipe heredero Carlos, que había sido arrestado debido a sus contactos con los miembros de una presunta conjura sucesoria promovida por parte de la nobleza contra Felipe y la poderosa figura de su secretario Antonio Pérez, quien finalmente fue destituido y acusado de corrupción. Huyó del país y se convirtió en un activo propagandista contra Felipe II. Apoyado por los enemigos exteriores del rey, fue un elemento clave en la formación de la «Leyenda Negra» (Enlace).

Matrimonios y Política Exterior

Sus sucesivos matrimonios fueron parte importante de su política exterior. Se casó por con María de Portugal en 1543 y, tras su muerte, con María I Tudor (Enlace a Wikipedia), reina de Inglaterra, en 1554. La pronta muerte de la reina que trajo de volver al catolicismo en la isla, llevó a que Felipe se casara con la francesa Isabel de Valois en 1559. Al quedarse nuevamente viudo y sin herederos varones, se casó por cuarta vez, en 1570, con su sobrina Ana de Austria, madre del sucesor al trono español, Felipe III.

Conflictos Religiosos y Territoriales

La idea de la unidad religiosa marcó la política de Felipe II. No dudó en intervernir ante la amenaza de las incursiones berberiscas y turcas en las costas mediterráneas. Felipe II obtuvo una gran victoria, aunque no la definitiva, en la batalla de Lepanto en 1571. En el interior peninsular el monarca reprimió duramente las sublevaciones moriscas como, por ejemplo, en las Alpujarras granadinas.

En Europa se enfrentó con Francia por el control de Italia (Nápoles y el Milanesado). La paz en Cateau-Cambrésis en 1559 fue favorable a los intereses españoles en la península italiana.

Tras la muerte de su esposa María Tudor, las relaciones se hicieron cada vez más hostiles con Inglaterra, que apoyaba a los rebeldes protestantes en los Países Bajos. El intento de invadir la isla en 1588 con la Armada Invencible (Enlace) acabó con un gran fracaso que inició el declive del poder naval español en el Atlántico.

Felipe II no pudo acabar tampoco con el conflicto político (mayor autonomía) y religioso (revuelta calvinista) generado en los Países Bajos. Ninguno de los sucesivos gobernadores pudieron impedir que la rebelión se asentara y llevara finalmente en el siglo XVII a la independencia de las Provincias Unidas (Enlace) (actuales Países Bajos)

Anexión de Portugal

Uno de sus mayores triunfos fue conseguir la unidad ibérica con la anexión de Portugal y sus dominios (Enlace), al hacer valer sus derechos sucesorios en 1581 en las Cortes de Tomar, tras morir sin descendencia el rey portugués Sebastián.

La unidad ibérica

En 1578 moría el rey Sebastián I de Portugal en la batalla de Alcazarquivir. El rey carecía de descendencia y varios candidatos aspiraban al trono que detentaba la dinastía Aviz.

Felipe II (Enlace a Wikipedia), rey de España y tío del fallecido y descendiente directo del rey Manuel I de Portugal (Enlace a Wikipedia) por línea directa, reclamó sus derechos al trono.

Parte importante de la nobleza y los grandes comerciantes portugueses favorecía la pretensión española. La unión ibérica podía traer importantes beneficios políticos y económicos. Las clases populares portuguesas, sin embargo, no veían con buenos ojos la anexión a España.

Finalmente, Felipe II decidió la invasión de Portugal que encargó al Duque de Alba. Las tropas castellanas llegaron a Lisboa sin encontrar apenas resistencia.

Anexión y Consecuencias

Finalmente las Cortes portuguesas reunidas en Tomar proclamaron rey a Felipe II en 1581 (Enlace a Wikipedia). El que sería conocido como Felipe I de Portugal permaneció tres años en Lisboa.

Para conseguir la anexión (Enlace), Felipe se comprometió a mantener y respetar los fueros, costumbres y privilegios de los portugueses. También se comprometió a mantener en sus cargos a todos los funcionarios de la administración central y local. También se comprometió a mantener a todos los efectivos de las guarniciones y armadas que controlaban el imperio portugués.

Se creó un Consejo de Portugal y se suprimieron las aduanas con Castilla.

La anexión significó la unión de dos enormes imperios. Las posesiones portuguesas en Brasil, África y Asia pasaron al Imperio de Felipe II. Un imperio en donde nunca se ponía el sol.

La España del siglo XVI: El modelo político de los Austrias

Los Habsburgo o Austrias (Enlace a Wikipedia) continuaron y desarrollaron la organización política heredada de los Reyes Católicos. Procuraron rodearse de letrados, funcionarios expertos en leyes que no pertenecía a la alta nobleza. De esta manera, apartaron a la aristocracia del poder de la Corte, permitiendo que el poder político quedara centralizado en las manos de los monarcas.

