El Franquismo: Dictadura, Ideología y Apoyo Social

Fundamentos Ideológicos del Franquismo

El franquismo fue algo más que el gobierno personal de Franco, fue también un sistema político-social que evolucionó para garantizar su permanencia y continuidad. No obstante su complejidad, no impide definirlo como una dictadura personal que suprimió derechos y libertades, represora y sin una ideología elaborada. El régimen se dotó desde el principio de símbolos, leyes e instituciones fascistas. El nuevo estado había nacido sin constitución, sin partidos políticos, ni libertades civiles. Esta legalidad democrática se cubrió con leyes fundamentales, promulgadas según las necesidades y evolución del régimen:

  • El Fuero del Trabajo, de inspiración fascista, regulaba las relaciones laborales con los principios nacionalistas.
  • La Ley de Cortes dotaba a los españoles de una institución de carácter representativo.
  • El Fuero de los Españoles recogía los derechos de los españoles, limitados a la obediencia de los principios del régimen, y establecía la confesionalidad católica del estado.
  • La Ley de Referéndum Nacional permitía someter a consulta popular las decisiones del gobierno o de las Cortes.
  • La Ley de Sucesión definía a España como un reino.
  • La Ley de Movimiento Nacional establecía que las ideas falangistas eran asumidas por el movimiento, y Falange perdía cotas de poder.

La estructura jurídica del nuevo estado no se completó hasta 1967 con la promulgación de la Ley Orgánica del Estado. Al finalizar la guerra, Franco era generalísimo de los ejércitos, jefe del estado, del gobierno y del partido único. En 1942 se crearon las Cortes para dotar al régimen de apariencia representativa. No eran unas Cortes soberanas, sino un órgano consultivo sin poder, al servicio de Franco. Los procuradores representaban la élite del régimen. Este sistema fue denominado democracia orgánica para distinguirla de los sistemas democráticos basados en los partidos políticos y en los derechos individuales.

Apoyo Social al Franquismo

Franco contó con el apoyo del ejército, de la Iglesia y la Falange, tuvo la habilidad de controlarlas en beneficio propio del sistema.

El Ejército

Depurado, se convirtió en la columna vertebral del régimen. Fue siempre fiel y ayudó a garantizar el orden. Algunos generales no estaban de acuerdo y pidieron la reinstauración de la monarquía.

La Iglesia

Bendijo y legitimó moral y espiritualmente el alzamiento, se identificó con el régimen y puso las bases del nacionalcatolicismo. Franco puso la educación a manos de la Iglesia, así surgieron dos organizaciones que participaron en tareas del estado: Asociación Católica Nacional de Propagandistas (ACNP) y el Opus Dei. El Concilio Vaticano II marcó la separación de Iglesia y régimen.

La Falange

Flexibilizó la doctrina de José Antonio y se acomodó bajo la jefatura de Franco. Franco la utilizó como instrumento para mantener vivo el espíritu y los ideales de 1936, para controlar la opinión pública y organizar manifestaciones.

La dictadura de Franco también fue respaldada por la burguesía, los terratenientes y los hombres de negocios, así como gran parte de las clases medias y de los católicos. Por su parte, los monárquicos, divididos entre carlistas y donjuanistas, constituían la oposición. Los segundos defendían el restablecimiento de la monarquía de Juan de Borbón. Las tensas relaciones se agravaron por el Manifiesto de Lausana. La Ley de Sucesión a la Jefatura del Estado fue denunciada por Don Juan como ilegal, porque abría la puerta a Don Juan Carlos.

Evolución Política y Coyuntura Exterior

Al inicio, Franco declara neutralidad, pero en 1940, ante los logros del Eje, se posiciona como potencia no beligerante. Con esta posición ocupa Tánger y se nombra a Serrano Suñer ministro de asuntos exteriores. En la entrevista de Hendaya en 1940, Hitler no acepta las condiciones españolas por ponerle en conflictos con sus simpatizantes franceses y además de que desconfía de la capacidad del ejército español. Más tarde envía la División Azul con 18.000 hombres a Rusia como símbolo de buena voluntad y para luchar el comunismo. Cuando en 1943 el Eje empieza a ser derrotado y se disuelve la División Azul por presión de los Aliados, el Régimen toma un cambio de rumbo. En cuanto a ideología se define como conservador, católico y anticomunista, que dejaba abierta la posibilidad a la Monarquía y que en vez de falangistas y símbolos fascistas colocaría a eclesiásticos en el poder.

Aislamiento Internacional

Esta situación fue también de aislamiento, siendo Franco condenado por la ONU, ocasionando el cierre de la frontera francesa y provocando la salida de embajadores. Franco dirige este aislamiento a su favor argumentando que es para aumentar el desprestigio internacional de España. Esto impide a España beneficiarse del Plan Marshall en 1947, además de excluirlo de la creación de la OTAN en 1949. A partir de 1947 y con el comienzo de la Guerra Fría, comienza un acercamiento internacional por parte de USA por el carácter anticomunista del Régimen franquista. Franco remodela el gobierno haciéndolo más nacional-catolicista y menos franquista y colocando a Carrero Blanco como subsecretario de presidencia. Se llega en 1953 al Acuerdo militar Hispano Americano que establecía ayuda mutua en caso de conflicto, además del derecho de USA a establecer bases militares. A cambio, España recibía material bélico, dinero y el fin del aislamiento internacional. Se firma también el Concordato de 1953 que da reconocimiento internacional al Régimen y la entrada en la ONU en 1955, apoyados por USA. Se trató de entrar en la CEE y en la OTAN, pero no se pudo por el carácter no democrático de la dictadura.

El Exilio

Tras la guerra, la mayoría de los exiliados huyeron a Francia, pero el estallido de la guerra europea les dispersó hacia América Latina. Otros se sumaron a la resistencia contra los nazis, y miles de ellos acabaron en campos de concentración o fueron entregados a las autoridades franquistas por los alemanes. Muchos comunistas emigraron a la URSS y lucharon en las filas del Ejército Rojo. En el exilio se desarrolló una parte muy importante de la oposición política al franquismo, ya que las instituciones políticas de la República y de los gobiernos catalán y vasco siguieron funcionando en el exilio. La organización republicana en el exilio se caracterizó por sus divisiones internas y por el progresivo alejamiento de la realidad social de España.

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