El Final del Sistema de la Restauración: La Crisis de 1917 y el Camino a la Dictadura

La Crisis de 1917 y el Final del Sistema de la Restauración

Durante la Primera Guerra Mundial (1914-1918), España mantuvo una posición de neutralidad. Sin embargo, la opinión pública se dividió en dos corrientes: aliadófilos (izquierda) y germanófilos (centro-derecha). La neutralidad favoreció la expansión económica, ya que la guerra convirtió a España en suministradora de materias primas y manufacturas a los países beligerantes.

Pero, con el paso del tiempo, el aumento de la demanda también significó el aumento de la inflación interna, lo que agravó las condiciones de vida de las clases trabajadoras y llevó al aumento de la tensión social y del número de huelgas. En este contexto, estalló la Crisis de 1917, una protesta generalizada contra el régimen de la Restauración, en la que participaron militares, los partidos de la oposición y las organizaciones obreras. Fueron tres crisis simultáneas que se solaparon y que, a pesar de su amplitud y resonancia, no consiguieron su objetivo de derribar el régimen, ya que no hubo confluencia de intereses entre las mismas.

Crisis Militar

Comenzó en febrero de 1917, con la crisis militar, un movimiento reivindicativo de los oficiales peninsulares fruto del descontento que creaba el trato de favor que, a su juicio, recibían los oficiales destinados en Marruecos (africanistas), ya que estos conseguían mejores sueldos y rápidos ascensos.

Los peninsulares desafiaron al gobierno organizando Juntas de Defensa (asociaciones de militares al margen de la legalidad) que reclamaron un criterio de ascenso único y un aumento del sueldo, lanzando duras críticas contra el sistema político con cierto lenguaje regeneracionista (Manifiesto de Junio). Ante la presión de los militares, el gobierno clausuró las Cortes para evitar críticas, estableció la censura de prensa y suspendió las garantías constitucionales.

Crisis Política

En julio de 1917, se desencadenó la crisis política. Ante la clausura de las Cortes, la Lliga Regionalista (Cambó) constituyó una Asamblea de Parlamentarios en Barcelona, que exigió la formación de un Gobierno Provisional y la convocatoria de Cortes Constituyentes. La división de los partidos de oposición, que desconfiaban de las intenciones reales de la Lliga, y la negativa final de Maura a participar en ella, llevaron al fracaso de la misma y el gobierno pudo disolver fácilmente la asamblea.

Crisis Social

Por último, tuvo lugar la crisis social con la convocatoria, en agosto de 1917, de una Huelga General revolucionaria por las organizaciones obreras UGT y CNT. Era todo un desafío al gobierno al estar suspendidas las garantías constitucionales. La UGT exigió la formación de un Gobierno Provisional y de Cortes Constituyentes, aspecto que no fue apoyado por los anarquistas. La huelga, aunque tuvo cierta repercusión en Madrid, Vizcaya, Barcelona y Asturias, no tuvo el éxito esperado y el ejército la sofocó finalmente después de duros enfrentamientos.

La Descomposición del Régimen (1917-1923)

La crisis de 1917 no consiguió poner fin al régimen de la Restauración, pero abrió una etapa de rápida descomposición agravada por tres principales razones:

  • Inestabilidad política: Los partidos dinásticos, divididos en múltiples corrientes internas, fueron incapaces de formar un gobierno duradero (12 gobiernos en 5 años), ni siquiera cuando el mismo rey planteó la formación de gobiernos de concentración nacional con la presencia de todas las tendencias liberales e incluso de los republicanos de Melquiades Álvarez y de la Lliga de Cambó.
  • Crisis económica y tensión social: La crisis económica posterior a la Primera Guerra Mundial provocó el aumento de la tensión social. Reforzados por el triunfo de la Revolución en Rusia, que aumentó la fuerza de las organizaciones obreras (CNT, UGT y desde 1921 el PCE). La situación fue especialmente tensa en Andalucía con ocupaciones violentas de tierras por parte de los anarquistas (Trienio Bolchevique 1918-1921) y en Barcelona, donde surgió el pistolerismo: enfrentamientos armados entre los anarquistas (Sindicato Único) y pistoleros al servicio de las asociaciones patronales (Sindicato Libre). La situación llegó a ser tan grave que el mismo presidente del gobierno, Eduardo Dato, fue asesinado por los anarquistas en 1920.
  • Guerra de Marruecos y el Desastre de Annual: La guerra de Marruecos se agravó en 1921 con el Desastre de Annual, cuando tropas españolas dirigidas por el general Manuel Fernández Silvestre se adentraron en territorio marroquí sin asegurar su retaguardia y fueron masacradas por los independentistas marroquíes liderados por Abd el-Krim. De esta manera, el ejército fue derrotado en Annual, perdiendo todo el territorio ocupado y produciendo alrededor de 13.000 bajas, incluida la del general Silvestre.

En términos sociales, el desastre de Annual crispó todavía más a la sociedad española, especialmente cuando se conoció el Informe Picasso, que atribuía la responsabilidad de la derrota al gobierno, a los altos mandos militares y al propio rey, que, al parecer, había alentado la imprudente actuación de Silvestre.

Así, la tensión social y política llegó a tal extremo que fueron pocos los sorprendidos cuando un sector del ejército, liderado por Miguel Primo de Rivera, dio un golpe de Estado en septiembre de 1923 y exigió el poder al rey, acabando con la Restauración.

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