La alta nobleza siguió jugando un papel muy importante, detentaba los altos cargos del ejército, de la marina y de la diplomacia, pero siempre subordinada a la corona.

Castilla como Centro del Imperio

Castilla se convirtió en el centro del Imperio. Esto ocurrió en mayor medida con Felipe II que con su padre, Carlos V. En los demás reinos y posesiones se establecieron Virreyes (Aragón, Indias, Italia) o Gobernadores (Países Bajos, Milán). Estos cargos fueron ejercidos por altos nobles o miembros de la familia real.

Consejos y Secretarios

El Rey estaba asesorado por los Consejos (sistema polisinodial) (Enlace). Estos podían ser sectoriales (Hacienda…) o territoriales (Castilla (Enlace), Aragón, Indias, Italia…). Estaban formados por letrados, nobles y alto clero y tenían un carácter meramente consultivo. El Rey tenía la última palabra.

Carlos V y Felipe II despacharon los asuntos cotidianamente con consejeros de su máxima confianza, los Secretarios, que hacían de intermediarios entre el rey y los Consejos. Algunos, como Antonio Pérez con Felipe II, alcanzaron una gran influencia.

Administración Territorial y Justicia

La administración territorial mantuvo la estructura heredada de los Reyes Católicos. Los Corregidores, designados por la corona, tenían el control de las ciudades. Otros cargos de la burocracia eran los Contadores y recaudadores de impuestos, y los Alguaciles que hacían funciones de policía.

Las Chancillerías y las Audiencias se encargaron de la administración de justicia.

Madrid como Capital

En 1561 (Enlace), Felipe II fijó la capital en Madrid. Diversos factores explican esta decisión: La situación central de la ciudad en la península o las ventajas ambientales (agua, caza…). Esta decisión provocó el rápido crecimiento de la Villa y Corte, a la vez que la decadencia de ciudades como Valladolid o Toledo, que eran anteriormente frecuentemente la sede de la Corte.

Economía y sociedad en la España del siglo XVI

A lo largo del siglo XVI el crecimiento demográfico fue general. Se produjo un cambio en la distribución: las ciudades del norte de Castilla entraron en cierta decadencia, al hundirse la exportación de lana y los negocios financieros tras la rebelión de Flandes. Mientras las ciudades del sur y de la costa continuaron su crecimiento, gracias al comercio con América. Se calcula, por último, que apenas unos 150.000 castellanos optaron por emigrar a América.

Crecimiento Económico y Revolución de los Precios

El crecimiento de la población se debió en parte al desarrollo económico que se produjo a lo largo de los primeros 2/3 del siglo. Experimentaron un auge importante en todos los sectores económicos, y especialmente los relacionados con las ciudades. La razón más importante estaba en el crecimiento de la población, que hizo aumentar la demanda. Pero también en la colonización de América. Otro factor importante fue la revolución de los precios. Desde el inicio del siglo, se produjo en toda Europa un fenómeno nuevo, un alza de precios continúa y sostenida, de una intensidad que nunca se había visto. Fundamentalmente la inflación se debía a la llegada de metales preciosos procedentes de América. Los metales preciosos servían para dinamizar la economía europea.

Crisis Económica y Guerras Europeas

A partir de mediados del siglo comenzaron a aparecer los síntomas de una crisis. Además, en toda Castilla, los salarios comenzaron a subir, porque faltaba mano de obra: eso recortó los beneficios, y muchos castellanos prefirieron invertir su dinero en comprar deuda del estado o en vivir de las rentas acumuladas. Pero la principal causa de la crisis fue el enorme desgaste económico que supusieron las guerras europeas para Castilla. La corona mantuvo una presión fiscal creciente, aumentando los impuestos de forma continua. Pronto recurrió a pedir préstamos. Con Felipe II no mejoró la situación. Heredó una hacienda exhausta, y a lo largo del reinado recurrió por tres veces a declarar la bancarrota, lo que no hizo sino aumentar sus dificultades para obtener préstamos. Lentamente, toda la riqueza de Castilla, y en menor medida de los otros reinos, se fue diluyendo. Muchos optaron por emigrar a América o enrolarse en los tercios.

Los austrias del siglo XVII. Gobierno de validos y conflictos internos.

La principal innovación en el funcionamiento del sistema político de la monarquía española en el siglo XVII fueron los validos (Enlace). Los validos son personajes, miembros de la aristocracia, en los que el rey depositaba su total confianza. El monarca se desentendía de las labores de gobierno y el valido tomaba las principales decisiones.

Aparición de los Validos

Dos razones explican su aparición: las labores de gobierno eran cada vez más complejas y los monarcas españoles del siglo XVII, los Austrias Menores (Enlace), no destacaron por su espíritu laboriosos.

No fueron un fenómeno exclusivamente español. Figuras similares aparecieron en otras monarquías europeas. Los mejores ejemplos fueron Mazarino (Enlace a Wikipedia) o Richelieu (Enlace a Wikipedia) en Francia.

