El Fin de la Prosperidad
La prosperidad de los años 20 ocultaba problemas estructurales de algunos sectores económicos, de modo que desde 1928 la economía de Estados Unidos comenzó a dar muestras de agotamiento:
- Aparecieron dificultades en el sector agrario, inmerso en un proceso de sobreproducción agravado por el endeudamiento contraído por los agricultores para mecanizar sus explotaciones.
- La industria tradicional entró en crisis, mientras que los sectores industriales surgidos de la segunda revolución industrial mostraban una considerable pujanza.
- La especulación adquirió mucho protagonismo; los particulares y los bancos confiaban grandes niveles de renta a la inversión en bolsa.
- El excesivo peso del dólar había provocado la depreciación de otras monedas y la aparición de la inflación.
La euforia seguía presente en los instantes previos a la crisis. En su último discurso sobre el estado de la unión, en diciembre de 1928, el presidente Coolidge dio muestras de un optimismo absoluto sobre el futuro de la economía de Estados Unidos, idea que compartía Hoover.
El Crac del 29
En la primavera de 1929, la economía comenzó a mostrar síntomas de agotamiento, con caídas de las cotizaciones y rápidas recuperaciones. Ante esta situación, la Reserva Federal no sabía qué solución darle:
- Alertar de los riesgos de una caída de la bolsa podía desatar el pánico.
- Subir los tipos de interés arruinaría a los pequeños inversores endeudados.
- Permanecer a la expectativa, que es lo que hizo, en espera de que no empeorase.
Pero empeoró. El jueves 24 de octubre, las ventas de acciones se dispararon en Wall Street. Los grandes inversores compraron para frenar la caída de la bolsa, presa del pánico. La caída fue frenada al final de la mañana gracias a la inversión masiva de los bancos. Fue el jueves negro. Lo peor no había llegado. Tras una efímera recuperación, el martes 29 de octubre, el crac de la bolsa de Nueva York estalló sin remedio. Las órdenes de venta se multiplicaron. Los valores bursátiles se desplomaron. El dinero desapareció repentinamente de la bolsa. Fue el martes negro.
La Gran Depresión
El crac de la bolsa de Nueva York provocó un efecto en cadena que hizo que todos los sectores económicos se vieran damnificados:
- La crisis afectó al sistema financiero. Los bancos dejaron de prestar dinero y reclamaron el pago de los créditos a unos ahorradores arruinados por la caída de la bolsa.
- La ruina de los consumidores provocó un inmediato descenso de la demanda, lo que obligó a disminuir su producción ante el descenso de las ventas.
- La caída en la producción disparó el desempleo, lo que redujo aún más la demanda de consumo y expandió las bolsas de pobreza y precariedad.
- El sector agrícola entró en quiebra, debido al descenso de los precios y de la demanda. Muchos campesinos no pudieron afrontar sus deudas, de modo que fueron despojados de sus tierras y engrosaron la lista de desempleo.
Se había iniciado la Gran Depresión, que casi llevó al colapso al capitalismo.
La Expansión de la Crisis a Europa
La crisis económica de Estados Unidos afectó al continente europeo. Los motivos son los siguientes:
- Estados Unidos redujo sus importaciones y sus exportaciones.
- Paralizó sus inversiones exteriores y repatrió los capitales, que habían sido la base sobre la que se había fundamentado la recuperación.
En Alemania y Austria, la ausencia de los capitales norteamericanos desató el hundimiento de sus sistemas bancarios y económicos. El paro se extendió. En Alemania, el nazismo aprovechó la situación para ampliar su base social. En el Reino Unido, el pánico ante la depreciación de la libra esterlina llevó al gobierno a abandonar el patrón oro. Todo esto provocó que todos los países se vieran afectados por la crisis a lo largo de los años treinta.
Las Soluciones en Estados Unidos: El New Deal
A comienzos de los años treinta había en Estados Unidos catorce millones de desempleados en un ambiente de superproducción y de caída de precios. La política del republicano Hoover se demostró ineficaz para afrontar la depresión. Para Hoover, representante del capitalismo ortodoxo, la crisis sería pasajera y breve. En 1933, venció las elecciones el demócrata F.D. Roosevelt, quien proyectó un programa para salir de la crisis: el New Deal. Este nuevo trato daba una nueva orientación económica, denunciada por los liberales como intervencionista y pro-socialista:
- Devaluó el dólar para favorecer las exportaciones.
- Para recuperar los ingresos de los campesinos, limitó la producción, subió los precios y subvencionó las exportaciones.
- En la industria, favoreció la innovación tecnológica e inició un amplio programa de subvenciones para relanzar la producción.
- Emprendió la reforma del sector bancario con el fin de controlar las actividades de las entidades financieras.
- Puso en marcha un programa de ayudas y subsidios para desempleados.
- Diseñó un programa de obras públicas para reducir el desempleo.
- Promulgó la ley de relaciones laborales para proteger la negociación sindical y dignificar las condiciones laborales, mediante la reducción de la jornada laboral y el establecimiento de un salario mínimo.
Dos fueron los aspectos más significativos que aportó el programa Roosevelt:
- Rompió con la inhibición del gobierno, intervendría para corregir los desequilibrios e impulsar la economía en épocas de crisis.
- Sirvió para paliar los efectos sociales más graves de la crisis.
En 1937, la actividad económica no había logrado recuperar los niveles de 1929.
Del Laissez Faire al Estado del Bienestar
El modelo socialdemócrata escandinavo fue utilizado en el resto de países europeos. Las periódicas y frecuentes crisis que experimentaba la economía capitalista, con su secuela de descontentos y tensiones sociales, contribuyeron en algunas naciones avanzadas a ir progresivamente adoptando una legislación social. En esta evolución, jugó un papel trascendental el impacto que tuvo en Europa la Revolución Rusa, y el miedo de las clases propietarias a que se reprodujesen dichos sucesos en sus sociedades. Determinadas conquistas sociales que actualmente nos parecen irrelevantes y cotidianas apenas eran algo más que un deseo en el mundo occidental de entreguerras. Fue en estos años cuando se sentaron las bases de estas medidas de previsión social que configuran el denominado Estado del Bienestar. En esta época, en la que el fascismo y el estalinismo desplegaban sus armas propagandísticas, el capitalismo tuvo que asumir determinadas concesiones de tipo social y laboral en aras de supervivencia. La crisis de 1929 fue la más dura prueba que tuvo que afrontar el sistema liberal capitalista: si en algunos países se impuso el autoritarismo, en otros, los gobiernos supieron intervenir mitigando las injusticias del capitalismo. El New Deal norteamericano significó los primeros pasos del Estado del Bienestar.