El Período 1945-1951: El Nacionalcatolicismo
El Barniz Católico
El 3º Gobierno de Franco se establece el 18/07/1945. Por un lado, acaba la Segunda Guerra Mundial y, por otro, el régimen vive un momento de incertidumbre, con un matiz católico (los democristianos están liderando la reconstrucción de Europa).
Hasta ahora, los equilibrios de Franco habían afectado a falangistas, mientras que monárquicos, tradicionalistas y católicos habían tenido una presencia testimonial. Franco, pensando que podía desestabilizar la dictadura, recurre a los católicos, que darán una nueva imagen a España.
Se pretende, así, empalmar a la CEDA (Confederación Española de Derechas Autónomas, que gobernaron durante la Segunda República) con Acción Católica. Gil Robles (dirigente de la CEDA) o Jiménez Fernández (ministro de Franco), partidarios de la monarquía, fueron bastante críticos con esta participación. Pese a esto, los nacional-católicos aterrizan en el gobierno: Ibáñez Martín (Educación), Martín Artajo (Asuntos Exteriores) y Fernández Ladreda se convierten en ministros.
Fuero y Referéndum: El Barniz Populista
El 16/07/1945 se proclama el Fuero de los Españoles, la ley fundamental más importante del franquismo. Es un catálogo de derechos y deberes que enmienda en algo el perfil autoritario anterior pero que se encuentra lejos de la Declaración de los Derechos Humanos de la ONU. Es una “Carta Otorgada”, aunque no se hace referencia a la forma de Estado.
El 22/10/1945, se establece la Ley del Referéndum. El Jefe de Estado podrá someter a referéndum los proyectos elaborados por las Cortes (compuestas por el Movimiento y por las familias). Se somete a referéndum la Ley de Sucesión, de 1947. Este acto se utiliza para hacer patentes los índices artificiales de adhesión: el voto afirmativo es del 90%, lo que señala la posibilidad de fraude electoral.
Finalmente, la ONU condena a España y la retirada de embajadores extranjeros se hace realidad. Esto motivó que el 09/12/1946 se convocara en la Plaza de Oriente a una multitud, que había de atestiguar el apoyo popular al régimen.
Tras las vanas esperanzas depositadas en la derrota de las potencias del Eje por la oposición, ésta conoce un declive total a principios de los 50. El anarcosindicalismo español está neutralizado y los comunistas están siendo represaliados. Estos últimos son los principales organizadores de la lucha guerrillera. En octubre de 1944 se produce la invasión del Valle de Arán, en el Pirineo Leridano. Los maquis protagonizarán episodios inconvenientes para Franco hasta 1948, pero a partir de 1952 dejan de destacar.
Tras la Segunda Guerra Mundial se intenta organizar la República en México, presentada como el verdadero gobierno legítimo. Los socialistas intentan la vía posibilista con Juan de Borbón. El PSOE diverge hacia el socialismo democrático (1948-1950) y se apoya en una especie de radical anticomunismo. La oposición seguirá dividida, exiliada y clandestina.
La Monarquía
En 1945, Don Juan de Borbón lanza un manifiesto desde Lausana (Suiza), conocido como Manifiesto a los españoles, en el que denuncia el alineamiento con las potencias del Eje y exhorta a Franco a restaurar la monarquía.
Ante el alineamiento de los monárquicos, Franco decide dar un golpe de efecto para que la situación le beneficie. En un contexto de aislamiento exterior, el 6 de junio de 1947, se establece la Monarquía como forma de gobierno por la Ley de Sucesión. El Estado queda definido como “católico, social y representativo” que queda constituido en reino. La Ley de Sucesión se somete a referéndum y ésta es apoyada con porcentajes ampliamente mayoritarios.
El reino de España sigue teniendo como Jefe de Estado al caudillo de España hasta su muerte. Con la ley se crean el Consejo de Regencia y el Consejo del Reino:
- Consejo de Regencia: es el que asume todos los poderes del Jefe de Estado en caso de que exista vacante, quede inhabilitado, etc. Las personas que pueden dirigir el consejo son, únicamente, el Capitán más antiguo, el Presidente de las Cortes y el prelado de más categoría (obispo).
- Consejo del Reino: tiene un carácter meramente consultivo. Además, el hipotético y futuro rey tiene que jurar los principios del movimiento.
Aislamiento Exterior y Ruptura
La creación de la Organización de Naciones Unidas (1945) no supone un buen augurio para los inicios del régimen franquista. Los representantes de medio mundo se reúnen en San Francisco (EE. UU.) para la inauguración del organismo internacional sin haber convocado a España y se decide que no será admitido como miembro ningún país alineado con el Eje.
La Asamblea de la ONU, el 12 de diciembre de 1946, recomienda que España no forme parte de las organizaciones internacionales y que los embajadores sean retirados de su territorio (sólo Portugal, Irlanda, Suiza y el Vaticano los mantendrán).
No obstante, es a partir de 1947 que esta situación se suaviza por dos cuestiones:
- Las mismas potencias occidentales entran en contradicción porque, aparte de las relaciones políticas, también pesan los intereses económicos.
- Por otra parte, las diferencias entre los vencedores a partir del 47 (la política de bloques comienza a observarse: el mundo occidental contra la URSS, la guerra fría: guerra de Corea,…) exige una nueva política de mínimos internacional ya que la guerra fría no aparece con un enfrentamiento directo, sino que las dos potencias se enfrentan a través de terceros y no entraña la utilización de armas nucleares.
Las consideraciones ideológicas ceden a las estratégicas y EEUU y el mundo occidental entienden que España debe quedar en el terreno de los aliados. El resultado es que en 1949 una decena de países ya mantienen relaciones diplomáticas con España.
En 1953, la Asamblea General de la ONU registra 6 votos (de países iberoamericanos) a favor de la entrada de España en el organismo.