Gobierno de los Validos

Los validos gobernaron al margen del sistema institucional de la monarquía, al margen de los Consejos. En su lugar, como órganos de asesoramiento, crearon Juntas reducidas compuestas por sus propios partidarios.

El nuevo sistema significó un aumento de la corrupción. Los validos aprovecharon su poder para conseguir cargos, pensiones y mercedes para sus familiares y partidarios, lo que provocó críticas generalizadas por parte, sobre todo, de los letrados que formaban los Consejos y los miembros de la aristocracia que no gozaban del favor del valido.

Validos de los Reyes

  • Validos de Felipe III (Enlace): Duque de Lerma (Enlace a Wikipedia) y Duque de Uceda.
  • Validos de Felipe IV (Enlace a Wikipedia): Conde-Duque de Olivares (Enlace) y Luis de Haro.
  • Validos de Carlos II (Enlace): Padre Nithard, Fernando Valenzuela, durante la Regencia de Mariana de Austria (1665-1675), Duque de Medinaceli y Conde de Oropesa (Carlos II).

Venta de Cargos

Otro fenómeno que se generalizó en la administración española del siglo XVII fue la venta de cargos. Lo inició en épocas anteriores la Corona como medio para obtener dinero rápido. Su uso se extendió con Felipe III.

En principio, se pusieron en venta cargos de regidores en las ciudades, escribanías y otros oficios menores. Sin embargo, se llegaron a vender puestos en los Consejos.

Estos cargos se convirtieron en hereditarios, lo que en la práctica significó que la Corona cedía parte de su poder a los que detentaban los cargos. Pese a los muchas protestas que hubo, esta costumbre se mantuvo durante todo el siglo XVII.

Los conflictos internos


Los Reyes Católicos habían construido el nuevo estado que se había estructurado como un conjunto de reinos unidos por tener los mismos monarcas pero que mantuvieron sus propias leyes e instituciones. Desde el siglo XVI se manifestaron conflictos entre una tendencia centralizadora, que trataba de homogeneizar los territorios de la Corona siguiendo el modelo de reino más poderoso, Castilla, y una tendencia descentralizadora que buscaba el mantenimiento de las las leyes (fueros) e instituciones particulares de cada territorio.
A estas tensiones de tipo político se les vino a unir en el siglo XVII las derivadas de la dura crisis económica y social que sufrió la monarquía hispánica.

Felipe III http://www.cervantesvirtual.com/historia/monarquia/felipe3.shtml> continuó la política de intolerancia religiosa: en 1609 decretó la expulsión de los moriscos http://faculty.washington.edu/petersen/462/moriscos1609.htm>. Esta medida afectó especialmente a los reinos de Aragón y Valencia y provocó el despoblamiento de determinadas zonas y falta de mano de obra agrícola.

El valido de Felipe IV, el Conde-Duque de Olivares , trató de que los demás reinos peninsulares colaboraran al mismo nivel que Castilla en el esfuerzo bélico que agobiaba a una monarquía con graves dificultades financieras. España participaba en esos momentos en la guerra de los Treinta Años. Este proyecto de Olivares, conocido como la Unión de Armas http://latindex.com/cultura/FelipeIV/fel-cap2-h.htm> desencadenó la crisis más grave del siglo XVII, la crisis de 1640.

La negativa a colaborar de las Cortes Catalanas http://latindex.com/cultura/FelipeIV/fel-cap2-h.htm>(1626 y 1632) no impidió que Olivares decidiera llevar tropas para luchar contra Francia a través del Principado. Muy pronto los roces de las tropas castellanas e italianas con el campesinado alentó el descontento que terminó por estallar en el Levantamiento del Corpus de Sangre, el 7 de junio de 1640.
La muerte del Virrey fue solo el inicio de una guerra de Cataluña entre los rebeldes catalanes, dirigidos por la Generalitat con el apoyo de Luis XIII de Francia y las tropas de Felipe IV. La guerra civil concluyó cuando Barcelona fue recuperada por las tropas españolas en 1652.
Animadas por la rebelión catalana, los estamentos dirigentes portugueses se lanzaron a la rebelión. Las Cortes portuguesas proclamaron rey al duque de Braganza. Los rebeldes fueron apoyados por Francia e Inglaterra, potencias interesadas en debilitar a España. Finalmente, Mariana de Austria, Madre-regente de Carlos II, acabó reconociendo la independencia de Portugal en 1668. http://www.mgar.net/var/ind_port.htm>
En plena crisis de la monarquía, hubo levantamientos de tinte separatista en Andalucía, Aragón y Nápoles.
Pese a ser aplastadas todas las rebeliones, excepto la portuguesa, Felipe IV mantuvo los fueros de los diversos reinos.
9.2 La crisis de 1640
El enorme esfuerzo militar que para la Monarquía suponía las continuas guerras europeas (Guerra de los Treinta Años había comenzado en 1618 y las hostilidades con los rebeldes holandeses se habían reanudado) y la demanda de sacrificios a los reinos que componían la Corona realizada por la Unión de Armas http://latindex.com/cultura/FelipeIV/fel-cap2-h.htm> propuesta por el Conde-Duque de Olivares en 1632 precipitaron la crisis de 1640 con dos escenarios principales: Cataluña y Portugal.

