El Franquismo: Represión, Sociedad y Economía en España

Fundamentos Ideológicos y Evolución Política

Fundamentos Ideológicos

El régimen franquista se caracterizó por una dictadura personal que combinaba elementos de dictadura militar, estado fascista y monarquía absoluta sin rey. Evolucionó a través de distintas etapas, reflejadas en las Leyes Fundamentales, desde una dictadura totalitaria hasta una tecnocracia. El poder se dividía en tres vertientes: civil, militar y eclesiástica. Los principios ideológicos incluían el nacional-patriotismo, el nacional-sindicalismo y el nacional-catolicismo.

Evolución Política

Durante el período de triunfo y consolidación del franquismo (1939-1959), Ramón Serrano Suñer desempeñó un papel crucial en la configuración inicial del Estado y la política exterior española. A pesar del interés de Franco por unirse a las potencias fascistas en la Segunda Guerra Mundial, España quedó al margen del conflicto debido a su débil situación después de la Guerra Civil.

Durante el aislacionismo internacional (1946-1950), España solo contaba con el apoyo de regímenes pro-fascistas como Portugal y Argentina, mientras que países como Estados Unidos y Gran Bretaña condenaban oficialmente el régimen. Sin embargo, la Guerra Fría cambió el enfoque internacional hacia el comunismo, lo que llevó a la revocación de la resolución de bloqueo de la ONU en 1950 y al restablecimiento de relaciones diplomáticas.

Durante el período de aperturismo (1950-1959), el régimen franquista buscó el reconocimiento internacional y cosechó éxitos diplomáticos, como la firma del Concordato con el Vaticano en 1953 y un tratado con Estados Unidos que permitía bases militares en suelo español a cambio de ayuda económica. España finalmente ingresó en la ONU en 1955 y comenzó a integrarse en otras organizaciones internacionales.

Durante el período de desarrollismo económico (1959-1969), el fin del aislamiento internacional permitió cierto pluralismo dentro del marco institucional del régimen franquista. Se introdujo la democracia orgánica, inspirada en el corporativismo, pero el control y la represión continuaron, limitando cualquier verdadero cambio político.

Durante la crisis final del régimen franquista (1969-1975), el inmovilismo político, el deterioro de la salud de Franco y la creciente oposición política crearon un clima de inestabilidad que anunciaba el fin tanto del dictador como de su régimen.

Sociedad y Economía en el Franquismo

Sociedad en el Franquismo

Durante la primera etapa del franquismo (1939-1959), la sociedad española se vio sumida en el atraso y la pobreza. El colapso de la industria y los servicios, junto con las bajas y el exilio causados por la guerra, provocaron una ruralización del país y un retroceso técnico, científico y cultural.

Durante la segunda etapa del franquismo (1959-1975), se produjo una expansión económica sin precedentes y cambios demográficos significativos que llevaron a una modernización de la sociedad española.

Las Transformaciones Económicas

Después de la Guerra Civil, las autoridades franquistas implementaron una política autárquica para convertir a España en una nación autosuficiente, lo que resultó en una intervención estatal desproporcionada. En los años 50, se planteó la necesidad de flexibilizar la economía y mejorar las condiciones de vida. En 1959, se lanzó un Plan de Estabilización Económica que buscaba reducir el gasto estatal y abrir la economía al mercado exterior. A partir de 1961, se experimentó un fuerte crecimiento económico, conocido como el»milagro españo», basado en la expansión industrial y el turismo.

Represión y Oposición Política al Régimen Franquista**

Franco consideraba que la victoria en la Guerra Civil debía consolidarse en la posguerra mediante una política de represión sistemática y depuración política del enemigo interno. La oposición interior al régimen franquista en España se manifestó a través de tres frentes principales: el movimiento obrero, los grupos monárquicos y los maquis o guerrillas.

En los años 50, la oposición interior experimentó tres cambios significativos: la renuncia a la violencia, la transformación social de sus miembros y la acción en las universidades y los sindicatos franquistas. A partir de 1962, las protestas obreras aumentaron, especialmente en Asturias, País Vasco, Madrid y Barcelona. Las protestas estudiantiles también cobraron fuerza desde 1965, marcando un descontento generalizado con el régimen.

A partir de 1974, la oposición intensificó los contactos para organizar la transición a la democracia.

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