Pilares Ideológicos y Evolución del Régimen Franquista
En las semanas posteriores al fin de la Guerra Civil, se autorizó al jefe del Estado a aprobar decretos-ley sin previa deliberación del gobierno. Esto significó la total potestad legislativa para Franco ante la ausencia de una Constitución. Se formó un conjunto de textos legislativos, conocidos como Leyes Fundamentales del Movimiento, encargadas de establecer las instituciones, normas y principios básicos del sistema político franquista. Los pilares ideológicos iniciales fueron el antiliberalismo y el anticomunismo. A esto se sumó el ideal católico conservador y la concepción unitaria del Estado, contraria a cualquier pretensión nacionalista o autonomista.
El régimen copió elementos del fascismo, como el partido único, el sindicalismo corporativo vertical y los símbolos, aportados por Falange Española. Sin embargo, a diferencia de otros regímenes fascistas, en el franquismo predominó el elemento nacional-católico. Una de las obsesiones del dictador fue la conspiración judeo-masónica, ya que consideraba al judaísmo y a la masonería introductores de la democracia y el movimiento obrero.
Apoyos del Régimen
- El Ejército: Defensor del régimen y su ordenamiento legal hasta el último momento. Su jurisdicción se extendía a los delitos políticos mediante los «consejos de guerra», destacando su anticomunismo, rechazo al separatismo y dureza en cuestiones de orden público.
- La Falange: Propugnaba el patriotismo tradicional y un autoritarismo de corte fascista. Con el decreto de unificación de 1937, Franco se adueñó del partido y lo denominó «Movimiento Nacional».
- La Iglesia Católica: Representó el elemento sancionador de la «legitimidad» del franquismo. El Concordato de 1953 consolidó su presencia en la enseñanza media y en la vida intelectual. Se produjo una estrecha alianza entre la Iglesia y el «Nuevo Estado», pero esta se fue alejando del régimen a raíz del Concilio Vaticano II (1962).
- Los monárquicos: Divididos entre carlistas y partidarios de Don Juan de Borbón.
- Los tecnócratas: Monárquicos «franquistas» o miembros del Opus Dei, responsables del desarrollismo económico en los años 60. Priorizaron el bienestar y el desarrollo económico sobre la política o la ideología.
Represión y Oposición
El nuevo régimen llevó a cabo una política de represión sobre los vencidos, persiguiendo a los enemigos del régimen mediante una serie de leyes. Se amplió el espectro represivo a la sociedad mediante la censura informativa impuesta por el partido único. La Iglesia controló la enseñanza y promovió la moral católica. Se buscaba erradicar el «desenfreno» y las consecuencias del «materialismo ateo».
Otro aspecto fue el exilio. La mayoría de los exiliados regresó pronto, debido a la Segunda Guerra Mundial y al anuncio del Régimen de respetar a quienes no tuvieran «delitos de sangre». A pesar de la represión, existió oposición interna, como los grupos guerrilleros («maquis«). La oposición política estaba desarbolada, excepto el PCE, que impulsó el antifranquismo desde el interior.
Aislamiento y Apertura Internacional
La coyuntura internacional condicionó la evolución del régimen. España se mantuvo neutral durante la Segunda Guerra Mundial, pero con una línea fascista. En 1941, envió a la División Azul para apoyar a Alemania contra la URSS. En 1945, tras la victoria aliada, se denunció el apoyo franquista a Italia y Alemania. En 1946, la ONU votó en contra de la entrada de España. Comenzó el aislamiento internacional, agravado por el bloqueo económico y diplomático.
En 1948, con el inicio de la Guerra Fría, las potencias occidentales incorporaron a España a la alianza anticomunista. En 1950, la ONU autorizó la entrada de España. En 1953, se firmó un acuerdo con EE. UU., permitiendo bases norteamericanas en España, y un nuevo Concordato con el Vaticano. Terminaba el aislamiento.
Autarquía y Desarrollismo Económico
Autarquía (1939-1959)
En 1939, el país estaba arrasado. Se implementó una política económica intervencionista: la autarquía, debido al aislamiento internacional y a la ideología fascista. La autarquía tuvo dos ejes:
- Reglamentación de importaciones y exportaciones, limitando los intercambios con el exterior. Esto encareció los productos importados y generó escasez.
- Fomento de la industria, especialmente la de interés estratégico, para asegurar la independencia militar y política. El Estado controlaba el mercado, generando corrupción y mercado negro.
Desarrollismo (1959-1973)
En 1959, el franquismo intentó modernizarse. Los tecnócratas situaron el crecimiento económico como eje. La Ley Orgánica del Estado (1966) institucionalizó el régimen, separando al jefe del Estado del jefe de gobierno. En 1969, Franco designó a Juan Carlos de Borbón como sucesor. La conflictividad social fue respondida con represión, triunfando el inmovilismo. El asesinato de Carrero Blanco en 1973 inició la crisis del régimen.
A comienzos de los años cincuenta, se evidenció el estrangulamiento económico de la autarquía. En 1957, entraron al gobierno los tecnócratas del Opus Dei, cambiando la política económica hacia la liberalización y apertura al exterior. El Plan de Estabilización (1959) devaluó la moneda y redujo el intervencionismo. Se desarrollaron los Planes de Desarrollo, promoviendo la industrialización. Industria y servicios se consolidaron, aumentando las exportaciones, salarios y nivel de vida. Se produjo un crecimiento demográfico y el paso de una sociedad rural a una urbana e industrial, con el crecimiento de una clase obrera y una burguesía urbana.
Oposición y Crisis Final (1973-1975)
Las transformaciones socioeconómicas incrementaron la conflictividad social. Surgieron las Comisiones Obreras, impulsando la lucha laboral y política. El PCE fue un grupo de oposición importante. En el PSOE, surgieron tensiones entre la dirección en el exilio y los militantes del interior. Los partidos nacionalistas, como el PNV y ETA (fundada en 1959), cobraron importancia.
Desde principios de los setenta, la incapacidad del régimen para reformarse lo llevó a una crisis irreversible. El asesinato de Luis Carrero Blanco por ETA fue decisivo. Se dividió el régimen entre inmovilistas y aperturistas. En 1974, Carlos Arias Navarro presidió un nuevo gobierno, decantándose por el inmovilismo. Fracasó el intento de apertura. La oposición se manifestó con huelgas y configurando organismos unitarios. El PCE impulsó la Junta Democrática. La Marcha Verde en el Sáhara llevó a España a abandonar el territorio. El 20 de noviembre de 1975 falleció Franco, comenzando la Transición, liderada por Adolfo Suárez, gracias al apoyo de la clase media.