El fracaso de Olivares para que las instituciones catalanas aceptaran la Unión de Armas http://latindex.com/cultura/FelipeIV/fel-cap2-h.htm> no le impidió mandar tropas al Principado al estallar la guerra con Francia. La presencia de tropas castellanas precipitó el estallido de revueltas entre el campesinado catalán. Finalmente el día del Corpus Christi de 1640, grupos de campesinos atacaron Barcelona, asesinaron al virrey y precipitaron la huída de las autoridades.

Asesinado el lugarteniente del rey, representante de las instituciones de la monarquía, la Generalitat presidida por Pau Clarís se puso al frente de la rebelión. Ante el avance de tropas castellanas, los rebeldes aceptaron la soberanía de Francia. Un ejército galo entró en Cataluña y derrotó a las tropas castellanas en Montjüic. El Rosellón y Lérida eran conquistadas en 1642. El dominio de la Francia de Luis XIII y Richelieu acabó con la reconquista del Principado y la caída de Barcelona en 1652. Sin embargo, la Corona Española perdió el Rosellón y la Cerdaña en la Paz de los Pirineos en 1659.

Aprovechando la crisis catalana, en diciembre de 1640 se inició la rebelión en Portugal.
La falta de ayuda castellana ante los ataques holandeses contra las posesiones portuguesas en Asia y la presencia de castellanos en el gobierno del reino provocó que las clases dirigentes lusas dejaran de ver ventajas en su unión a la Corona española. La rebelión, organizada en torno a la dinastía de los Braganza, se extendió rápidamente.

El apoyo de Francia e Inglaterra, ansiosas de debilitar a España, llevó a que finalmente, Mariana de Austria (madre-regente de Carlos II) acabara reconociendo la independencia de Portugal en 1668. http://www.mgar.net/var/ind_port.htm>

También hubo levantamientos de tinte separatista en Andalucía, Aragón y Nápoles.

Pese a ser aplastados todos los movimientos, excepto el portugués, Felipe IV mantuvo los fueros de los diversos reinos.
9.3 El ocaso del imperio español en Europa
El siglo XVII fue testigo de la aparición y consolidación de un nuevo orden internacional en Europa. Las guerras fueron una constante del que ha sido denominado Siglo de hierro. La cruel Guerra de los Treinta Años http://webs.ono.com/usr029/MarkusWaldstein/page2.html> (1618-1648) y, ligada a la anterior, la Guerra Franco-Española que culminó en 1659 son buen ejemplo de ello.
La Paz de Westfalia de 1648 puso fin a la Guerra de los Treinta Años . Este tratado significó el triunfo de una Europa horizontal, basada en monarquías independientes y en la búsqueda del equilibrio diplomático y militar, y la derrota de la idea de una Europa vertical , en la que los reinos estarían subordinados al Emperador y al Papa.
Más que esto, La Paz de Westfalia supuso el fin de la hegemonía de los Habsburgo (Austrias) en sus dos ramas, la de Madrid y la de Viena, en Europa.

El reinado Felipe III http://www.cervantesvirtual.com/historia/monarquia/felipe3.shtml> (1598-1621) fue un reinado pacífico. Agotada España y sus enemigos tras las continuas guerras del siglo anterior, se paralizaron los conflictos con Francia, Inglaterra y los rebeldes holandeses, con los que se firmó la Tregua de los Doce Años.

Con Felipe IV (1621-1665) y su valido, el Conde-Duque de Olivares, España volvió a implicarse en los grandes conflictos europeos. La monarquía española participó en la Guerra de los Treinta Años (1618-1648), apoyando a los Habsburgo de Viena (Emperador del Imperio Germánico) y a los príncipes católicos alemanes. El fin de la Tregua de los Doce Años (1609-1621) añadió un nuevo frente al conflicto.
El conflicto se inició con victorias de los Habsburgo, como la toma de Breda a los holandeses y las victorias de Nordlingen y la Montaña Blanca en el conflicto germánico. Pronto cambió el signo del conflicto y las derrotas se repitieron, como en Rocroi ante Francia, mientras que franceses e ingleses atacaban las posesiones americanas. La impotencia de los Habsburgo llevó finalmente al Tratado de Westfalia (1648) http://iris.cnice.mec.es/kairos/mediateca/cartoteca/pagsmapas/westfalia.html> por el que se ponía fin a la Guerra de los Treinta Años y en el que España reconoció la independencia de Holanda.

