Las Instituciones del Régimen Franquista
El régimen franquista era una dictadura personal caracterizada por la concentración de todos los poderes en Franco. Todas las instituciones le estaban subordinadas y sus miembros lo eran gracias a la voluntad del Caudillo, cuya figura se fue rodeando de una serie de símbolos y lemas encaminados a resaltar su liderazgo y su papel providencialista.
La definición de dictadura personal lo demuestra el hecho de que Franco acaparó, como un rey absoluto, todos los poderes del Estado. Así, al acabar la Guerra era:
- Generalísimo de los ejércitos
- Jefe del Estado
- Jefe del gobierno
- Jefe del Partido Único (el Movimiento)
En agosto de 1939 asumió poderes legislativos y, aunque en 1942 creó las Cortes, no eran soberanas sino consultivas. En ellas se sentaban los Procuradores, muchos elegidos directamente por el dictador, otros en representación de:
- Falange
- Sindicato
- Alcaldes
- Patronal
- Militares
- Iglesia
- Universidades
- Familia, etc…
en un sistema que se llamó Democracia Orgánica. Franco también fue objeto de un culto a la personalidad, como los líderes fascistas en los que se inspiró.
El Estado franquista tenía una estructura unitaria y centralista, opuesta a los «separatismos»; y la censura y control de los medios de comunicación, junto con la represión y persecución de los opositores, fueron notas características durante todo el tiempo que duró la dictadura.
Ideología del Régimen Franquista
Ideológicamente, el régimen se apoyó en las llamadas familias del régimen (Ejército, Iglesia y Falange, incluía el Frente de Juventudes, la Sección Femenina, el SEU, la Central Nacional Sindicalista, junto con los monárquicos) y se cimentó en los esquemas ya difundidos en la guerra:
a) Anticomunismo, extendido a todos los llamados rojos. A partir de 1950, cuando el régimen fue admitido en las organizaciones internacionales, la propaganda se centró en el mensaje anticomunista, acorde con la situación de la Guerra Fría.
b) Identificación de la dictadura con el catolicismo; se ha generalizado el término nacionalcatolicismo para denominar al régimen. Desde el inicio, el dominio que la Iglesia ejerció sobre la vida social de la España franquista fue absoluto: influencia en la educación, censura de los medios de comunicación, moral católica, rituales.
c) Tradicionalismo, en parte derivado de las ideas aportadas por el carlismo, pero sobre todo arraigado en valores militares que ponían la unidad de la patria como valor sagrado; las referencias al Imperio eran constantes, la autonomía de las regiones se tildó de «antiespañola».
d) El régimen era antidemocrático: la democracia parlamentaria se presentaba como inferior a la democracia orgánica, propia del franquismo, basada en «la familia, el municipio y el sindicato».
e) Los símbolos militares y la organización castrense impregnaron muchas manifestaciones de la vida cotidiana, desde la radio y la prensa, la educación, desfiles, etc…
Bases Sociales del Franquismo
El Estado franquista fue respaldado por los grupos sociales que apoyaron la sublevación militar de 1936: grandes terratenientes, empresarios, financieros, pequeña burguesía provinciana y el campesinado católico del centro y norte del país.
La dictadura devolvió a la oligarquía terrateniente y financiera su hegemonía social y económica: no solo recuperaron sus negocios y propiedades, sino, sobre todo, su dominio de la vida social, con la incorporación de elementos procedentes del Ejército, la Falange o los grupos enriquecidos durante la guerra y la posguerra, gracias a su cercanía al régimen en las primeras décadas del franquismo.
La represión sistemática, la miseria, el miedo, el hambre, el hundimiento moral de la derrota, negaron cualquier posibilidad de reacción durante años… Luego, la propaganda, el aumento del bienestar a partir de los años 50 y el relevo generacional, hicieron que parte de los sectores obreros y campesinos, además de la clase media, adoptaran una actitud de acomodamiento, de aceptación del régimen y de apoliticismo, incluso de respaldo directo a la dictadura.
Adaptación y «Maquillaje» del Régimen
La dictadura fue larga y, pese a un aparente inmovilismo, el régimen se fue acomodando y adaptándose a las cambiantes circunstancias internacionales, con maniobras para «maquillar» la imagen autoritaria del régimen:
- 1942: se promulgó la Ley Constitutiva de las Cortes, que establecía una cámara elegida por sufragio indirecto por las corporaciones y por el propio Franco; las Cortes no representaron nunca la soberanía nacional, se limitaban a aprobar por mayoría o unanimidad los borradores de las leyes; Franco conservó siempre la plena potestad legislativa.
- 1945: se promulgó el Fuero de los Españoles, una declaración de derechos y deberes, reafirmando el carácter tradicionalista y católico del sistema.
- Se promulgó la Ley de Referéndum Nacional que permitía al Jefe del Estado convocar un plebiscito para que el pueblo aprobara una ley.
- Se promulgó la Ley de Sucesión a la Jefatura del Estado que definía el régimen como un «reino» y autorizaba a Franco a proponer a su propio sucesor.
- Se promulgó la Ley de Principios del Movimiento Nacional que reiteraba la confesionalidad «Católica, Apostólica y Romana» del Estado y su compromiso con la «participación del pueblo» a través de la «representación orgánica» de las «entidades naturales de la vida social, familia, municipio y sindicato»; era una declaración programática continuista que contentaba a todas las «familias» del régimen.