El Franquismo en España: Ideología, Apoyos y Represión (1939-1975)

El Franquismo en España (1939-1975)

1. La Dictadura Franquista

Tras su victoria en la Guerra Civil Española, Francisco Franco implantó una dictadura que se extendió desde 1939 hasta 1975. Durante este período, Franco concentró todos los poderes del Estado:

  • Jefe del Estado
  • Jefe del Gobierno (hasta 1973, cuando se nombró a Carrero Blanco)
  • Máxima autoridad del Ejército

Las Cortes existían, pero solo como órgano consultivo, ya que Franco se arrogaba la aprobación de las leyes. No existía una Constitución, sino una serie de leyes conocidas como las Leyes Fundamentales. Franco se autoproclamó Caudillo de España y Generalísimo de los Ejércitos.

Se instauró un sistema de partido único con la Falange Española Tradicionalista y de las JONS, que agrupaba a las fuerzas que habían apoyado la sublevación contra la República. Se suprimieron los derechos y libertades fundamentales, se prohibieron las manifestaciones de nacionalismo regional y se abolieron los Estatutos de Autonomía de Cataluña y País Vasco.

La dictadura franquista se caracterizó por una fuerte represión. Miles de republicanos se vieron obligados a exiliarse, mientras que los que permanecieron en España fueron encarcelados, condenados a trabajos forzados o ejecutados. Se llevó a cabo una depuración de funcionarios, investigando su posible vinculación con la República, lo que podía resultar en el apartamiento de sus trabajos de forma temporal o definitiva. La censura se impuso en todos los ámbitos.

2. Fundamentos Ideológicos del Franquismo

A diferencia de otros dictadores contemporáneos como Hitler o Mussolini, Franco no tenía una ideología bien definida. Era un militar con escasa formación política. Más que una ideología franquista, se puede hablar de un fuerte espíritu de mando y una gran habilidad para adaptarse a las circunstancias con el objetivo de mantenerse en el poder.

Franco carecía de un proyecto concreto para organizar el nuevo Estado. Su visión tradicionalista le llevaba a rechazar cualquier forma política derivada del pensamiento liberal o democrático, al que culpaba del desorden social y el auge del comunismo. Los grupos políticos que apoyaron la sublevación tenían ideologías diversas, aunque siempre dentro de la derecha política. Su alianza se basaba más en sus rechazos comunes que en sus aspiraciones.

Todos repudiaban la República y sus principios: el laicismo, las libertades individuales, la democracia multipartidista y las autonomías. Sus proyectos solo coincidían en algunos puntos esenciales de carácter conservador:

  • La confesionalidad católica del Estado
  • La implantación de un poder fuerte y centralizado
  • La imposición de un orden social rígido basado en la defensa de la familia y la propiedad privada

Los pilares ideológicos del régimen, aunque con una importancia variable según las circunstancias, fueron:

2.1. Los Monárquicos

Divididos en carlistas o tradicionalistas, integrados en el partido único (FET y de las JONS), pero manteniendo su identidad, y los juanistas, partidarios de la restauración monárquica en la figura de Juan de Borbón. Ambos grupos aspiraban a una monarquía católica y autoritaria.

2.2. Los Falangistas

Su número e influencia crecieron durante la guerra. Cercanos a los fascismos europeos, la muerte de José Antonio Primo de Rivera y su fusión en el partido único les hizo perder parte de su identidad. Aspiraban a un régimen totalitario controlado por el partido único, al que el régimen llamaba Movimiento Nacional. En los primeros años del franquismo controlaron la propaganda y la organización sindical, pero tras la Segunda Guerra Mundial perdieron influencia en favor de los católicos.

2.3. Los Católicos: Propagandistas y Opus Dei

No pertenecían a ningún partido, aunque muchos habían militado en la CEDA. Destacaban la Asociación Católica Nacional de Propagandistas y el Opus Dei. Los propagandistas ocuparon las carteras de Asuntos Exteriores y Educación, mientras que el Opus Dei, desde finales de los años cincuenta, ocupó los ministerios económicos. La influencia de los católicos en el régimen franquista fue notable, hasta el punto de que se puede hablar de un nacionalcatolicismo hasta los años sesenta.

3. Apoyos Sociales del Régimen

  • Pequeños y medianos propietarios: numerosos al norte del Tajo, de mentalidad tradicional y defensores de la familia, la propiedad privada y la religión.
  • Clases medias de pequeñas y medianas ciudades: deseaban el orden público que Franco garantizaba.
  • Oligarquía agraria, industrial y financiera.
  • Pequeños y medianos empresarios: el régimen eliminó la conflictividad laboral.
  • Ejército: aseguró la supervivencia del régimen y ocupó importantes cargos políticos.
  • Clero: apoyó al régimen que le había protegido del anticlericalismo republicano.

En definitiva, el franquismo fue un régimen complejo y autoritario que se sostuvo gracias a la represión, la censura y el apoyo de diversos sectores sociales. Su legado sigue siendo objeto de debate en la España actual.

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