La Paz de Westfalia no marcó el fin de las hostilidades. La guerra continuó hasta 1659 contra Francia. Finalmente en la Paz de los Pirineos (1659), Felipe IV aceptó importantes cesiones territoriales http://iris.cnice.mec.es/kairos/mediateca/cartoteca/pagsmapas/westfalia.html>, Rosellón y Cerdaña, Artois… en beneficio de la Francia de Luis XIII.

La débil monarquía de Carlos II http://www.cervantesvirtual.com/historia/monarquia/carlos2.shtml>(1665-1700) fue incapaz de frenar al expansionismo francés de Luis XIV, España cedió diversos territorios europeos en las Paces de Nimega, Aquisgrán y Ryswick. Su muerte sin descendencia provocó la Guerra de Sucesión (1701-1713) al trono español en la que al conflicto interno se superpondrá un conflicto europeo general. La Paz de Utrecht en 1713 significó el fin del imperio español en Europa.
9.4 Evolucion económica y social
El siglo XVII fue un siglo de crisis económica en Europa en general, en el Mediterráneo en particular, y, muy especialmente, en la Península Ibérica. En la Corona española la crisis fue más temprana y más profunda que en el resto de Europa.
Ya en la primera mitad del siglo aparecen serios problemas demográficos. Cruentas epidemias, entre las que destacan las de peste, se repitieron periódicamente, coincidiendo con épocas de carestía y hambre. Un ejemplo: Sevilla perdió 60.000 habitantes en la peste de 1647. Otros factores coadyuvaron a la crisis demográfica: la expulsión de los moriscos en 1609 supuso la pérdida del tres por ciento de la población del reino, siendo especialmente grave en Valencia y Aragón; las frecuentes guerras exteriores y el incremento de los miembros del clero que redundó en descenso de la tasa de natalidad. La crisis golpeó con más fuerza a Castilla que a los reinos periféricos.

En la segunda mitad del siglo, la crisis continuó y se agudizó. A la decadencia de la agricultura, agravada por la expulsión de los moriscos, se le unió la de la ganadería lanar, que encontró graves dificultades para la exportación, y la de la industria, incapaz de competir con las producciones extranjeras.
El comercio también entró en una fase recesiva. La competencia francesa en el Mediterráneo y la competencia inglesa y holandesa en el Atlántico, agravaron una coyuntura marcada por el creciente autoabastecimiento de las Indias y el agotamiento de las minas americanas. Consecuencia de la crisis comercial fue la disminución de la circulación monetaria.
La situación fue empeorada por la incorrecta política económica de los gobiernos de la Corona, que agravaron más que solucionaron los problemas: envilecimiento de la moneda (menos plata en su contenido), devaluación monetaria, aumento impositivo…

En este marco de crisis económica, la sociedad estamental española vivió un proceso de polarización marcada por el empobrecimiento de un campesinado que constituía la mayor parte de la población, la debilidad de la burguesía y las clases medias, y el crecimiento numérico de los grupos sociales improductivos como la nobleza y el clero en un extremo y los marginados: pícaros, vagos y mendigos en otro.
La mentalidad social imperante, marcada por el desprecio al trabajo agravó la crisis social y económica. El hidalgo ocioso y el pícaro se convirtieron en arquetipos sociales de las España del Barroco.
9.5 Esplendor cultural. El siglo de oro
La sociedad española siguió marcada por los valores aristocráticos y religiosos de la mentalidad colectiva en la centuria anterior.

Así, valores típicamente nobiliares como el honor y la dignidad fueron reivindicados por todos los grupos sociales. Un ejemplo de esta mentalidad fueron los duelos, costumbre generalizada que a veces tenía lugar por las ofensas más nimias. Cualquier atentado al honor de un noble llevaba inmediatamente a dirimir la cuestión mediante la espada. Hubo que esperar al siglo XVIII para que se prohibieran legalmente los duelos.

Unido a lo anterior se extendió el rechazo a los trabajos manuales, considerados viles, es decir, que manchaban el honor y la dignidad de aquel quien los ejercía.

Esta mentalidad se apoyaba en los múltiples privilegios que detentaba la nobleza (exención de pagar impuestos directos, no poder ser encarcelados por deudas, no ser torturados, ser enviados a prisiones especiales…
Los privilegios llegaban hasta el cadalso: los nobles no podían ser ahorcados y tenían el privilegio de morir decapitados.

Esta mentalidad llevó a que, exceptuando ciudades mercantiles como Cádiz o Barcelona, no se pueda hablar de la existencia de una burguesía (mercaderes, fabricantes) con mentalidad empresarial que promoviese el desarrollo económico, tal como estaba ocurriendo en Inglaterra, Holanda…

Las gentes con medios económicos, en vez de hacer inversiones productivas en la agricultura, el comercio o la artesanía, tendieron a buscar el medio de ennoblecerse, adquirir tierras y vivir a la manera noble.
Toda esta mentalidad debe enmarcarse en un contexto de pesimismo y de conciencia de la decadencia del país.

