El Fin del Zarismo
A principios del siglo XX, en Rusia se mantenía una monarquía absoluta. El zar era el monarca y concentraba en sus manos el poder supremo del estado, y lo ejercía sin límites. Para gobernar, se apoyaba en la nobleza. Aunque existía un parlamento llamado Duma, sus poderes eran muy limitados, dado que el zar podía convocar o disolver la Duma. No había libertades políticas y los opositores eran perseguidos por la policía política. La economía seguía siendo fundamentalmente agraria, aunque la industrialización ya se había iniciado. La instalación de algunas industrias pesadas y la construcción del ferrocarril hicieron crecer la población obrera, pero no tanto la burguesía empresarial. Desde los últimos años del siglo XIX existían distintas fuerzas políticas opuestas al zarismo. Estas fuerzas representaban a distintos grupos sociales e ideas políticas. Había partidos burgueses, campesinos y obreros revolucionarios divididos en dos grandes grupos: los mencheviques (moderados) y los bolcheviques (radicales).
La Revolución de 1905
El ejército del zar fue derrotado por las tropas japonesas en una guerra motivada por intentos de expansión de Rusia en Asia. Se produjeron disturbios, provocados tanto por el descontento causado por la derrota como por la crisis económica del momento. La revolución se produjo cuando las masas populares se dirigieron al Palacio de Invierno, residencia del zar, para hacerle llegar sus peticiones. Los manifestantes no pretendían destruir el zarismo, sino tan solo denunciar el mal gobierno y forzar el inicio de reformas políticas. Pero la respuesta de las autoridades fue una violenta represión saldada con muertos y heridos. Se conoce como el Domingo Sangriento.
La Revolución de 1917
En 1912 Rusia entró en la Primera Guerra Mundial. Ni la economía ni el ejército estaban preparados para la guerra. Las derrotas militares y el desabastecimiento en la retaguardia crearon un gran malestar, provocando huelgas y manifestaciones. La revolución de 1917 comenzó tras la manifestación de San Petersburgo, una huelga general en la que se produjeron motines en los cuarteles y las tropas se negaron a disparar. Se creó un gobierno provisional moderado por Kerensky. El gobierno pretendía instaurar un sistema político liberal y el zar fue obligado a abdicar.
La Revolución de Octubre
La inestabilidad social y política no pudo ser atajada por el gobierno provisional. Este había decidido continuar en la guerra, y las derrotas siguieron. Lenin, líder de los bolcheviques, regresó del exilio. En las llamadas Tesis de Abril estableció el programa a seguir: retirada de la guerra, redistribución de la tierra, control de las fábricas por los comités de obreros, autonomía para las nacionalidades y entrega de poder a los soviets. En octubre los bolcheviques intentaron de nuevo derrocar al gobierno y esta vez no fracasaron. En la noche del 24 de octubre, los soviets controlados por los bolcheviques se apoderaron de los puntos estratégicos de la capital. La caída del gobierno provisional se consumó tras el asalto al Palacio de Invierno. Se negoció la salida de la guerra con un decreto en el que se repartía la tierra a los campesinos pobres sin indemnización para los antiguos propietarios de las tierras.
Comunismo de Guerra
El país quedó dividido y enfrentado en dos bandos: los partidarios de la contrarrevolución, que crearon el Ejército Blanco, y los bolcheviques que crearon el Ejército Rojo. Los contrarrevolucionarios contaban con la ayuda de las potencias extranjeras, que se oponían al nuevo régimen político, por temor de que el ejemplo ruso fuera imitado en sus países.
NEP
La revolución había logrado sobrevivir, pero a costa de enormes pérdidas materiales y humanas. En 1921 se estableció una Nueva Política Económica (NEP) con el objetivo de reconstruir la maltrecha economía. Se dejó a los agricultores cultivar y vender libremente. El estado mantuvo bajo su control los transportes, el comercio exterior, la banca y las grandes empresas. Estas medidas provocaron el crecimiento de la economía. Los propietarios industriales y comerciales y los campesinos adinerados se enriquecieron, por lo que la burguesía resurgió, provocando fuertes tensiones y un amplio debate dentro del partido.
La URSS
Nació en 1922 la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). Era una federación de repúblicas, cuyo número se fue ampliando. Se trataba de un estado plurinacional y multiétnico, casi tan grande como el antiguo imperio de los zares. En 1923 se elaboró la Constitución que delineaba el sistema político del nuevo estado. Las repúblicas tenían autonomía en política interna, en materias como organización judicial, enseñanza, sanidad y uso de lenguas y costumbres propias. El organismo supremo legislativo era el Soviet Supremo, que nombraba al Presidium, cuyo presidente era el jefe del estado, y al Consejo de Comisarios del Pueblo, una especie de consejo de ministros.