En lo referente a la cultura, España vivió una época de auge sin precedente. Iniciado el siglo con la figura de Cervantes (1547-1616) y su «Quijote» (1605 y 1614), las letras hispanas brillaron con figuras como Quevedo, Lope de Vega o Góngora.

La pintura española del Barroco es una de los momentos claves de la historia de la pintura mundial. Los nombres de Zurbarán, Velázquez, Alonso Cano, Ribera o Murillo muestran el momento de apogeo del arte barroco español.
10.1 La guerra de Sucesión y el sistema de Utrecht
Guerra de Sucesión (1701-1713)

Carlos II, que había muerto sin descendencia, nombró sucesor a Felipe de Anjou http://www.cervantesvirtual.com/historia/monarquia/felipe5.shtml> , nieto de Luis XIV de Francia y bisnieto de Felipe IV, quien fue coronado con el título de Felipe V http://www.cervantesvirtual.com/historia/monarquia/felipe5.shtml>. Acababa así la dinastía de los Habsburgo y llegaba al trono español la dinastía de los Borbones http://iris.cnice.mec.es/kairos/ensenanzas/bachillerato/espana/sigloXIII_01_00.html>.

Muy pronto, sin embargo, se formó un bando dentro y fuera de España que no aceptaba al nuevo rey y apoyaba al pretendiente el Archiduque Carlos de Habsburgo . La guerra civil y europea http://images.encarta.msn.com/xrefmedia/eencmed/targets/maps/mhi/T062604A.gif> estalló.
El conflicto tenía una doble perspectiva:

El ascenso al trono español de Felipe V http://www.cervantesvirtual.com/historia/monarquia/felipe5.shtml> representaba la hegemonía francesa y la temida unión de España y Francia bajo un mismo monarca. Este peligro llevó a Inglaterra y Holanda a apoyar al candidato austriaco, que, por supuesto, era sustentado por los Habsburgo de Viena. Las diversas potencias europeas se posicionaron ante el conflicto sucesorio español.
Por otro lado, Felipe V http://www.cervantesvirtual.com/historia/monarquia/felipe5.shtml> representaba el modelo centralista francés, apoyado en la Corona de Castilla, mientras que Carlos de Habsburgo personificaba el modelo foralista, apoyado en la Corona de Aragón y, especialmente, en Cataluña.

La guerra terminó con el triunfo de Felipe V http://www.cervantesvirtual.com/historia/monarquia/felipe5.shtml>. Junto a las victorias militares de Almansa, Briguega y Villaviciosa, un acontecimiento internacional fue clave para entender el desenlace del conflicto: Carlos de Habsburgo heredó en 1711 el Imperio alemán y se desinteresó de su aspiración a reinar en España. Sus aliadas, Inglaterra y Holanda, pasaron en ese momento a ver con prevención la posible unión de España y Austria bajo un mismo monarca.
El Tratado de Utrecht

La guerra concluyó con la firma del Tratado de Utrecht http://www.sabuco.com/historia/images/Trtado%20de%20Utrecht.jpg> en 1713. El tratado estipuló lo siguiente:
·Felipe V era reconocido por las potencias europeas como Rey de España pero renunciaba a cualquier posible derecho a la corona francesa.
·Los Países Bajos españoles http://www.rootsweb.com/%7Ewggerman/map/images/treatyofutrecht.jpg> y los territorios italianos (Nápoles y Cerdeña) http://www.rootsweb.com/%7Ewggerman/map/images/treatyofutrecht.jpg>pasaron a Austria. El reino de Saboya se anexionó la isla de Sicilia. http://www.rootsweb.com/%7Ewggerman/map/images/treatyofutrecht.jpg>
·Inglaterra obtuvo Gibraltar, Menorca y el navío de permiso (derecho limitado a comerciar con las Indias españolas) y el asiento de negros (permiso para comerciar con esclavos en las Indias).
El Tratado de Utrecht http://www.sabuco.com/historia/images/Trtado%20de%20Utrecht.jpg> marcó el inicio de la hegemonía británica.
10.2 Cambio dinástico. Los primeros borbones
La llegada de la nueva dinastía borbónica propició importantes cambios en la estructura del Estado. Estos cambios fueron introducidos esencialmente durante el reinado de Felipe V http://www.cervantesvirtual.com/historia/monarquia/felipe5.shtml> (1700-1746)

Medidas centralizadoras, con el objetivo de hacer un estado más eficaz. En este sentido se adoptaron novedades importantes:
Decretos de Nueva Planta (1707 Aragón y Valencia, 1715 Mallorca, 1716 Cataluña): Abolición de los fueros e instituciones propias de los reinos de la Corona de Aragón. Los fueros de las provincias vascas y Navarra se mantuvieron ya que apoyaron a Felipe V http://www.cervantesvirtual.com/historia/monarquia/felipe5.shtml> durante la Guerra de Sucesión.
Nuevo modelo de administración territorial, basado en la siguiente estructura: división del territorio en provincias; sustitución de los Virreyes por los Capitanes Generales como gobernadores políticos de las provincias; las Reales Audiencias se mantienen para las cuestiones judiciales; y siguiendo el modelo francés, se creó la figura de los Intendentes, funcionarios encargados de las cuestiones económicas. Finalmente, en los Ayuntamientos se mantuvieron los cargos de Corregidor, Alcalde Mayor y Síndicos personeros del común (elegidos por el pueblo para su defensa)
Los Borbones también reformaron la administración central consolidando el establecimiento de una plena monarquía absoluta. Se suprimieron todos los Consejos, exceptuando el Consejo de Castilla que se convirtió en el gran órgano asesor del rey. Se crearon las Secretarías de Despacho (Estado, Guerra, Marina, Hacienda, Justicia e Indias), antecedentes de los ministerios. En 1787 se establece la Junta Suprema de Estado, antecedente del Consejo de Ministros.
La nueva dinastía intensificó la política regalista, buscando la supremacía de la Corona, poder civil, sobre la Iglesia. Las dos medidas principales fue el establecimiento de un mayor control sobre la Inquisición y, sobre todo, la expulsión de la Compañía de Jesús http://cervantesvirtual.com/bib_tematica/jesuitas> adoptada por Carlos III http://www.cervantesvirtual.com/historia/monarquia/carlos3.shtml> en 1767.
Hubo intentos no demasiado eficaces de reformar el sistema de Hacienda. Se trató de unificar y racionalizar el sistema de impuestos y, para ello, se llevó a cabo el Catastro de Ensenada http://www.fuenterrebollo.com/FernandoVII/ensenada.html> en 1749 en la Corona de Castilla. Este Catastro es un censo de todas las propiedades del reino, muy útil para los historiadores. Se buscó también la unificación monetaria, estableciéndose el Real de a dos.
10.4 La práctica del Despotismo Ilustrado: Carlos III
Carlos III http://www.cervantesvirtual.com/historia/monarquia/carlos3.shtml> (1759-1788), hijo de Felipe V http://www.cervantesvirtual.com/historia/monarquia/felipe5.shtml> y hermanastro de Fernando VI http://www.cervantesvirtual.com/historia/monarquia/fernando6.shtml>, antes de ser rey de España desempeñó el cargo de Rey de Nápoles de 1735 y 1759.

Su reinado se caracterizó por la aplicación de las reformas del despotismo ilustrado:

El siglo XVIII fue un período de recuperación económica. Esta fue desigual, mayor en la periferia que en el centro peninsular. En ese contexto de crecimiento económico, con el Conde de Aranda http://www.fuenterrebollo.com/FernandoVII/conde-aranda.html>(1769) y Floridablanca http://www.fuenterrebollo.com/FernandoVII/floridablanca.html> (1787) se llevaron a cabo los primeros censos con la finalidad de conocer las potencialidades económicas y fiscales.

Entre los ilustrados se extendió la conciencia de la necesidad de emprender reformas en la agricultura, ocupación que ocupaba a la mayoría de la población y que estaba muy atrasada. Para ello se crearon asociaciones como las Reales Sociedades Económicas de Amigos del País y los ministros de Carlos III http://www.cervantesvirtual.com/historia/monarquia/carlos3.shtml> prepararon diversos planes de reforma como el Memorial Ajustado de Campomanes http://www.fuenterrebollo.com/FernandoVII/campomanes.html> y el Informe sobre la Ley Agraria de Jovellanos http://www.filosofia.as/jove.htm>.
Todos estos proyectos y documentos del período denunciaban las enormes propiedades amortizadas (mayorazgos de la nobleza o manos muertas de la Iglesia) y afirmaban que el acceso del campesinado a la propiedad de la tierra era una condición necesaria para el progreso del país. Por primera ves, se empezaba a hablar de la desamortización. Sin embargo, la negativa rotunda del Clero y la Nobleza, incluso hubo procesos de la Inquisición a ministros ilustrados com el Conde de Aranda, llevó a la paralización de las reformas.

Las únicas medidas que se llevaron a cabo fueron el reparto de tierras comunales en Extremadura, la repoblación (fallida) de Sierra Morena bajo el gobierno de Olavide, la reducción de los derechos de la Mesta y algunas obras de regadío (Canal Imperial de Aragón, Canal de Castilla…)

Los ministros ilustrados aprobaron medidas para fomentar el desarrollo de la Industria. Se rompió el monopolio de los gremios en 1772; se establecieron, con escaso éxito económico, las Reales Fábricas, con apoyo del estado (armas, astilleros, vidrio, tapices…) Las industrias textiles privadas catalanas (indianas) fueron más competitivas que las empresas estatales.

Con respecto al comercio se adoptaron medidas conducentes a integrar el comercio nacional, como la mejora de las vías comunicación o la supresión de las aduanas interiores. Un decreto de 1778 estableció la liberalización del comercio con América, acabándose con el secular monopolio de la Casa de Contratación. Sin embargo, se manutvo la política comercial proteccionista con respecto a las demás potencias.

En el terreno financiero, se estableció el Banco de San Carlos, antecedente del futuro Banco de España. En este período, aparece la peseta, aunque no será la moneda oficial del país hasta 1868.

Teniendo en cuenta la dinámica política se pueden distinguir dos períodos en los gobiernos de Carlos III http://www.cervantesvirtual.com/historia/monarquia/carlos3.shtml>:

1759-1766 Gobiernos de Esquilache y Grimaldi. Los intentos de introducción de reformas encontraron una viva reacción que culminó en el Motín de Esquilache http://www.personal.us.es/alporu/historia/motin_esquilache.htm>en 1766. Esta revuelta que estalló contra el decreto que obligaba a cambiar capas y sombreros tiene razones complejas. Podemos hablar de un motín popular nacionalista, contra el ministro italiano, manejado por el clero (jesuitas) y la nobleza para frenar las reformas. Los Jesuitas, acusados de fomentar el motín, fueron expulsados en 1767.
1766-1788 Gobiernos del Conde de Aranda http://www.fuenterrebollo.com/FernandoVII/conde-aranda.html>, Floridablanca http://www.fuenterrebollo.com/FernandoVII/floridablanca.html> y Campomanes http://www.fuenterrebollo.com/FernandoVII/campomanes.html>. Este período está dominado por los grandes ministros ilustrados que ensayaron diversas reformas económicas que finalmente no se llevaron a cabo por la oposición del clero y la nobleza.
10.5 Evolución de la política exterior española en Europa
Las grandes líneas de la política exterior española arrancan de la difícil situación creada tras el Tratado de Utrecht. La política exterior se planteó los siguientes objetivos: recuperar Gibraltar y Menorca, territorios españole sen manos británicas, y conseguir establecer a para príncipes de la familia Borbón en los territorios italianos perdidos.
Para ello, la política exterior española se basó en la alianza con Francia, concretada en varios Pactos de Familia, y el enfrentamiento con Inglaterra en el Atlántico ante la amenaza británica a las posesiones españolas en las Indias.
La política exterior de Felipe V http://www.cervantesvirtual.com/historia/monarquia/felipe5.shtml> (1700-1756) se dirigió a la recuperación de los territorios italianos. Ante el fracaso de los primeros intentos en solitario se optó por la alianza con Francia. Esta alianza se concretó en el Primer Pacto de Familia (1734) y el Segundo Pacto en 1743. Fruto de estos pactos fue la participación apoyando los intereses franceses en la Guerra de Polonia (1733-1738) y en la Guerra de Sucesión de Austria http://www.artehistoria.com/historia/contextos/2128.htm> (1743-1748). Como resultado de esta intervención Felipe V http://www.cervantesvirtual.com/historia/monarquia/felipe5.shtml> consiguió que el infante Carlos, el futuro Carlos III http://www.cervantesvirtual.com/historia/monarquia/carlos3.shtml> de España fuera coronado Rey de Nápoles y Sicilia y que el infante Felipe fuera nombrado Duque de Parma.

Con Fernando VI http://www.cervantesvirtual.com/historia/monarquia/fernando6.shtml> (1746-1759), el gobierno español adoptó una política exterior de neutralidad, equidistante entre Londres y París.

Carlos III http://www.cervantesvirtual.com/historia/monarquia/carlos3.shtml> (1759-1788) volvió a la alianza con Francia y firmó el Tercer Pacto de Familia (1761) y a la participación de España en la guerra de los Siete Años (1761). La victoria británica, junto a su aliada Portugal, llevó a firma del Tratado de París (1763) por el que cedimos Florida a Inglaterra y Sacramento a Portugal. Para compensar esas pérdidas Francia nos cedió Luisiana.
De nuevo en América, España junto a Francia apoyó a los rebeldes norteamericanos contra Inglaterra. La derrota británica llevó a la firma del Tratado de Versalles (1783) lo que permitió la recuperación de Menorca, Florida y Sacramento.

La política exterior de Carlos IV http://www.cervantesvirtual.com/historia/monarquia/carlos4.shtml> (1788-1808) estuvo completamente marcada por la Revolución Francesa y nos llevará a la trágica guerra de la Independencia contra Napoleón en los inicios del siguiente siglo.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *